Dedicado a los gatos.
Un conocido –digo, no lo puedo considerar amigo, si nomás está molando, siempre buscando errores de mi parte para echármelos en cara– hizo guasa de que cuando voy a mi trabajo de madrugada camino por la calle en lugar de la banqueta, y que lo hago por miedo. Como no me gusta discutir y consciente estoy de que las personas experimentan satisfacción cuando se les da la razón, además no hay situación más divertida que otorgar la razón a alguien, opté por quedarme callado.
Ustedes queridos lectores sí se merecen una explicación, no como esa *&@#€ persona ofensiva. Es verdad que no camino por la banqueta en las tinieblas, pero lo hago por precaución de evitar embarrarme de caca de perro no por cobarde, pues como ustedes saben siempre hay gente orgullosa de sacar a su mascota a pasear, muy nice con correa y toda la parafernalia, donde a veces tengo la impresión que es el animal quien en realidad saca a dar la vuelta a su dueño, digo, tanto jaloneo lo hacen evidente.
Lo que sí es, además de ridículo, una vergüenza que cuando a la mera hora de la evacuación del perrito, su amo simplemente se hace el disimulado como que mira al firmamento buscando vida extraterrestre o simplemente pone la mirada en los coches que circulan por la avenida cual Yara en la ciudad, menos el sitio donde el animal deja su gracia, es más, a veces como que hasta el propio can les sugiere que lo recoja con tanto empujón.
A plena luz del día esos residuos son como ver un accidente, pues no podemos apartar la vista de ellos pese a lo asqueroso, y se vuelven obstáculos fáciles de esquivar, pero en la noche o de madrugada uno puede embarrarse el calzado y en estos tiempos no estamos como para tirarlos, además, si estás alejado de tu casa implica que por un buen de tiempo serás el portador del fétido olor, así los talles sobre la tierra o el pasto, quienes te conocen te mirarán con asco, ¡híjole, solamente de pensar en ello hasta el oguio me da!
Es sabido que somos potencia mundial en mascotas, de tantas que hay, se estresan, se ponen melancólicos o neuróticos, por eso, si las llevas por la vía pública para romper su rutina, carga también una bolsa donde deposites lo que ellos van dejando por ahí, no te creas que eso de que el papel higiénico es pura mercadotecnia exclusiva para los humanos, recuerda que hay peatones que pueden terminar todo embarruscados, quienes no necesitan recomendaciones sobre qué hacer para limpiarse, mejor ustedes hagan algo para evitar esos residuos fétidos.
Son una serie de artículos que ya han sido publicados en diversos periodícos locales.
jueves, 25 de enero de 2018
jueves, 18 de enero de 2018
Radio Juventud
Dedicado a los Levy, pioneros del desarrollo de la radio en la ciudad.
Buena parte de mi infancia y adolescencia la dedicaba a escuchar mucho la radio, hasta tenía uno de transistores que me acompañaba a llevar el itacate a mis hermanos mayores que en esas épocas se dedicaban a la albañilería. Por aquellos tiempos en Colima solo había el cuadrante de Amplitud Modulada (AM), a pesar del sonido monofónico disfrutaba un titipuchal de las canciones que reproducían. Siempre quise saber por qué nunca se escuchaba el clásico ruidito de los surcos del vinilo o que uno se les rayara al aire.
Además de la XERL, sintonizaba en el 930 la XEDS, Radio Juventud. Radiodifusora que amplio mi cultura musical, como olvidar esos momentos en que Emmanuel disputaba con un tal Franco el gusto de los radioescuchas por la canción de Lucio Dalla llamada “Toda la vida”, fenómeno que se repitió cuando los argentinos Miguel Mateos y Laureano Brizuela interpretaron “Cuando seas grande”. Era de extrañar que los locutores dijeran el título original de las rolitas extranjeras, razón por la cual llamó a “Es difícil decir lo siento” a la canción de Chicago y “Que tan grande es tu amor” a la de los Bee Gees. También la estación impulsaba el talento de la entidad, promoviendo a La Realidad con el cover de Triángulo, a Claudio Valente con su Domingo a domingo y al charro colimense Pepe Nava con La flor murió de sed.
