En México, septiembre es el mes de la patria, que aquí es casi como el mes del “orgullo nacional” y, con todo el pozole, los sopitos picaditos y las enchiladas que a cantidades industriales se consumen. Los días 13, 15 y 16 son como la temporada alta para ponernos el sombrero de piloncillo, pero sin que esté pintado, que eso ya no se lleva mucho, ¿sabes? Es un rollo que mezcla: tradición que huele a limón —que aquí usamos, como si fuera nuestra medicina milagrosa— y cosmopolitismo, que es cuando te crees muy moderno, pero sigues comiendo chile hasta en el café. Porque sin chile, el taco se siente como sin alma, y el limón es nuestro jarabe multiusos. Lo mismo te cura un resfriado que lo echas en el tequila pa’ olvidarlo todo.
Es cuando la mayoría de conductores suicidas de las empedradas y llenas de cráteres de nuestras calles, prefieren ponerle banderitas de México al coche, que la direccionales cuando van a dar vuelta; las oficinas godín se adornan “retechulas” de bonitas, con sombreros de charros, carrilleras, jorongos multicolores y enormes mostachos -o sea, olvidan de lo lampiño del aborigen de nuestro país-, se espera con mucha enjundia la “Noche Mexicana de la Oficina”, donde lucirán ajuares de adelitas -así es, existe cierta confusión con la revolución-, charros y ningún gachupín.
Y claro, esas fiestas patrias son muy bonitas, muy pomposas, pero también la gente habla del 19, que es el día en que la tierra dijo “aquí estoy yo, a ver si se mueven un poco, que no todo es fiesta”. Eso sí que es una conmemoración sorpresa por todo lo alto, y todos nos quedamos aterrorizados, más que nada porque después del temblor se vino la cruda de la celebración, y eso sí que es para temer.
En fin, que en México somos castizos con celular, que no olvidamos nuestras raíces, pero tampoco dejamos de mandar un “WhatsApp” pa’ todo, y de paso a veces nos quejamos del chilito que pica mucho, del limón que está muy ácido y del temblor que nos dejó comiendo birote pa´l susto… Eso sí, siempre con mucho orgullo, porque si algo tenemos es eso: orgullo de ser mexicano, no le hace que le aunque tiemble.
No hay comentarios:
Publicar un comentario