jueves, 7 de septiembre de 2023

Semos mexicanos.


Entradito septiembre, con tan solo observar esa mixtura de escarcha y luces por el centro histórico alusivo a las fiestas patrias, como que reflexiono sobre qué nos hace ser mexicanos, digo, si de entrada uno con nacer en este país ya lo es, creo que no es necesario que únicamente te sientas del 1 al 16 de septiembre, ni porque tus colegas de la chamba te lo refresquen con su fiesta dizque nacionalista y todo se resuma a degustar comida, que a veces el menú ni al caso de patriótico es.

Somos mexicanos, porque a los seleccionados de futbol, de pendejos no los bajamos cuando pierden en los penales y cuando ganan nos solidarizamos con ellos diciendo que “ganamos”; somos mexicanos porque le decimos Merlina a Wednesday Addams, también, porque a Choo-Choo, ese gato rosado de Don Gato, además de hacerlo yucateco le identificamos como Cucho, mientras que por culpa de Editorial Novaro a las identidades secretas de Batman y Robin las conocemos como Bruno Díaz y Ricardo Tapia.

Somos mexicanos porque la comida sin chile no nos sabe rica, porque no contamos las tortillas, simplemente las comemos, igual, porque el limón es el mejor remedio contra todas las enfermedades y el más chingón antiséptico; somos mexicanos, porque sin que nadie nos invite a una pachanga, vamos y cuando nos invitan llevamos a más invitados nuestros. Somos mexicanos porque nos encanta regatear la orfebrería a nuestros autóctonos artesanos y presumir ese carísimo iPhone que aún no hemos terminado de pagar en la finísima tienda departamental.

Somos mexicanos porque cuando algún familiar se va a las “Europas”, queremos que todo México se entere, subiendo fotos al feis de estos visitando museos de allá y ni siquiera los de acá conocen, somos mexicanos porque sin tener ninguna influencia del país nipón, inventamos los cacahuates japoneses y las enchiladas suizas sin ser europeos, somos mexicanos porque nos la rifamos con esas invenciones gastronómicas de la torta de tamal, el pambazo relleno de enchilada o guajalota y la concha de chocolate repleta de frijoles fritos. ¿Entonces pa’ que limitar la mexicanidad a un mes? Si semos mexicanos siempre.

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