jueves, 23 de julio de 2020

Y vivieron felices para siempre.

Durante mi infancia y la neta tengo que aceptarlo, también en mi adolescencia, como parte de la educación de todo mexicano que recibí, están los Libros de Texto Gratuitos de la SEP -vulgarmente conocidos como “Los Libros”, porque de verdad, ni los profesores los llamaban por su título original-, y Las Telenovelas, donde se aprenden las ensortijadas formas de amor que pueden existir, los riesgos de ser ambicioso, las diversas maneras de odiar y los modelos de humillación que podemos resistir, además de ser fuente de inspiración para esos nombres rimbombantes como Ivana Daniela, César Augusto, María Fernanda, Gustavo Adolfo, entre otros que cuando mamá te gritaba molesta, lo hacía con cierto sentido dramático acentuando las vocales que dan pánico.

En esos culebrones que inevitablemente los adultos incitan a los niños a ver a través del televisor, fue como la educación formal recibió su parte complementaria mediante la señal de ciertas empresas mexicanas de medios de comunicación, así la chaviza en los recreos sin saber exactamente la profesión de Fernanda alias La Colorina se intrigaban por saber quién de los tres jóvenes en realidad era su hijo, se tragaron el cuento de que Verónica Castro era una chiquilla en Rosa Salvaje, sí, los mismo que en el horario estelar se tapaban la cara con los cojines del mueble de la sala cuando a Diana Salazar se le ponían los ojos como El Místico -ahora conocido como Caristico-, los cuales eran señal de que ella utilizaría sus terroríficos superpoderes, ¡ay no manches! Si ya antes Enrique de Martino (Ernesto Alonso) en “El maleficio” y Doña Macabra (Amparo Rivelles) lo habían hecho, no tendría por qué alterarse tu sistema nerviotorio.

Regresando a los Libros de Texto Gratuito, me intriga saber, si alguien fue capaz de cargar en su mochila con el enorme tomo del Atlas, digo, por las telenovelas tenemos claro que la máxima enseñanza que recibimos fue que la vida inicia con el nacimiento, y termina en el matrimonio, no sin antes haber vivido culebrones tales como los divorcios, pleitos por herencias, aprender a defenderse de las cuñadas Dulcina y Cándida o meter a la cárcel a quien te hizo sufrir, con tal de vivir felices para siempre.

No hay comentarios: