En México tenemos un español que ya es como una mezcla de la abuela con Netflix, o sea, uno antiguo, pero con influencias extranjeras que lo han vuelto bien coloquial, casi como un taco muy cargado, con todo y salsa de uña. Antonio de Nebrija, que fue como el primer profe del español, publicó en 1492 su famosa Gramática de la lengua castellana, donde definió lo que era el español antiguo. Este hombre fue el que dijo: “Bueno, nuestro idioma tiene usos bien formales y usos más del barrio, como cuando hablas con la vecina.” Ahí empezaron a quedar un poco en el rincón palabras que ahora nos suenan a ancianito diciendo cosas raras: ansina, mesmo, juera, ta’gueno, o puesn, que hoy casi nadie usa sin que te miren como fenómeno.
Antes que él, Alfonso X el Sabio, que era como el jefe supremo del castellano en el siglo XIII, ya estaba poniendo las bases para que el español fuera la lengua oficial, como cuando en la oficina todos acuerdan hablar en un mismo idioma para evitar líos. Y luego, en 1611, Sebastián de Covarrubias, que fue el primero en hacer un diccionario general solo en español, puso en papel todo lo que se escuchaba y se decía, avisándonos de lo que estaba “de moda” en aquel entonces.
Pero hoy, con las redes y los chats, la cosa ha cambiado. La palabra escrita está siendo devorada por imágenes —sí, los emojis son como el nuevo alfabeto universal— y las abreviaturas como “15cena” (cena de los 15, jajaja… no es cierto) o “Gfe” (gracias, fea, que no es feo, es cariño, tampoco se crean esto) se volvieron el pan nuestro de cada día. La coma, esa veterana amiga que pausaba nuestras frases, ahora la sustituimos con un “wey” bien puesto, como diciendo “espera, que esto es importante”. Y ni hablemos de las palabras que se inventan en el camino: holi, obvi, cool, sipi, nop, que parecen el menú de un bar de la juventud moderna.
Así que nuestro español, el mismo que de los códices mutó a los stickers, ese que empezó con Nebrija y sus reglas, sigue vivo, pero con un toque de “traigo la fiesta adentro”, mezclando historia con memes y con la calle, siempre listo para sorprendernos.

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