jueves, 11 de marzo de 2021

Cuanto peor, mejor para todos.

Estamos a punto de cumplir un año de que la inmensa minoría nos confinamos por temor a propagar el coronavirus, sí, no fuimos todos los que decidimos resguardarnos en casa, hubo un buen de personas que por escepticismo continuaron su vida normal, y es que aquí podemos creer en las limpias con albahaca de los martes y viernes de Hechiceros en los supermercados, que el recibo de la luz no incrementa si colocas un vaso lleno de agua sobre el medidor, en los productos para bajar de peso sin mover un dedo, en los fondos de inversión en línea que te hacen ganar millonadas, pero en la eficacia de un cubrebocas no, es más, ni en la existencia del virus SARS-CoV-2, pues las redes sociales señalan que todo es una conspiración del gobierno.

Ante ello, no sé si fue por designio de algún Dios o según las religiones budistas e hinduistas tal vez debido a ese karma que se genera a raíz del actuar de algunos individuos, que a partir del confinamiento comenzaron a presentarse sucesos extraordinarios y que gracias a la difusión imprecisa que le dan las redes sociales, se volvieron casi señales apocalípticas, la primera de ellas fue el 14 de mayo del 2020, cuando del Museo de las Momias de Guanajuato 22 momias desaparecieron de la noche a la mañana sin dejar rastro, ¿regresaron a los tres metros bajo tierra reglamentaria para confinarse? ¿Fue un aviso del más allá, para que comprendiéramos los del muy acá lo grave de la situación? La verdad es que se las habían llevado a darles mantenimiento. En ese mismo mes, nos enteramos a través de diferentes cuentas de Facebook que, en plena emergencia sanitaria, en algunos hospitales se les sustraía el líquido sinovial a los pacientes para ponerlos al mejor postor en el tianguis de restos humanos, de nuevo cundió el pánico entre la población y muchos atribuyeron las muertes por Covid-19 a este negocio, en conclusión, todo era puro cuento.

En Twitter y YouTube, usuarios preguntaban por los individuos que en lugar de divertirse con El Serpientes y Escaleras o La Lotería, se pusieron a matar el tiempo jugando Jumanji, liberando unos avispones que literalmente decapitan en el aire a abejas domésticas, y en ese fatídico mayo del 2020, estaban causando terror en Washington, de nuevo la gente empezó a afirmar que ya habían inmigrado a nuestro país, imagino que las vieron en la aduana arreglando su papeleo, luego alguien escribió: “qué estúpido sería sobrevivir a una pandemia y morir por una avispa asesina”. Para colmo el 22 de julio en San Pedro Garza García, en el estado de Nuevo León, los osos negros invaden territorio urbanizado, lamen las parrillas donde se hace el barbecue y chapotean en las albercas de las casas nice e incluso abrazan a una que otra dama que se les cruza, se viraliza que “la naturaleza vuelve a ganar lugar”.


El 17 de agosto, vecinos de la ciudad de Delicias Chihuahua, reportan al 911 que sobre sus colonias vuela insistentemente El Hombre Polilla, un ser mitad humano con particularidades demoníacas y que en el único video -por cierto bien pinche borroso- que subieron al feis se asemeja a una combinación entre el Dementor que sale en la película de Harry Potter y un dragón de Juego de Tronos, esa calurosa noche, los habitantes durmieron – ¡bueno, los que lograron conciliar el sueño! – con las ventanas y puertas bien cerradas, para al día siguiente despertar con la novedad de que el video era falso. Llegandito el 2021, en el mes del amor, el Centro Nacional de Control de Energía informó que el día 16 a partir de las 6 de la tarde, se llevarían a cabo cortes de carga rotativos y aleatorios en algunos estados del país, además que estos cortes continuarían hasta las 11 de la noche. Como siempre las redes sociales tergiversaron la información como si los cortes fuesen de las seis de la tarde hasta las once de la noche, o sea, varias horas continuas sin luz, obviamente, que las veladoras, lámparas de baterías y uno que otro quinqué se agotaron de los supermercados y changarros, al grado de que ni yo alcance, entonces me tuve que valer de mi veladora a San Cipriano.

Ahora, desde el sábado 6 de marzo de 2021, que recibí la noticia por el WhatsApp del Día Cero, cuando por cinco días continuos no vamos a contar con agua, he ido llenando cacharros, la lavadora, cubetas y Tuppers del preciado líquido, además de comprar a granel perfume Siete Machos y pachulí con tal de no oler a humano en esas fechas. Un tambo de plástico con capacidad de 200 litros, hoy se cotiza desde $500 hasta $1800, una cubeta de 20 pesitos ahora cuesta 40, lo más patético es que debido al pánico ya se están agotando. Es una pena que cuando las instituciones de servicios públicos difunden información lo hagan a cuentagotas, mientras quienes disfrutan en fomentar el miedo y la ansiedad en la población hacen su agosto, lo ideal sería brindar una explicación de cómo serán los cortes del suministro de agua, qué colonias se verán afectadas, si serán continuos o intermitentes; la verdad, a veces creo que animar el pinche amarillismo de las redes sociales es un placer que va de cuanto peor, mejor para todos.

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