jueves, 14 de octubre de 2021

Letras prohibidas.

Frank Zappa cierta vez dijo que las pretensiones de censura en su país eran como querer quitar la caspa decapitando a la persona, sus vecinos de por acá no nos quedamos exentos de tales prejuicios, un claro ejemplo es el que aborda Federico Arana en su libro: Guaraches de Ante Azul, donde menciona que el bolerista cubano José Antonio Méndez cambio la siguiente letra de su canción: “Renuncio a Dios porque al tenerte yo en vida. No necesito ir al cielo…” haciendo el remiendo puritano de: “Bendito Dios porque al tenerte…”; debido a las inquisitivas intenciones de quienes intentaban fomentar las sanas y buenas costumbres en nuestro país, esto, orillo a los primeros grupos de rock mexicano a realizar adaptaciones simplonas e inocentonas, modificando la letra original de algunas canciones del rocanrol de los sesenta por otras que contaran con la aprobación eclesiástica de la sociedad.

Así nos encontramos que Good Golly Miss Molly de Little Richards narra las peripecias de una sexoservidora que chambea un titipuchal, se le llamó La Plaga, cuya letra en español trata sobre una chamaca que baila tan bien que el cantante enamorado de ello, solo quiere llevarla al altar. Otra canción de Ricardito -como le decían al Arquitecto del rock and roll, en Tierras Aztecas-, Tutti Frutti, en la que se alardea de las habilidades sexuales de sus amantes con textos libidinosos como “boy, you don´t know what she do to me”, que se traduce como “chico, no sabes lo que ella me hace”, en la letra mexicana, se convirtió en la historia sobre un joven que le ofrece a su novia helados de sabores para demostrar su amor. Enrique Guzmán en su traducción de la canción Boney Morony, del músico Larry Williams, en donde la letra original incluye textos sugerentes como: “Oh how happy now we can be, making love underneath the apple tree”, opto cambiarlo por “Popotitos no es un primor, pero baila que da pavor, a mi Popotitos yo le di mi amor”.


Irónicamente con el arribo de los roqueros bilingües a principios de los setenta, los autores al escribir las letras en el idioma de Shakespeare se dieron vuelo, ahí tenemos el rasposo tema Nasty Sex, de La Revolución de Emiliano Zapata, en donde se canta: “Can’t you see that this kind of sex is gonna let you down?” o la rolita Easy Woman de El Ritual con fragmentos como: “I wanna-wanna touch your skin now, I wanna-wanna feel your legs now. Take it from me!”, y que por ignorancia de quienes examinan el contenido de las canciones nunca se suprimieron o modificaron su contenido, convirtiéndose en las favoritas de la radio y de programas de televisión, es más, hasta Raúl Velasco alguna vez los invitó a Siempre en Domingo. En fin, si alguna vez pensaste que las canciones eran el ágora de la expresión, no caíste en la cuenta de que el contenido de sus letras se vería amenazadas por diversas formas de censura a lo largo de los tiempos. Algunas en la actualidad tampoco están exentas de esa lacra.

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