Fue a través del programa de las dos de la tarde llamado personalidad, que descubrí como José José inventaba el amor. Nunca olvidaré todas esas canciones que alimentaban mi masoquismo romántico al grado de querer cortarme las venas con una oblea, para muestra un poco de su poesía:
“Que sorpresas da la vida encontrarte en plena calle fue una chispa en mi equilibrio dinamita que estalló.
Te detuviste a mi lado a ver qué cara ponía, entre cuadros y revistas camisetas discos y jeans.
Y puse tanto esfuerzo en ser el primero en hablar. Que cuando uno se atreve es tarde ya, tarde ya.
Me he enterado en el parque que te has casado otra vez, pero quiero decirte, que siempre te querré.
Mírame fijamente a los ojos y comprueba tu misma que digo, la verdad que tú siempre has querido escuchar de mis labios amor.
Empieza ya mujer no tengas miedo, quizá para mañana sea tarde, quizá para mañana sea tarde.
Hola, ¿cómo estás?, ¡qué linda te ves! Te he extrañado tanto, hasta te lloré, cuéntame por qué te dejé partir. Es que soy un loco que aún no sabe vivir.
Yo le quería con toda el alma, como se quiere solo una vez, pero el destino cambió mi suerte. Quiso dejarme sin su querer. ¿Por qué me das libertad para amar? Si yo prefiero estar preso de ti. Quizás no supe encontrar la forma de conocerte y hacerte feliz.
Yo no puedo soportar serenamente, el futuro ni el presente sin ti. Déjame volver, contigo, te lo pido mordiéndome los labios.
Tú me admiras porque callo y miro al cielo, porque no me ves llorar y te sientes cada día más pequeño y esquivas mi mirada.
Óyeme, el niño ya nació, yo estoy bien lo malo ya pasó. Y no temas, él ya nunca lo sabrá, disimula, no volveré a llamar”*.
Gracias XEDS por haber enriquecido mis momentos de ocio, por hacerme un neófito de la música popular nacional e internacional, igual también por contribuir en el ánimo de las personas para que en un futuro se atrevieran a participar en el karaoke sin leer la letra de las canciones y contribuir a que en varios años adelante existieran reality show como Operación Triunfo, La Academia, La Voz México y todos sus derivados.
*Los autores del entrecomillado son: Hernaldo Zuñiga, Carlos Lara / Jesús Monarrez, José María Purón, José Luis Perales, Amado Jaen / Ray Girado, Jos, Yoshio, Luis Martínez Serrano, Camilo Blanes, Rafael Pérez Botija, Juan Carlos Calderón.
Buena parte de mi infancia y adolescencia la dedicaba a escuchar mucho la radio, hasta tenía uno de transistores que me acompañaba a llevar el itacate a mis hermanos mayores que en esas épocas se dedicaban a la albañilería. Por aquellos tiempos en Colima solo había el cuadrante de Amplitud Modulada (AM), a pesar del sonido monofónico disfrutaba un titipuchal de las canciones que reproducían. Siempre quise saber por qué nunca se escuchaba el clásico ruidito de los surcos del vinilo o que uno se les rayara al aire.
Además de la XERL, sintonizaba en el 930 la XEDS, Radio Juventud. Radiodifusora que amplio mi cultura musical, como olvidar esos momentos en que Emmanuel disputaba con un tal Franco el gusto de los radioescuchas por la canción de Lucio Dalla llamada “Toda la vida”, fenómeno que se repitió cuando los argentinos Miguel Mateos y Laureano Brizuela interpretaron “Cuando seas grande”. Era de extrañar que los locutores dijeran el título original de las rolitas extranjeras, razón por la cual llamó a “Es difícil decir lo siento” a la canción de Chicago y “Que tan grande es tu amor” a la de los Bee Gees. También la estación impulsaba el talento de la entidad, promoviendo a La Realidad con el cover de Triángulo, a Claudio Valente con su Domingo a domingo y al charro colimense Pepe Nava con La flor murió de sed.
Fue a través del programa de las dos de la tarde llamado personalidad, que descubrí como José José inventaba el amor. Nunca olvidaré todas esas canciones que alimentaban mi masoquismo romántico al grado de querer cortarme las venas con una oblea, para muestra un poco de su poesía:
“Que sorpresas da la vida encontrarte en plena calle fue una chispa en mi equilibrio dinamita que estalló.
