jueves, 8 de junio de 2023

¿Qué hay en un nombre?



Así como apodan a nuestra ciudad, también en la Biblia se describió a la ciudad con la muralla protectora más antigua de Palestina, Jericó, “Ciudad de las Palmeras”, imagino que por las que daban dátiles; mientras que en Perú, en el distrito de San Martín a Tarapoto, también la conocen como “Ciudad de las Palmeras”, por cierto, allá a la hoja de la palmera le dicen palma y acá, les llamamos palapas, mientras que para los habitantes de Filipinas, las palapas son viviendas muy cerca de las playas donde las personas suelen dormir, y en mí chante, la abuela a las construcciones de techo hechos con hojas de palmas le decía caedizo o caidizo

Desde su fundación en 1523 por mandato de Hernán Cortés y hasta la fecha, los aborígenes de acá tenemos montañas, colinas de pasto sintético, contamos con volcanes prestados, ríos con aguas que nunca son las mismas, a pesar de que el nombre de nuestra ciudad significa “lugar donde tuerce el agua” o “lugar donde hace recodo el río”, presumimos de un mar azul rentado al Océano Pacífico, además del Tlatoani de roca en donde los hinchas van a celebrar con alegría etílica las hazañas de sus equipos, hay estrechas banquetas, calles empedradas con caries, jardines que se llaman Libertad, Núñez, Guadalajarita y San Pancho, enormes camellones que oxigenan a esa Ciudad de las Palmeras, cuya curiosa denominación, quizá nunca sabremos quién se la dio -si usté lo sabe, mándame un WhatsApp-, ciudad renuente a la modernización, más amante de la naturaleza que al know-how.

El simple hecho de existir es resistir, y eso es lo que nuestra Piedra Lisa ha realizado en los últimos 100 años, un monolito que no sabemos cómo cayó hasta acá, haciendo del lugar en donde se ubica algo único en su género, cuyo brillo encandiló tanto al último juglar del Siglo XX, Juan José Arreola, quien cuestionó si alguien sabía la cantidad exacta de nalgas que al resbalarse sobre ella la pulieron cual espejo. Admirada por unos, rechazada por otros, la Figura Obscena obra del escultor José Luis Cuevas, que representa a una efigie humana postrada en 3 patas y levantando la cuarta en actitud de marcar territorio, cual irónico augurio de su nómada ambulantaje. En el jardín de Guadalajarita, se encuentra “La Madre”, un monumento que inspira sentimientos encontrados dependiendo de la fecha en el calendario, existe un Panteón de los Gringos y otro pa’ los rodillones, pata rajada de aquí.

Con más de 157,048 habitantes y contando los que se acumulen después de aquellas noches en que no hay nada bueno por ver en las plataformas streaming, y si a ello le agregamos una temperatura cálida toooodo el veraniego año, abundan festejos tradicionales y uno que otro de reciente creación, quienes vivimos aquí, sabemos que a pesar de que nos hemos acabado sus palmeras, la existencia de un tránsito kamikaze, el escandaloso ruido y la basura, esta ciudad es nuestra casa, aunque la sigamos pagando, aunque la amemos y odiemos a la vez.

jueves, 1 de junio de 2023

¡Quema mucho El Sol!


¿Qué onda con la primavera? La muy canija anda
 con tocho morocho en la Ciudad de las Palmeras borrachas de tanto Sol, y creo que el teacher Agustín Lara como siempre tiene la razón; el Astro Rey trae unos calorones que ni chance nos dan a los aborígenes de esta selva de concreto de espabilarnos tantito, pa´l agüite, después del 21 de junio llega el verano, y de a pilón, Tláloc, como que se ha encaprichado con nuestra ciudad y tan solo ha liberado chisguetes, en lugar de un torrencial aguacero que mengue las infernales temperaturas, ya nos lo advertía en 1989 el grupo de hip-hop Caló en su canción El Planeta: “No debes usar aerosol, porque sin ozono nos vamos a quedar, y solamente tú te vas a acordar de cuando a la playa te ibas a asolear”, pero a los ingratos grupos de Glam Rock de los 80’s junto con los holocaustos de zancudos les valió Wilson.

