Los malabaristas y bailadores de breakdance en los semáforos, los payasitos del jardín, los músicos de la calle Madero, los viejitos del kiosco en el Jardín Libertad bailando danzón a ritmo de nuestra eléctrica y urbanizada banda municipal, los hombres mayores asoleándose en las bancas, así como esos graffiteros que inundan con su arte las viejas paredes de la ciudad, son algo que se disfruta cuando uno despabila el cerebro al caminar por la Ciudad de las Palmeras.
Es el umbral del año 2017, respirando y agradecido por continuar viviendo a pesar de contar con una mala salud de hierro. ¡Sobreviví al maratón Guadalupe Reyes! Ya el siete de este mes para evitar remordimientos por tanta harina que tragué he retrasado 8 kilos la terrible báscula, lo cual me prepara para el colofón de este maratón el próximo 2 de febrero con la tamaliza groove. El primer mes del año, la única que adelgaza sin estar a dieta, es la cartera, pues la pobre sufre las consecuencias del metabolismo acelerado del desembolso económico de los pagos que se hacen por el predial y el agua. Adiós tiendas departamentales, bienvenida ropa de paca – ¡ya se la saben si me ven estrenando!
A estas alturas del Siglo XXI, tengo bien clarito que las relaciones entre humanos ya no son reales, pues una conversación se reduce al simple mensaje de texto, las discusiones son llamadas por teléfono donde los interlocutores gritan y manotean como si estuvieran frente a frente, mientras que los sentimientos… pos… son unos emoticones.
Según los chinos –náquever con aquellos que tienen rizada su cabellera–, en este 2017, iniciará a partir del 28 de enero el año del Gallo, plumífero que se caracteriza por su canto muy de madrugada y que los orientales perciben como el despertar, donde la honestidad aunado a la justicia deberán prevalecer sobre un ambiente desconcertante, rígido o ríspido como el que estamos viviendo, ¿será por ello que hasta nuestro volcán se ha despertado eructándonos infinidad de veces?
Ámonos pues preparándonos a echarle mucha talacha y paciencia a la chamba si queremos lograr alcanzar esa enorme lista de propósitos que nos planteamos durante la noche vieja cuando nos atragantábamos las doce uvas, sin olvidar que nuestra vida se desarrollará a través de un trayecto de 365 días, donde lo apasionante serán los paisajes y las personas que nos encontremos en la carretera. A quienes me leen y también a los que no, les deseo de corazón e hígado un feliz e irrepetible 2017.
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