miércoles, 2 de julio de 2008

Entre lo divino y lo cotidiano

Como todo ser ordinario sustento mi fe en un Dios, porque los seres humanos debemos de tener siempre algo en que creer, sino qué sentido tendría la vida; la deidad fomentada en mi idiosincrasia es de tipo cristiana, desde que era un infante mis padres como acérrimos católicos inculcaron hábitos propios a esta religión, como el persignarse al acostarse y al despertar, así como el agradecer al santo de devoción los favores recibidos encendiéndole su respectiva veladora o poniéndolo de cabeza según la intención de la plegaria.

En la adolescencia fue cuando se me ocurrió leer el best seller de mi religión la “Biblia”; en verdad fue interesante no sólo por su contenido filosófico, sino que además pude constatar algunas falacias que surgen a partir del abuso de quienes se jactan de leerla y citan frases o personajes que en realidad ni existen; por ejemplo en los 73 libros o escritos que la integran nunca leí la frase que se le atribuye al gran creador, “ayúdate, que yo te ayudaré”; en pleno acto de contrición confieso que ese fue el motivo de mi lectura, pues había realizado una apuesta de que tal frase no se encontraba allí escrita.

Como ustedes saben las “Sagradas Escrituras” se dividen en dos partes, la primera de ellas es el Antiguo Testamento compuesto de 46 obras literarias, que desde mi humilde punto de vista versan sobre la sabiduría que todo cristiano debe poner en práctica, si se considera como tal; la mitad restante se conoce como el Nuevo Testamento integrado por 27 libros, mismos que son la fuente histórica de Jesús al que apodaron el Cristo (Ungido), en estos últimos textos se condensan los cuatro Evangelios (Buena Nueva), en donde sus autores exponen vida, obras y hazañas del fundador de la filosofía cristiana, me refiero a los escritos de Mateo(Leví), Lucas, Marcos y Juan, por cierto a Lucas se le considera como autor del libro de los Hechos de los Apóstoles que también ahí se incluye; además están las epístolas de Pablo (Saulo) de Tarso, quien fue uno de los primeros en formar parte del Nuevo Testamento con su carta a los Tesalonicenses.

Si leen estos escritos exento de fanatismo religioso se sorprenderán de los diversos embustes que se generan a partir de la ignorancia colectiva; en los cuatro Evangelios nunca es redactado ni en número mucho menos sus títulos reales y peor aun los nombres de los magos que desde el oriente acudieron a rendirle tributo al recién nacido hijo de Dios; entonces, ¿Quién diablos fue el que dijo que se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar? O de igual manera, ¿Qué sus medios de transporte eran camello, corcel y paquidermo? ¡Ah que maravilla de marketing!

Los magos eran sacerdotes muy respetados pertenecientes a la religión de Zoroastro (astrólogos y adivinos), en la Biblia representan las otras religiones que no son profesadas por los personajes en ella descritos; por otro lado el número de magos tal vez se deduce por el contenido de sus cofres ofrendados: oro, incienso y mirra. Según expertos estos elementos significan el reconocimiento que los magos hacían en Jesús de sus atributos como rey, dios y hombre.

Fue en la edad adulta de Jesús cuando es sometido a prueba por los escribas al presentarle una hembra sorprendida en adulterio, y de acuerdo a la Ley de Moisés debía morir a pedradas, existe confusión sobre quien era en realidad esta mujer, lo que si puedo asegura es que no se trataba de María de Magdala o la Magdalena como vulgarmente es conocida, sino un personaje circunstancial que no se menciona su nombre, así que hagan caso omiso de la tergiversada interpretación que Mel Gibson hizo de ella al presentarla visualmente como si fuera la misma persona en la pésima versión fílmica que realizo de la “Pasión de Cristo”. A propósito de esta película, recuerdan cuando grupos de homosexuales estadounidense se manifestaron en contra de la exhibición de la cinta “Bajos Instintos” (Basic Instinct) de Paul Verhoeven, protagonizada por Sharon Stone y Michael Douglas por fomentar la homofobia, ¡Qué me dicen del Satanás con aspecto andrógino que en la cinta de director australiano se presenta!

Tocando el tema de la pasión, en ella se citan a dos personajes que tienen un rol preponderante y la vez moral en esta parte del evangelio, me refiero a los dos ladrones o facinerosos que fueron crucificados junto al Mesías; aquí sucede de igual forma como en el caso de los magos del oriente, la gente les nombra Dimas y Gestas, pues la verdad es que en ningún párrafo se menciona sus nombres; no quiero ni siquiera imaginar que los culpables sean los vecinos de la colonia de Iztapalapa del Distrito Federal con su peculiar cristo al más puro estilo Buki que cada semana santa representan.

Algunos de estos acontecimientos ficticios son tal vez producto de la abundante iconografía cristiana, por citar alguna las que se encuentran en la basílica romana de Santa María la Mayor y en los míticos evangelios apócrifos; lo curioso de ello es que algunos sacerdotes y seglares los den por hecho y en sus homilías lleguen a citarlos como si fuera fidedigno.

Espero no haber generado confusión, pero si no creen lo aquí expuesto, vayan a la fuente directa y comprueben si lo escrito es una blasfemia de este aprendiz de redactor o en realidad es una argucia heredada de nuestros antepasados españoles que en su difícil jornada de evangelización emplearon y en la actualidad son el patrimonio de la religión que profesamos; no hay que olvidar que el tradicional “nacimiento navideño” en España se le conoce como “el Belén”; y bueno, aunque pese, “las Pastorelas” fueron parte metodológica del trabajo evangélico para que los aborígenes olvidarán el politeísmo al que estaban acostumbrados a rendir culto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Marcial.... creo que más de un resquemor causará tu texto de esta vez.... porquie el tema es poco menos que intocablwe para algunos... je,je,je... lo bueno es que adviertes que eres un aprendiz...por otra parte, mi comentario de hoy, al respecto de lo divino, es que, cuando los sacerdotes hacen la lectura del evangelio en la misa, finalizan diciendo: "esta es palabra de Dios".. y siempre he pensado que en realidad es "palabra de traductor".. porque la versión en español que nos llega ya sufrió varias traducciones desde su original en arameo.. si mis fuentes no me fallan, del arameo pasó al griego, del griego al latín vulgar, de ahí al francés y de esa versión francesa hicieron la que nosotros leemos ¡imagínate!... con eso de que de un idioma a otro no existe total paralelismo en las palabras... ¡ufff! y eso sin contar las versiones que en la homilía se componen... en fin
Al respecto de lo cotidiano... mi crítica profesioal de hoy... cuando escribes: ¡Qué me dicen del Satanás con aspecto andrógino que en la cinta de director australiano se presenta!
es una frase que entiendo que la pusiste entre signos de exclamación para darle énfasis... pero básicamente, por su contenido, es una pregunta y los signos debieron ser de interrogación.
Por cierto que jamás respondes estos mails que te envío.. y no sé realmente si me lees y qué te parece lo que te anoto...esperemos que de éste si reciba respuesta... Que tengas buen dia... Ciao!