No sé si solo a mí o a todos los de mi generación les sucede, cuando narramos anécdotas, al concluirlas nos damos cuenta de que lo descrito son hechos que acontecieron hace quince o veinticinco años a pesar de que en el inconsciente tengamos la idea de que fue ayer, igual me pasa en clases al exponer algunos ejemplos sobre los temas, suelo emplear lenguaje y escenarios de los ochentas que los millennials no comprenden, lo cual me obliga a explicar el significado de algunas frases del mismo, situación que equivale de acuerdo con la opinión de mis estudiantes a transformar el proceso enseñanza-aprendizaje en algo tan lento y tedioso como bajar un archivo de la web de chorrocientos mil megas, o sea, del bostezo.
¿Cómo hacer atractivas las clases a los jóvenes de hoy? De entrada guapo no soy, tampoco hábil en la cantada –con decirles que cuando lo hago en la ducha, la regadera aumenta el chorro para opacar mi voz–, claro que realizo malabares lingüísticos pero acróbata ni a los talones, seguido tropiezo en tierra firme. En mi desesperación por captar la atención de los estudiantes, rezo novenas milagrosas con tal de lograr el insólito caso de impartir la clase por más de quince minutos y que nadie vea su celular.
Ridículamente los únicos que están al tanto de lo que hago, son esos chamacos que brillan evidenciando su malaondes, sembrando cizaña para echarme al grupo encima, me refiero a los haters del grupo, individuos que muestran actitudes negativas y hostiles ante cualquier tema de la clase. ¡Chicos hay que realizar un cuadro…! De pronto el muy ojete interrumpe con su mala leche, –“oootro cuadrito, ¡ay profe, ya cámbiele! O sea, te boicotea la clase. Así como hace su intento por perjudicarte, también le tira grueso a los estudiantes que acatan la actividad, troleándolos, ¡ay si, los Illuminati del salón!
Esos haters, no nada más amuelan mi asignatura, también a las demás que cursan, lo mismo hacen blanco de sus críticas y burlas a los directivos que a la escuela, agréguenle que son racistas, clasistas e intentan a toda costa ofender a quien se les ponga enfrente, se ensañan con sus compañeros cuyas características corporales les distinguen de los demás bautizándolos con ridículos apodos.
Cuando tengo un alumno así, como dijeran ellos, si alguien intenta hacerte la vida de cuadritos, es porque la suya lo es, por eso busca resaltar los defectos de la forma en como enseño, pues ni le entiende y ni pone de su parte algo por comprender, entonces diplomáticamente lo mando a la… zona fantasma. ¡Cómo serán cochambrosos, jamás lo iba a enviar a ese obsceno lugar que pensaron! Simplemente lo ignoro. Además, consciente estoy que su presencia en la clase es pasajera, solo lo tendré por unos meses, no hay nada que la paciencia no apacigüe, creo que lo más importante es concentrar la atención en los demás discípulos, en lugar de a ese sujeto, para evitar que se sienta el ombligo del grupo.
Son una serie de artículos que ya han sido publicados en diversos periodícos locales.
jueves, 28 de septiembre de 2017
jueves, 21 de septiembre de 2017
Insensible
Debido al abuso que en la actualidad se le da a las redes sociales, a veces percibo en la mayoría de los usuarios experimentar la necesidad de exhibir trágicamente el sufrimiento y dolor humano; es tan común encontrarse con muros donde se relatan crueles historias, contemplar imágenes ya sea en fotografías o vídeos de destrucciones en masa, asesinatos, catástrofes, personas inocentes que perdieron la vida, así de tristes y lamentables que al salirnos de la página o de la plataforma donde las observábamos, pos… la vida la continuamos despreocupadamente, ¡naaa, está muy lejos donde sucedió eso!
Es como si nos percibiéramos seguros al saber que lo sucedido se encuentra en otras latitudes geográficas. La tortilla da la vuelta cuando lo que veíamos en la comodidad de nuestra silla frente a la pantalla, empieza a ocurrirnos, ahí si nos inquietamos, no nos sentimos cómodos, en pocas palabras, no sabemos cómo evadir lo ocurrido para poder volver a estar tranquilos. La neta, así sin hipocresías, lo que en realidad queremos es que aparezca un borrador mágico y desaparezca el lamentable hecho que vivimos.
Igual sucede cuando en las campañas de apoyo a damnificados vamos a los centros de acopio a entregar nuestra “ayuda” no con la finalidad de solidarizarnos con el sufrimiento del prójimo, simplemente la intención -lamentable por cierto- es quedar bien con los demás -¡wee, que vean mi lado filantrópico!-, recibir a cambio un incentivo, realizar proselitismo político o para que ya no nos molesten, ¡uta! Pensar así, es como desear que nadie sufra junto a nosotros, por la sencilla razón de no ver afectada nuestra diminuta y efímera felicidad.
