miércoles, 18 de mayo de 2011

Nuestros nombres

Resulta curioso y a la vez ridículo, que las parejas inviertan gran parte de su tiempo en elegir el nombre de sus hijos e hijas, muchas veces este asunto se torna algo delicado, pues uno de los dos al querer imponer el de su elección genera cierto resquemor en el otro que probablemente esté en desacuerdo; es un hecho que como nos pongan es como nos llamarán por el resto de la vida, bueno, en la actualidad haciendo un pago te lo puedes cambiar, digo, poderoso caballero es Don Dinero; igual al ingresar a la escuela se olvidarán de cómo te llamas haciéndote acreedor a un mote, el cual brinda dos opciones: hacerte sentir orgulloso o avergonzado.

También existe la insatisfacción en aquellos que tienen más de dos nombres, pues resulta que siempre les debes de llamar por el que más les agrada, la verdad es mucha pretensión ponerle más de un nombre a un ser humano y tres, es vanidad, ¿para qué jodidos tanto nombre?

En la licenciatura tenía una compañera que se llamaba Ana Eleticia, imagino que por un fatal error de dedo de la secretaria del registro civil de su natal Cacayaca, Jalisco, fue la razón por la cual poseía ese nombre; esta mujer, gustaba de que le llamaran Lety, quien no lo hiciese de esa forma, pues simplemente lo ignoraba, la verdad eso de que te modifiquen tu nombre dizque por demostrarte que te aprecian me caga, es más, creo que se trata de jodidos problemas de autoestima, aparte en los hombres como que es muy gay.

Es tan común en nuestro país alterar los nombres con el supuesto de llamarles de “cariño”, incluso combinan las contracciones con sus respectivos diminutivos; ya entrados en eso de la simplificación, por allí supe que hace muchos años en los conventos católicos, cuando se leía el “Nuevo Testamento” al hacer alusión al patriarca San José, le llamaban “Pater Putatibus”, para simplificarlo utilizaban las literales “P.P.”, dando origen a llamar Pepe a José, a pesar de esta reducción algunos se empeñan en decirle Pepito, hágame el favor, por cierto este es uno de los sobrenombres que en nuestro país existe la posibilidad de que todos los mexicanos en algún momento de nuestra vida hemos conocido a alguien apodado de esa forma.

Eso de modificar los nombres llega a generar diversas confusiones, para muestra tenemos a Beto, uno se pregunta si en realidad se llama Alberto, Humberto o Roberto, de manera similar se encuentra Rosy, pues cuesta cierto grado de dificultad discernir si se trata de Rosa, Rosalba o Rocío, y que decir de Bety, uno llega a titubear al referirse a ella por su nombre de pila, pues no se sabe si es Bertha o Beatriz; también existen apodos tan similares y dispares a la vez, como es el caso de Lalo y Lola.

De la misma forma no le encuentro sentido lógico cuando a Luis le llaman Wicho y Chema a José María; qué decir de los nombres multiapodos como Francisco y Josefina; existen también nombres asexuales entre los que se encuentran Jesús, José, Cruz, Trinidad y Guadalupe. Existen otros que ni santoral han de tener menos poder decirles de forma cariñosa como a Gladys u Odalys.

Digno de mención son aquellos que antes del nombre completo les ponen la letra que ocupa la décima posición del abecedario español, conocida como “J”, si son homosexuales pues encantados de llamarse así; pero, ¿por qué discriminar las veintiséis letras restantes del abecedario? A poco no sería chingón conocer a personas llamadas “X”, “W” o “Ñ”.

Un nombre no dice cómo es la persona, es decir, no define la personalidad del individuo, ¿entonces, por qué jodidos los padres y madres se empeñan en buscar uno acorde con la investidura de su bebé? Está cañón eso de llamarte Bryan o Nicole, siendo de piel cafecita, cabello oscuro y chaparrito.

Para concluir, les comento que según datos del INEGI, durante casi diez años María Fernanda, Santiago y Miguel Ángel han sido los nombres más comunes de nuestro país; mientras que el BabyCenter México, asegura que desde 1930 a la fecha los nombres más frecuentes son María Guadalupe y José Luis, ¿y tú cómo te llamas?

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Yo?.. Perla del Rocío... y cuidadito con que alguien critique a las musas de mi amá!!! ;P