jueves, 26 de enero de 2023

¿Por qué somos tan listos?



En el año 2018, después de que se aplicó la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE, cuyo objetivo fue medir la capacidad de los estudiantes de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias con los cuales logren afrontar los retos de la vida real, conocida por la raza de Mexicalpan de las Garnachas como la prueba PISA. Cuenta una anécdota imaginaria que cuando el director de la escuelita rural de Zhejiang -una provincia al este de China a lo largo del Mar Oriental-, al entrar al aula sin paredes y de techo de palapas para notificarles a los alumnos que en la citada prueba habían obtenido puntuación significativamente más alta en lectura y que entre sus compañeros había quienes lograron el Nivel 6 en matemáticas, es decir, el nivel de dominio más alto que describe PISA, al unisonó gritaron vivas, y de entre la algarabía, un estudiante le preguntó al director: ¿dire, y por qué somos tan listos?

De pronto se hizo un gran silencio, naquever con esa banda regiomontana de rock en español que mixtura reggae, hip-hop con ritmos de cumbia y vallenato norteño, sino que todos se quedaron callados… para después explotar a carcajadas, mientras al director se le venía a la mente que, si para el chamaco “ser listo” era sinónimo de inteligencia, entonces hacía alusión a un bien escaso, que muchos llegan a confundir con la sabiduría, y esta última se caracteriza por acumular diversos conocimientos, por lo tanto, la inteligencia consiste en utilizar los conocimientos obtenidos para resolver alguna situación problemática.

Estimado lector, uno cree que, a simple vista, la respuesta al cuestionamiento del chamaco parece fácil, pues somos la única especie que se plantea estas preguntas, y allí denotamos la capacidad sapiencial que indudablemente supera a las demás especies de nuestro globo terráqueo, y, que nos hace sentir superiores, egocéntricos, tan civilizados que con esa capacidad intelectual hemos sido capaces de inventar la silla eléctrica, la cámara de gas, declarar la guerra por ambición, por diversión, por celos, por envidia, por ideología, por poder o por dinero, pero… no escribí hoy para hacerlo sentir defraudado de nuestra especie, mejor siéntase listillo citando esta frase que según San Google, se le atribuye a un ínclito personaje, Premio Nobel de Física en 1921, Albert Einstein: “solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de la primera”, por lo tanto, sí por una casualidad hermosa del destino alguno de sus discípulos le pregunta por las causas del origen de sus capacidades intelectuales, respóndale que agradezca al Creador o a la Pachamama de no forma parte de la segunda taxonomía infinita de Einstein.

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