En las últimas semanas, para quienes no contamos en casa con aire acondicionado, este calorcito nos obliga realizar constantes visitas a las tiendas departamentales sin comprar nada, únicamente por tener de perdis unas cuantas horas de frescura, mientras los desodorantes, chescos helados, ventiladores y bañadas han superado récord de uso, por cierto, el agua de la regadera a veces da la impresión de que proviene de géiseres, ¡no manches! Está para pelar pollos -3, 2, 1… PETA, censura esta frase-, gente que en sus hogares opta por andar en paños menores, vecinos voyeristas que los llegan a clasificar de indecentes, vendedores de tejuino, raspado y tuba, hacen su agosto en ventas, debido a que los colimenses con tal de evitar los golpes de calor -y acá hasta un knockout pueque te dé de la insolación-, nos volvemos su clientela.

Fiel y único lector, usted ni se me acompleje, ni achicopale, como dice el último de los filósofos del Siglo XX, Fernando Savater -en aquel bien logrado texto de Juan Arias, El arte de vivir: “La natural por sí sola ha destruido más especies zoológicas del planeta de lo que los hombres hayan destruido jamás y sin alterarse lo más mínimo, porque ella es así”, o sea, ella continuará su curso y uno tiene que apechugar, recuerde cuánto requiere de ese celular última generación o del avanzadísimo equipo de cómputo, que por gozar de ellos, contaminamos y deterioramos el medioambiente.

Entonces para superar estas cosas “endemoniadas de la naturaleza”, póngase las antiparras del optimismo y piense que nos estamos ahorrando una feria en visitas al sauna, además, ya no será necesario acudir al Spa para recibir sesiones de aromaterapia, con tan solo caminar entre la gente por ese horno llamado calle Madero, logrará mejorar el equilibrio de la mente, el cuerpo y el espíritu con los olores que allí se perciben.

jueves, 25 de mayo de 2023

Hay una verdad histórica que espero no ofender.


Figúrense que por estos días me encanta escuchar esa habla tan nuestra, muy común para quienes nunca nos hemos hechos de la vista gorda con la idiosincrasia y el folclórico léxico antiguo tan colimense y que muchos intentan apagar con sus reglas gramaticales o a través de ese mostro de lo políticamente correcto que en la actualidad pululan por esos individuos que se creen los bienhablados, ¡a poco no es retebonito de chulo escuchar haiga, naiden, ansina o mesmamente! Sí, nuestro añejo español, el lenguaje de mis abuelos, de mi madre, de mi padre.

Palabras germinadas de esa costumbre verbalista que de orejita en orejita se transmitían, y que hoy se han llegado a considerar incorrecciones del habla, a tal grado de que quienes aún las utilizan, son víctimas de escarnio, incluso la Real Academia de la Lengua Española a esta forma de hablar la considera ajena a la norma culta, pero que dentro del lenguaje coloquial de una región son aceptables.

Hermosas esas frases de mi abuela materna cuando a un chamaco gordito que se refinaba los viernes y sábados que ella vendía pozole, los huesos de la cabeza de cerdo – ¡No manchen, ese juguito de la osamenta, bien pasada de bestia de sabrosona! -, y que, a los 7 años al despertarse con ganas de ir al pis, acudía con su ague, pa´que lo acompañara, ella tiernamente respondía: “¡Tieni miedo!”; igual cuando regresaba del mercado al entregarme esa figura en plástico inflado de Superman, decía: “¡Mira lo que te truje del mandado!”. Por cierto, San Gabriel, para ella siempre fue San Grabiel.

En realidad, esas palabras siguen formando parte de nuestro español, sean arcaísmos o nunca se hayan incluido en los diccionarios académicos, pero que, al ser empleadas por ciertos estratos de la población mexicana, siempre las consideraré como parte del patrimonio filológico de ese México que lleva más del medio siglo de edad.

*Por cierto, si un tal Daniel Escorza Rodríguez, reclama que la idea es suya, pos sí, tiene toditita la razón, la tomé prestada de su chidísimo libro: "Ansina se dice, ansina se escribe, historias e histerias del habla popular ".

jueves, 18 de mayo de 2023

Tratado de impaciencia



Nuestra ciudad es amada y odiada a la vez, cada aborigen vive una relación tóxica tipo Pimpinela, y es que con la tiznada prisa que factura el ritmo de la vida de los colimotes, paulatinamente vamos perdiendo la paciencia, lo pior llega cuando en nuestra inocente idea de querer suavizar todo lo que nos rodea con tal de evitar generar ese estrés de la patada, pos nos volvemos violentos, tremebundos e insoportables pa’ los demás. Siendo honesto, sin dejar de mentir, existen situaciones que nos… la Netflix, no debo escribir improperios, pero de que las hay, las hay.

De entrada, quienes viajamos en el democrático transporte colectivo urbano (acá entre la raza, conocidos como camiones), así nos esté llevando el Chamuco de la prisa o no, ahí seguimos parados en plena caricia del Astro Rey, transpirando hasta que nos chilla la ardilla, por más que estiramos el buche cual jirafa, ni un ápice de ese vehículo en forma de barra de pan Bimbo integral se visualiza, algunos pasan hasta el tope y con pasajeros de papalote, mientras los números del reloj inteligente, comprado en ese remate de aquella tienda departamental en abonos, machacan la ansiedad.

Para que ya no seas la guasa del Dios Cronos, aflojas la cartera de fierro un poco y tomas un taxi, que, en el primer semáforo en rojo, después de chutarte el repertorio completito de Peso Pluma, el chofer hypeado con las letras de los corridos tumbados, le suena el claxon repetidas veces al que está delante de todos, sí, ese que se le ocurre observar el WhatsApp por horas y cuando cambia a verde, continúa clavado, mientras el conductor del taxi grita: “¡Quítate imbécil! Si no voy a sacar la fusca”. Híjole, aquí la impaciencia se ahoga en un alarido interno.

En la hora del lunch, si ya te ganaron la mesa de la oficina, esos compañeros que se llevan su hora y media debatiendo las artes domésticas o las inverosímiles proezas de sus retoños, tienes que lanzarte raudo a la cafetería o estanquillo, que lo más probable es que ya este repleto de otros Godínez como Tucanes de Tinajas, y no falta esa ñora que no se decide en lo que desayunará… “Hummm… un pachuco, no, mejor unas quesadillas con queso, ¿sabe qué? ¡Creo que están más ricas las flautas de pollo!” ¡¿Queeeeeé, ya no por favor? René Descartes, ayúdale, porque no sabe lo que hace, recuérdale que primero se piensa y luego se come! De a pilón las que atienden el negocio, están en la guáguara, y ni pelan a la doña, mucho menos a ti, mientras tu intestino gordo se devora al chico del hambre que te cargas.

¡No manches! Esto me recuerda la estancia en ese lugar de ofertas, promociones y novedades en donde abundan tantas cosas que casi nunca ocupamos, los supermercados, que, con 20 cajas disponibles para cobrar, únicamente 3 están en funcionamiento, de las cuales 2 son para personas discapacitadas, de la tercera edad y embarazadas, entonces en la única disponible te toparas con una laaaarga fila de carritos repletos, y tú que nada más fuiste por unos bolillos pa’ cenar. Esto es una pequeña muestra de las posibles causas de que nuestros niveles de paciencia terminen por agotarse, y si has sobrevivido a esto, créeme que estas listo para el fin del mundo.

jueves, 4 de mayo de 2023

Lo que callamos los coleros.


El genio de las canciones de barriada, Salvador Flores Rivera, acá pa´ los cuates Chava Flores, fue quien los dio a conocer en todo el país como gorrones, mi cabecita de algodón que Diosito la tenga en su Santa Gloria, les decía golleteros, y uno que se crio entre la guasa, carrilla y un ambiente lleno de albures, les digo coleros a todos esos individuos que aprovechan alimentos y bebidas a costa de los demás, también a quienes acuden a pachangas sin ser invitados pero que se divierten de lo lindo, mientras los invitados lo siguen considerando un intruso. ¡Weee, se notan a leguas, pos los muy conchudos rompen con la cadena alimenticia! No le entran a la coperacha.

Aquí, y me refiero a nuestro México lindo y que Rigo -Tovar-, somos los culpables de fomentar su existencia, acuérdese de como las abuelitas siempre hacían comida de más, pa´ que no falte por si llegan más, y luego nos enojamos cuando entramos a la fiesta y ya ni mesa ni silla hay, porque los muy gandallas coleros se nos adelantaron, ahí están arranados entrándole a todo sin siquiera saber quiénes son los anfitriones. Ser colero implica abarcar todos los convivios, desde ese cumpleaños del compañero godín en la oficina con su pastel crudo, pasando por las bodas, los bautizos, primeras comuniones y hasta funerales.

Mientras la base de la sociedad mexicana continué siendo la solidaridad y la cooperación, ese conocido nuestro que le encantan los guateques -bailes, parrandas y banquetes-, pero que no pone ni un cinco, continuara calladito echándose los mejores manjares a cuestas de ti, de mí y de todos.

jueves, 27 de abril de 2023

La comida ancestral.



Siempre he dicho y continuaré diciendo que a pesar de los avances tecnológicos, continuamos realizando rituales como lo hacían nuestros antepasados, entre los que se cuenta el culto del maíz, uno de los más antiguos, que según leyendas aztecas, este cereal fue un regalo de Quetzalcóatl, y en agradecimiento a tan rico legado, se realizaban varios actos ceremoniales en honor de quien les había proporcionado alimentación, pero como su idiosincrasia religiosa era politeísta, además de la citada deidad, tenían otro titipuchal de dioses a quienes venerar.

¡Híjole, creo que les voy a arruinar la inocente idea del 30 de abril! Resulta que después de la siembra, para hacer exacto durante el mes de abril, que para ellos en su calendario era el cuarto mes denominado Huey Tozoztli, acá para los hispanohablantes equivale a La Gran Vigilia -si no creen lo que escribo, consulten el Códice Borbónico-, durante la cual se sacrificaban infantes – ¡no manches! Tal cual lo lee, chavitos de 4 años, como ofrenda a Tláloc para que lloviera y permitiera crecer las milpas.

En la actualidad, los chiquitines son amos y dueños del hogar, pero seguimos haciendo de la comida y el maíz un culto, incluso nos resultan aburridísimos esos convivios en donde ni una charola de churritos nos ofrecen, pero sí consideramos todo unos pachangones, aquellos en los que se ofrecen banquetes, de esos que incluyen botanitas, calmantes, entremeses, además, como todo evento bonito y coquetón, concluyen con el plato fuerte, una vez degustada toda esa comida, solamente existen 2 cosas que permiten prolongar ese ritual, hablar mal de los que no están en la mesa o que se siga ofreciendo más manducatoria.