Te detuviste a mi lado a ver qué cara ponía, entre cuadros y revistas camisetas discos y jeans.
Y puse tanto esfuerzo en ser el primero en hablar. Que cuando uno se atreve es tarde ya, tarde ya.
Me he enterado en el parque que te has casado otra vez, pero quiero decirte, que siempre te querré.
Mírame fijamente a los ojos y comprueba tu misma que digo, la verdad que tú siempre has querido escuchar de mis labios amor.
Empieza ya mujer no tengas miedo, quizá para mañana sea tarde, quizá para mañana sea tarde.
Hola, ¿cómo estás?, ¡qué linda te ves! Te he extrañado tanto, hasta te lloré, cuéntame por qué te dejé partir. Es que soy un loco que aún no sabe vivir.
Yo le quería con toda el alma, como se quiere solo una vez, pero el destino cambió mi suerte. Quiso dejarme sin su querer. ¿Por qué me das libertad para amar? Si yo prefiero estar preso de ti. Quizás no supe encontrar la forma de conocerte y hacerte feliz.
Yo no puedo soportar serenamente, el futuro ni el presente sin ti. Déjame volver, contigo, te lo pido mordiéndome los labios.
Tú me admiras porque callo y miro al cielo, porque no me ves llorar y te sientes cada día más pequeño y esquivas mi mirada.
Óyeme, el niño ya nació, yo estoy bien lo malo ya pasó. Y no temas, él ya nunca lo sabrá, disimula, no volveré a llamar”*.
Gracias XEDS por haber enriquecido mis momentos de ocio, por hacerme un neófito de la música popular nacional e internacional, igual también por contribuir en el ánimo de las personas para que en un futuro se atrevieran a participar en el karaoke sin leer la letra de las canciones y contribuir a que en varios años adelante existieran reality show como Operación Triunfo, La Academia, La Voz México y todos sus derivados.
*Los autores del entrecomillado son: Hernaldo Zuñiga, Carlos Lara / Jesús Monarrez, José María Purón, José Luis Perales, Amado Jaen / Ray Girado, Jos, Yoshio, Luis Martínez Serrano, Camilo Blanes, Rafael Pérez Botija, Juan Carlos Calderón.
viernes, 12 de enero de 2018
Porque cuento los días de aquí hasta octubre.
Dedicado con devoción a mi Añalejo.
En otras épocas era tradición que en los establecimientos comerciales donde uno era cliente frecuente, durante la última semana de diciembre como una forma de agradecimiento se obsequiara un calendario, el cual además del eslogan del negocio llevaba una fotografía que variaba según los gustos, pues había desde hermosos paisajes en los que anhelabas estar, ternuritas de animales que te hubieran gustado como mascotas, deidades religiosas ante las cuales hacías reverencias y hasta lindas mujeres en paños menores o como nacieron, ¡ah, cómo extraño en los talleres mecánicos esos calentarios! Perdón calendarios.
No sé si porque uno va envejeciendo y los días se nos hacen más cortos cada vez a diferencia de cuando éramos niños, conforme transcurrieron los años los calendarios se fueron haciendo chiquitos, casi al tamaño de un naipe, haciendo difícil colgarlos en la pared. Hoy son contados los negocios donde los regalan, es más, hay hasta quienes los incluyen como promoción de sus ventas, o sea, por cada cien pesitos de compra se hace merecedor a uno, ¡ya ni la amuelan!
En la actualidad debido a su escasez gratuita, hay que ir a comprarlos a las tiendas departamentales o puestos de revistas y obviamente cuanto más grande sea, así su precio; recuerdo que durante la década de los noventas –sí, los años del Nintendo, las canciones horribles llamadas one-hit wonder y los cabellos tiesos de tanto gel– se pusieron a la venta unos calendarios parecidos a los que disfrutaba en los servicios automotores, solo que en ellos lucían su físico sin Photoshop, pero sí con su respectivo retoque de cuarto oscuro, Biby Gaytán, Lorena Herrera y con mención honorífica a Gloria Trevi, quien literalmente salía de pelo suelto, razón por la cual dejé de verla sin tanto enredos.
Hoy gracias a la amabilidad de la vendedora de tamales del mercado, la óptica de por mi chante y el restaurante de comida japonesa, es que las paredes de casa cuentan con ese instrumento que sirve para organizar el tiempo, inventado por los babilonios y los chinitos, que gracias a la magia del copy paste artesanal se fusilaron los egipcios, que luego se lo chutó como propio –ya ven que eso de birlar ideas es más viejo que Matusalén– Julio César, ¡el líder militar y político romano, no el boxeador! Siendo perfeccionado por el papa Gregorio XIII.
Si, ya sé que con tener calendarios no voy a saber con exactitud las fechas en las que vivo, digo uno a veces anda todo atolondrado por el ajetreo del trabajo, igual nunca te va a servir para dejar de ser un forever alone, pero sí pueden guiarte para pactar citas, saber en qué día vas a cumplir el único propósito de los muchos que te planteaste este 2018, es decir, la fecha de tu cumpleaños y lo más lindo, recordar el día en que te conocí, ¡aaaahhhh!
En otras épocas era tradición que en los establecimientos comerciales donde uno era cliente frecuente, durante la última semana de diciembre como una forma de agradecimiento se obsequiara un calendario, el cual además del eslogan del negocio llevaba una fotografía que variaba según los gustos, pues había desde hermosos paisajes en los que anhelabas estar, ternuritas de animales que te hubieran gustado como mascotas, deidades religiosas ante las cuales hacías reverencias y hasta lindas mujeres en paños menores o como nacieron, ¡ah, cómo extraño en los talleres mecánicos esos calentarios! Perdón calendarios.
No sé si porque uno va envejeciendo y los días se nos hacen más cortos cada vez a diferencia de cuando éramos niños, conforme transcurrieron los años los calendarios se fueron haciendo chiquitos, casi al tamaño de un naipe, haciendo difícil colgarlos en la pared. Hoy son contados los negocios donde los regalan, es más, hay hasta quienes los incluyen como promoción de sus ventas, o sea, por cada cien pesitos de compra se hace merecedor a uno, ¡ya ni la amuelan!
En la actualidad debido a su escasez gratuita, hay que ir a comprarlos a las tiendas departamentales o puestos de revistas y obviamente cuanto más grande sea, así su precio; recuerdo que durante la década de los noventas –sí, los años del Nintendo, las canciones horribles llamadas one-hit wonder y los cabellos tiesos de tanto gel– se pusieron a la venta unos calendarios parecidos a los que disfrutaba en los servicios automotores, solo que en ellos lucían su físico sin Photoshop, pero sí con su respectivo retoque de cuarto oscuro, Biby Gaytán, Lorena Herrera y con mención honorífica a Gloria Trevi, quien literalmente salía de pelo suelto, razón por la cual dejé de verla sin tanto enredos.
Hoy gracias a la amabilidad de la vendedora de tamales del mercado, la óptica de por mi chante y el restaurante de comida japonesa, es que las paredes de casa cuentan con ese instrumento que sirve para organizar el tiempo, inventado por los babilonios y los chinitos, que gracias a la magia del copy paste artesanal se fusilaron los egipcios, que luego se lo chutó como propio –ya ven que eso de birlar ideas es más viejo que Matusalén– Julio César, ¡el líder militar y político romano, no el boxeador! Siendo perfeccionado por el papa Gregorio XIII.
Si, ya sé que con tener calendarios no voy a saber con exactitud las fechas en las que vivo, digo uno a veces anda todo atolondrado por el ajetreo del trabajo, igual nunca te va a servir para dejar de ser un forever alone, pero sí pueden guiarte para pactar citas, saber en qué día vas a cumplir el único propósito de los muchos que te planteaste este 2018, es decir, la fecha de tu cumpleaños y lo más lindo, recordar el día en que te conocí, ¡aaaahhhh!
viernes, 15 de diciembre de 2017
Ser sincero sin dejar de mentir.
Dedicado a mi One Touch 5036A.
Hace unos días, navegando por internet – N´hombre, que ya tenía sus años que no utilizaba tan noventeras palabras–, vi en la página de SensaCine el tráiler de la película Perfectos desconocidos, del director Álex de la Iglesia, cuya trama gira sobre una extraña dinámica, en una reunión de amigos colocan sobre la mesa los celulares de todos y hacen público durante la reunión lo que se iba recibiendo a través del aparato.
¡De locos el dichoso jueguito! Hacer del dominio de los demás todo el contenido de ese objeto que hasta al baño nos acompaña, donde hemos visitado –no me salgan con la mamarrachada que ustedes no–sitios web que en una computadora de escritorio no somos capaces de abrir bajo el temor a ser sorprendido por alguien o que se sepa que eres filial al grupo ese de compañeros cochinones de la secundaria que al parecer no han evolucionado y se comportan como imberbes púberes. Otro punto en contra, radica en que además de las aplicaciones que le hemos suministrado a nuestro dispositivo móvil, también le incluimos nuestros secretos e intimidades, por ejemplo ahí están las claves de ingresos a las redes sociales, las fotografías y videos no aptos para cualquiera, los contactos que podrían resultar incomodos para los demás, entre otras cosillas –aquí estimado lector, piensa en las de tu particularidad.
En la actualidad, para algunos el celular es en sí el desarrollo de sus vidas, donde no existen reservas ni restricciones, lo que hace de ese tipo de juegos un peligro, además, ¿contamos con la madurez de soportar sinceridad al 100%? Tal vez caigamos en la cuenta de que la sinceridad y la verdad a veces llegan a incomodar, pues somos partidarios de conocer las cosas a medias. Haciéndonos al ánimo de que es saludable que tu hijo, pareja o tú mismo tengan una porción de privacidad en la vida, pues así evitas posibles diferencias en las relaciones humanas o que borren el concepto que tienen de ti.
Si crees que no es razonable mi argumento, por favor realiza un recuento de las veces que a tus padres les mentiste con tal de que la vida continuara en armonía. También, considero que le quita ese toque de misterio a una relación de pareja el saber todo lo que es y lo que será, mejor aceptarse tal cual y punto.
Después de terminar la redacción del artículo dudé en hacerlo público, pues más de alguno tendrá la iniciativa de ponerlo en práctica, ¿se imaginan este ejercicio en la posada de la oficina, la cena navideña o de fin de año? Lo más seguro es que terminaría en drama y esta vez no será por el intercambio, creo que lo mejor es continuar siendo sinceros sin dejar de mentir.
Hace unos días, navegando por internet – N´hombre, que ya tenía sus años que no utilizaba tan noventeras palabras–, vi en la página de SensaCine el tráiler de la película Perfectos desconocidos, del director Álex de la Iglesia, cuya trama gira sobre una extraña dinámica, en una reunión de amigos colocan sobre la mesa los celulares de todos y hacen público durante la reunión lo que se iba recibiendo a través del aparato.
¡De locos el dichoso jueguito! Hacer del dominio de los demás todo el contenido de ese objeto que hasta al baño nos acompaña, donde hemos visitado –no me salgan con la mamarrachada que ustedes no–sitios web que en una computadora de escritorio no somos capaces de abrir bajo el temor a ser sorprendido por alguien o que se sepa que eres filial al grupo ese de compañeros cochinones de la secundaria que al parecer no han evolucionado y se comportan como imberbes púberes. Otro punto en contra, radica en que además de las aplicaciones que le hemos suministrado a nuestro dispositivo móvil, también le incluimos nuestros secretos e intimidades, por ejemplo ahí están las claves de ingresos a las redes sociales, las fotografías y videos no aptos para cualquiera, los contactos que podrían resultar incomodos para los demás, entre otras cosillas –aquí estimado lector, piensa en las de tu particularidad.
En la actualidad, para algunos el celular es en sí el desarrollo de sus vidas, donde no existen reservas ni restricciones, lo que hace de ese tipo de juegos un peligro, además, ¿contamos con la madurez de soportar sinceridad al 100%? Tal vez caigamos en la cuenta de que la sinceridad y la verdad a veces llegan a incomodar, pues somos partidarios de conocer las cosas a medias. Haciéndonos al ánimo de que es saludable que tu hijo, pareja o tú mismo tengan una porción de privacidad en la vida, pues así evitas posibles diferencias en las relaciones humanas o que borren el concepto que tienen de ti.
Si crees que no es razonable mi argumento, por favor realiza un recuento de las veces que a tus padres les mentiste con tal de que la vida continuara en armonía. También, considero que le quita ese toque de misterio a una relación de pareja el saber todo lo que es y lo que será, mejor aceptarse tal cual y punto.