No es que le saque la vuelta a las desgracias ajenas, ni que sea un insensible ante el sufrimiento de los demás, simplemente es que me siento ridículo estando en mi zona de confort observando calamidades sin aportar nada o en el pior de los casos, compartiendo y propagando lo sucedido con rumores de mi cosecha.
Es como si nos percibiéramos seguros al saber que lo sucedido se encuentra en otras latitudes geográficas. La tortilla da la vuelta cuando lo que veíamos en la comodidad de nuestra silla frente a la pantalla, empieza a ocurrirnos, ahí si nos inquietamos, no nos sentimos cómodos, en pocas palabras, no sabemos cómo evadir lo ocurrido para poder volver a estar tranquilos. La neta, así sin hipocresías, lo que en realidad queremos es que aparezca un borrador mágico y desaparezca el lamentable hecho que vivimos.
Igual sucede cuando en las campañas de apoyo a damnificados vamos a los centros de acopio a entregar nuestra “ayuda” no con la finalidad de solidarizarnos con el sufrimiento del prójimo, simplemente la intención -lamentable por cierto- es quedar bien con los demás -¡wee, que vean mi lado filantrópico!-, recibir a cambio un incentivo, realizar proselitismo político o para que ya no nos molesten, ¡uta! Pensar así, es como desear que nadie sufra junto a nosotros, por la sencilla razón de no ver afectada nuestra diminuta y efímera felicidad.
No es que le saque la vuelta a las desgracias ajenas, ni que sea un insensible ante el sufrimiento de los demás, simplemente es que me siento ridículo estando en mi zona de confort observando calamidades sin aportar nada o en el pior de los casos, compartiendo y propagando lo sucedido con rumores de mi cosecha.
jueves, 14 de septiembre de 2017
Adopta un bache
Algunos o tal vez muchos dirán que a mí en qué me afecta si ni coche tengo, pero como ciclista claro que sí aplica, por otro lado, uno siempre se los achaca a la lluvia, pero en realidad su aparición se debe al deterioro de la carpeta asfáltica, las filtraciones de las múltiples fugas de agua en el alcantarillado –que los responsables de reparar se hacen de la vista gorda, ¡weee, hasta que no la reporten vamos! –, el desgaste ocasionado por el tránsito vehicular, las raíces de los árboles en los camellones, las excavaciones mal tapadas, etc., es como poco a poco se originan los baches.
Claro que el incremento pluvial es el plus para que todo lo que no quedó bien sólido se afloje hasta dejar nuestras calles como adolescente con acné, es más, si juntáramos todos los baches de la ciudad, podríamos tener 25 jardines de la dimensión del Parque Hidalgo. Incluso pude observar como una miss sacó a sus alumnos de preescolar a ejercitar la aritmética tipo Plaza Sésamo, sumando y multiplicando baches.
Los conductores automovilísticos se quejan porque los huecos llegan a ocasionar malformaciones y ponchaduras de neumáticos, así como daños a la suspensión, amortiguadores, rótulas, bujes y terminales de la dirección del carro, imagínese salir a la chamba y regresar en un medio de transporte todo desconchinflado. Mientras que para una bicicleta, ni les cuento, solo basta con decirles que opte por no salir de noche del cantón con tal de evitar accidentes, pues como ustedes saben, en la oscuridad todos los gatos son pardos y a la mera hora uno puede confundir el hoyo con una enmendadura de chapopote, ¡bóitelas! , ahí va el zapotazo.
Si vas a pincel, olvídate, mientras caminas por la vía pública no falta el ingrato chafirete que a propósito pase sobre el bache dejándote todo charpeado, deja tú lo manchado que terminas, el olor que tal vez te impregne esa agua de dudosa procedencia. En fin, uno tiene que rifársela con tal de no descuajaringar su medio de transporte. Afortunadamente ya los están tapando, ahora nuestras avenidas y calles hacen que recuerde aquellas sábanas de parches que mi agüelita materna artesanalmente confeccionaba, pero si aun así persisten baches, no sea malo y adopte uno, que no tienen madre.
Claro que el incremento pluvial es el plus para que todo lo que no quedó bien sólido se afloje hasta dejar nuestras calles como adolescente con acné, es más, si juntáramos todos los baches de la ciudad, podríamos tener 25 jardines de la dimensión del Parque Hidalgo. Incluso pude observar como una miss sacó a sus alumnos de preescolar a ejercitar la aritmética tipo Plaza Sésamo, sumando y multiplicando baches.