Y así tenemos festejos desde los llamados “BBC” (bodas, bautismos y comuniones), así como las cenas navideñas y de fin de año -que, por cierto fueron inventadas por Charles Dickens al hacer mención de ellas en algunos de sus libros-, y en un México en donde las familias no escatiman sus gastos cuando de comer se trata, que gracias a ello, a nivel Latinoamérica nuestro país ocupa el vergonzoso primer lugar en desperdicio de comida per cápita por año, y el segundo sitio en toneladas de alimento desechado por los hogares, de acuerdo al Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas, nos hacemos de la vista gorda y cultivamos esa orgía ancestral del paladar como sopitos picaditos, sopes gordos, tostadas de pata, trompa y oreja, enchiladas dulces o saladas, flautas, tacos doraditos y sin faltar ese manjar gastronómico herencia prehispánica a nivel correcto… momento no se trata del pozole, sino el tamal que para los aztecas resultaba emblemático, en donde la masa con la que se elaboran representaba la piel, el relleno los huesos y las hojas de elote con las que se envuelve las vestiduras, ya para concluir les proporciono otro dato, los tamales salados representaban a los vivos, mientras que los dulces eran para los muertos, ¡buen provecho!

El ego perplejo o a ponerse trucha.


 

¿Cómo el ego puede afectar el desempeño laboral?

El ego puede afectar el desempeño laboral de varias maneras. Un exceso de autoestima malsana puede obstaculizar el crecimiento personal y negarse a reconocer la necesidad de mejora, lo que puede afectar negativamente la dinámica del equipo de trabajo. Además, el ego puede generar problemas en las empresas, como la falta de colaboración, la toma de decisiones poco efectivas y la falta de empatía con los demás. Los egos destructivos también pueden llevar a las personas a estar a la defensiva, compararse con los demás y buscar siempre la aprobación de otros, lo que puede afectar negativamente la productividad y la eficacia del equipo. Por lo tanto, es importante mantener el ego a raya y fomentar una cultura de colaboración y respeto mutuo en el lugar de trabajo.

Efectos del ego en el trabajo de equipo.

El ego llega a afectar el trabajo en equipo de varias maneras. Por ejemplo, esas personas con egos destructivos pueden obstaculizar el crecimiento personal del equipo al negarse a reconocer su propia necesidad de mejora o al negarse a verse como una parte del equipo. Además, el ego puede generar conflictos en el equipo, ya que las personas con egos excesivos pueden estar más interesadas en sentirse superiores e importantes que en trabajar en equipo. El exceso de ego también puede producir efectos negativos en la dinámica del equipo y en el ambiente laboral. Por lo tanto, es importante gestionar el ego en el equipo de trabajo y fomentar una cultura de colaboración y res peto mutuo para lograr un trabajo en equipo efectivo y productivo.

Si se dieron cuenta, en ambos párrafos lo redactado no es de quien firma lo que ahora no escribe, o sea, su merengue servilleta, ¡chale, espero que si lo hayan notado! -aquí pongo el emoji de la carita agüitada-. Se trata de la página https://www.perplexity.ai/, un motor de búsqueda que integra tecnología de inteligencia artificial y que los usuarios emplean para resolver sus dudas de cierta complejidad, ya que esta IA -¡órale, como la película de Spielberg, nada más que al revés volteado!-, al utilizar lenguajes extensos en sus respuestas hace creer a simple vista que lo redactado es de quien hizo la pregunta, entonces elaborar ese “aburrido” resumen, esa “hueva” de análisis o la “pinche” critica de El Quijote, que antes se limitaba a unas cuantas horas nalga de navegación en la web para después darle copiar y pegar, ahora es cuestión de unos cuantos segundos y pa´ que te des un quemón de que es “fidedigno”, hasta citas textuales incluye, no es ChatGPT, pero cuenta con el océano completito del internet para justificar sus argumentos de respuesta, lo que permite estar a la vanguardia de lo que acontece cada día.

Ahhhh, y para evitar la repetición de palabras que en ambos párrafos expuestos como ejemplo existen, pos… es de lo más papita, se copian en la página https://quillbot.com/, y listo. Híjole, esto como profesor nos orilla a solicitar que tochos nuestros discípulos realicen las actividades de manera artesanal, lo que significa el regreso a las aulas de aquellos utensilios antediluvianos como las cartulinas, libretas de doble raya, el papel cascarón entre otras basuritas bonitas que fomentan la creatividad y ponen de evidencia que efectivamente se intelectualizan las tareas y actividades académicas.