Después de terminar la redacción del artículo dudé en hacerlo público, pues más de alguno tendrá la iniciativa de ponerlo en práctica, ¿se imaginan este ejercicio en la posada de la oficina, la cena navideña o de fin de año? Lo más seguro es que terminaría en drama y esta vez no será por el intercambio, creo que lo mejor es continuar siendo sinceros sin dejar de mentir.
jueves, 7 de diciembre de 2017
¡Ahí vienen los tesoneros!
Dedicado a… ustedes ya saben.
Por fin ha llegado el esperado frío a nuestra horneada ciudad, ¡tanto que se le extrañaba! Los ventiladores tienen su receso, los ventanales cierran en las madrugadas, cuesta más fuerza de voluntad levantarse de la cama, es más, hasta al gallo le da hueva cantar a las seis de la mañana, de lo helado que esta el tráfico se enfermó de laringitis, pero los que andan más inquietos que una monja en despedida de soltera ante Stripper, Chip n’ Dale, son los tesoneros estudiantes, ustedes ya se imaginarán por qué.
Es común por estas fechas que los alumnos se conviertan en remedo de escolta presidencial de aquellos profesores que por una casualidad del destino están aún adeudando sus materias debido a las bajas calificaciones, entonces los vemos hacerles guardia a los ingresos del plantel, afuera de los baños, en la cafetería –¡ya ni la amuelan! Apenitas le vas hincando el diente a la torta de chilaquil y ahí están acechándote. En otras épocas las fotocopiadoras sobresaturaban su funcionamiento, hoy gracias al avance tecnológico un teléfono celular se encarga de fotografiar todos los apuntes del más sobresaliente de la clase, convirtiendo sus cuadernos en especie de best seller, así como si fueran libros, por cierto, para los que no son de mis tiempos, un libro era como la Wikipedia, solamente que impresa y empastada.
Irónicamente a pesar de la laicidad de la educación los jóvenes realizan peregrinación del cubículo de docentes al estacionamiento implorando por décimas, puntos extras o exentar la evaluación final con la calificación que obtuvieron, aquí es cuando el profesor a través de una oración al alma de Gregorio Torres Quintero pide que ponga en su cerebro las palabras correctas que les hagan comprender a sus educandos que las tareas y trabajos académicos se recogieron durante el ciclo escolar, hoy ya no se aceptan.
También es frecuente querer que en la escuela se arranque esa iniciativa solidaria del redondeo pero en lugar de a favor del cliente es sobre las calificaciones, ni que la institución educativa fuera algo así como la tienda “o por, por, o”; el grupo ya sea de WhatsApp o Facebook que el docente creó con fines académicos, de pronto se vuelve una pesadilla al saturarse el inbox con un titipuchal de mensajes, olvídate de que las dos palomitas en algún momento se pondrán en azulito, pues ya han sido bloqueados esos exigentes discípulos o de plano en un acto tipo Führer decidió realizar un holocausto del grupo.
Solamente queda recurrir a las prácticas sobrenaturales, o sea, conseguir una güija, para invocar al chamuco con tal de convencer al testarudo maistro para que se compadezca regalando puntos extras o recibiendo trabajos especiales, pero en el extremo de los casos, pos… mejor que se pongan a estudiar.
Por fin ha llegado el esperado frío a nuestra horneada ciudad, ¡tanto que se le extrañaba! Los ventiladores tienen su receso, los ventanales cierran en las madrugadas, cuesta más fuerza de voluntad levantarse de la cama, es más, hasta al gallo le da hueva cantar a las seis de la mañana, de lo helado que esta el tráfico se enfermó de laringitis, pero los que andan más inquietos que una monja en despedida de soltera ante Stripper, Chip n’ Dale, son los tesoneros estudiantes, ustedes ya se imaginarán por qué.
Es común por estas fechas que los alumnos se conviertan en remedo de escolta presidencial de aquellos profesores que por una casualidad del destino están aún adeudando sus materias debido a las bajas calificaciones, entonces los vemos hacerles guardia a los ingresos del plantel, afuera de los baños, en la cafetería –¡ya ni la amuelan! Apenitas le vas hincando el diente a la torta de chilaquil y ahí están acechándote. En otras épocas las fotocopiadoras sobresaturaban su funcionamiento, hoy gracias al avance tecnológico un teléfono celular se encarga de fotografiar todos los apuntes del más sobresaliente de la clase, convirtiendo sus cuadernos en especie de best seller, así como si fueran libros, por cierto, para los que no son de mis tiempos, un libro era como la Wikipedia, solamente que impresa y empastada.
Irónicamente a pesar de la laicidad de la educación los jóvenes realizan peregrinación del cubículo de docentes al estacionamiento implorando por décimas, puntos extras o exentar la evaluación final con la calificación que obtuvieron, aquí es cuando el profesor a través de una oración al alma de Gregorio Torres Quintero pide que ponga en su cerebro las palabras correctas que les hagan comprender a sus educandos que las tareas y trabajos académicos se recogieron durante el ciclo escolar, hoy ya no se aceptan.
También es frecuente querer que en la escuela se arranque esa iniciativa solidaria del redondeo pero en lugar de a favor del cliente es sobre las calificaciones, ni que la institución educativa fuera algo así como la tienda “o por, por, o”; el grupo ya sea de WhatsApp o Facebook que el docente creó con fines académicos, de pronto se vuelve una pesadilla al saturarse el inbox con un titipuchal de mensajes, olvídate de que las dos palomitas en algún momento se pondrán en azulito, pues ya han sido bloqueados esos exigentes discípulos o de plano en un acto tipo Führer decidió realizar un holocausto del grupo.
Solamente queda recurrir a las prácticas sobrenaturales, o sea, conseguir una güija, para invocar al chamuco con tal de convencer al testarudo maistro para que se compadezca regalando puntos extras o recibiendo trabajos especiales, pero en el extremo de los casos, pos… mejor que se pongan a estudiar.
¡Vísperas de Navidad!
Dedicado al extinto Santa Clós de aquella gran barata anual.
Curiosamente desde el martes 21, la mayoría de las casas por donde camino están adornadas de luces multicolores, pastoras o flores de Nochebuena, en espera de la Navidad, ¿cómo que se están adelantando? Mi agüelita aseguraba que los adornos navideños y demás elementos decorativos se debían colocar a partir del primer domingo de adviento. Bueno, pero a ella no le tocó vivir estos tiempos modernos donde las estrategias de marketing transforman las temporadas en ansias comerciales – ¡mira que mezclar guirnaldas y estrellas de belén con utensilios para Halloween a finales de octubre! –, aunado a la tristeza que abunda en nosotros, quienes siempre buscamos un pretexto que nos distraiga de la rutina y nos motive a continuar con el ritmo de la vida.
Pretendemos acercar esas fechas tapizando de luces la fachada de nuestros hogares, desempolvando el antiguo árbol que se volverá luminoso en cuya base colocaremos el pesebre con las reliquias de figuras que han pasado de generación en generación… todo en apariencia, mientras continuamos declarándonos la guerra de día y haciendo la mimesis de amor por las noches en lo más oscuro de la alcoba.
Es más, hasta mi vecino ya quitó del ventanal la bandera del equipo… ni les digo cuál es, pues no vale la pena, para colocar una carita de Santa Claus cachetes rosados tipo pujido, de barba blanca que a la semana de estar a la intemperie se pondrá gris debido a la polución. Algunos ya saborean esa exquisita cena del 24 de diciembre, donde las que menos disfrutan de ello son las amas de casa, salvo el consuelo de ver reunidos al noventa por ciento de la familia, pues siempre faltarán a quien más se les extraña.
Por su parte, mis compañeros realizan la cuenta regresiva para el anhelado periodo vacacional, así como el pago del aguilaaargo, al igual que ya están planeando con ahínco las posadas, haciendo changuitos con los dedos para que en el intercambio no les vayan a salir con el cuento de que a Jesusita la bolsearon y les corresponda un obsequio inferior al que invirtieron. Ya ven que eso de empezar a quererse es tan superfluo y banal, que por ello la organización de la Navidad agota.
Curiosamente desde el martes 21, la mayoría de las casas por donde camino están adornadas de luces multicolores, pastoras o flores de Nochebuena, en espera de la Navidad, ¿cómo que se están adelantando? Mi agüelita aseguraba que los adornos navideños y demás elementos decorativos se debían colocar a partir del primer domingo de adviento. Bueno, pero a ella no le tocó vivir estos tiempos modernos donde las estrategias de marketing transforman las temporadas en ansias comerciales – ¡mira que mezclar guirnaldas y estrellas de belén con utensilios para Halloween a finales de octubre! –, aunado a la tristeza que abunda en nosotros, quienes siempre buscamos un pretexto que nos distraiga de la rutina y nos motive a continuar con el ritmo de la vida.
Pretendemos acercar esas fechas tapizando de luces la fachada de nuestros hogares, desempolvando el antiguo árbol que se volverá luminoso en cuya base colocaremos el pesebre con las reliquias de figuras que han pasado de generación en generación… todo en apariencia, mientras continuamos declarándonos la guerra de día y haciendo la mimesis de amor por las noches en lo más oscuro de la alcoba.
Es más, hasta mi vecino ya quitó del ventanal la bandera del equipo… ni les digo cuál es, pues no vale la pena, para colocar una carita de Santa Claus cachetes rosados tipo pujido, de barba blanca que a la semana de estar a la intemperie se pondrá gris debido a la polución. Algunos ya saborean esa exquisita cena del 24 de diciembre, donde las que menos disfrutan de ello son las amas de casa, salvo el consuelo de ver reunidos al noventa por ciento de la familia, pues siempre faltarán a quien más se les extraña.
Por su parte, mis compañeros realizan la cuenta regresiva para el anhelado periodo vacacional, así como el pago del aguilaaargo, al igual que ya están planeando con ahínco las posadas, haciendo changuitos con los dedos para que en el intercambio no les vayan a salir con el cuento de que a Jesusita la bolsearon y les corresponda un obsequio inferior al que invirtieron. Ya ven que eso de empezar a quererse es tan superfluo y banal, que por ello la organización de la Navidad agota.
jueves, 23 de noviembre de 2017
LOcO FiN
Wow¡ Así como si fuera eslogan publicitario de tienda departamental, este último puente del 2017 se la rifó, primero sacó a relucir nuestro perfil consumista con eso del “Buen Fin:)” –por cierto, ¿qué onda con la sonrisita? –, comprando tantas cosas que ni necesitábamos, además ni era cierto eso de los televisores de 10.999 pesos, pos ni los encontré. En el cine, el viernes veíamos a más personas en mallas que ni los lunes de zumba por el jardín de mi barrio, es más, aquello en pantalla parecía pijamada por la película de Justice League.
El 20 triplicamos el festejo patrio, pues además de conmemorar el 107 de la Revolución, de paso repetimos el cumpleaños del Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez García, y para que no se nos olvide, ahí va de nuez la celebración de la Independencia, ¡híjole! Cuánta información por procesar en las materias primas de las masas encefálicas de nuestra chaviza, con tal de que quedara bien fomentada nuestra idiosincrasia patriótica, luego de esto, creo que no aplica esa cuestión de: ¿pa´qué estudiamos historia?
Como dicen nuestros Bitles del nopal, Café Tacuba en su canción El Ciclón: “quiero hacerla un cuadrado, deformarla en un triángulo, pero la vida siempre vuelve a su forma circular”, todo regresó a la normalidad el martes 21, que parecía lunes, pero en realidad era martes, lo supe cuando al pasar por el Rancho de Villa contemplé a las vendimias atascadas de clientes y en el parabús el gentío esperando sin esperanza la ruta del tentempié que los llevará a su chante.
El 20 triplicamos el festejo patrio, pues además de conmemorar el 107 de la Revolución, de paso repetimos el cumpleaños del Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez García, y para que no se nos olvide, ahí va de nuez la celebración de la Independencia, ¡híjole! Cuánta información por procesar en las materias primas de las masas encefálicas de nuestra chaviza, con tal de que quedara bien fomentada nuestra idiosincrasia patriótica, luego de esto, creo que no aplica esa cuestión de: ¿pa´qué estudiamos historia?
Como dicen nuestros Bitles del nopal, Café Tacuba en su canción El Ciclón: “quiero hacerla un cuadrado, deformarla en un triángulo, pero la vida siempre vuelve a su forma circular”, todo regresó a la normalidad el martes 21, que parecía lunes, pero en realidad era martes, lo supe cuando al pasar por el Rancho de Villa contemplé a las vendimias atascadas de clientes y en el parabús el gentío esperando sin esperanza la ruta del tentempié que los llevará a su chante.
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