Los conductores automovilísticos se quejan porque los huecos llegan a ocasionar malformaciones y ponchaduras de neumáticos, así como daños a la suspensión, amortiguadores, rótulas, bujes y terminales de la dirección del carro, imagínese salir a la chamba y regresar en un medio de transporte todo desconchinflado. Mientras que para una bicicleta, ni les cuento, solo basta con decirles que opte por no salir de noche del cantón con tal de evitar accidentes, pues como ustedes saben, en la oscuridad todos los gatos son pardos y a la mera hora uno puede confundir el hoyo con una enmendadura de chapopote, ¡bóitelas! , ahí va el zapotazo.
Si vas a pincel, olvídate, mientras caminas por la vía pública no falta el ingrato chafirete que a propósito pase sobre el bache dejándote todo charpeado, deja tú lo manchado que terminas, el olor que tal vez te impregne esa agua de dudosa procedencia. En fin, uno tiene que rifársela con tal de no descuajaringar su medio de transporte. Afortunadamente ya los están tapando, ahora nuestras avenidas y calles hacen que recuerde aquellas sábanas de parches que mi agüelita materna artesanalmente confeccionaba, pero si aun así persisten baches, no sea malo y adopte uno, que no tienen madre.
jueves, 7 de septiembre de 2017
Asignatura pendiente
Dicen que después de la tempestad viene la calma, hoy es posible observar a los jóvenes caminar como siempre por los ingresos de las escuelas como si nada, tranquilos –sosteniendo cual Pípila esa pesada mochila donde se incluyen útiles escolares que tal vez durante todo el ciclo escolar no vean la luz solar debido a su nula utilidad–, charlan, echan guasa, observan sus celulares y procuran que su estancia en los planteles educativos sea lo más agradable posible.
Atrás ha quedado el estrés de buscar esa carrera profesional que se adapte a la vocación o al capricho de sus progenitores –siendo honesto, es bien ojete que ellos les obliguen a estudiar a lo que siempre aspiraron en sus años mozos–, ha concluido el intenso trabajo de orientadores educativos por ofrecer la gama de opciones de licenciaturas que hay en el estado y el distraído chamaco tal vez eligió la que mejor se adaptó a sus necesidades, ¡eso esperamos!
Claro que a varios de ellos les agradaría que hubiera planteles que en sus planes de estudio incluyeran asignaturas como Fundamentos del diseño de Memes, Expresión verbal en el ámbito de las redes sociales, Creatividad e innovación de spam, Sociología de las Redes Sociales, Principios de gramática del chat, Métodos y habilidades para transar, entre otras, en lugar de las aburridas y teóricas materias de siempre. Lo patético es que si en realidad existieran, más de alguno las reprobaría por el simple hecho de formar parte de la escuela.
Igual hacen falta esas asignaturas como Introducción a la vida adulta, Finanzas personales: créditos, intereses y deudas, Guía de supervivencia en el desempleo: ser emprendedor con optimismo, Filosofía del nini, Resignación: Amando lo que odias ser y La fuente del eterno empleo o como formar parte de LinkedIn –estimado lector, si no sabes a que me refiero, pos… ¡googléalo!
Mientras las aulas conserven ese bouquet a lápiz y cuaderno, los estudiantes continúen haciendo la mimesis de que son aplicados sin desconectarse de internet, la mejor asignatura será aquella en la que el profesor imprima ánimos que motiven su atracción, no se les olvide que si los estudiantes fueran perfectos, entonces los lápices no vendrían con borrador, además, la vida se las enseñaron desde preescolar, cuando la miss les dio la indicación de colorear sin salirse de la raya.
Atrás ha quedado el estrés de buscar esa carrera profesional que se adapte a la vocación o al capricho de sus progenitores –siendo honesto, es bien ojete que ellos les obliguen a estudiar a lo que siempre aspiraron en sus años mozos–, ha concluido el intenso trabajo de orientadores educativos por ofrecer la gama de opciones de licenciaturas que hay en el estado y el distraído chamaco tal vez eligió la que mejor se adaptó a sus necesidades, ¡eso esperamos!
Claro que a varios de ellos les agradaría que hubiera planteles que en sus planes de estudio incluyeran asignaturas como Fundamentos del diseño de Memes, Expresión verbal en el ámbito de las redes sociales, Creatividad e innovación de spam, Sociología de las Redes Sociales, Principios de gramática del chat, Métodos y habilidades para transar, entre otras, en lugar de las aburridas y teóricas materias de siempre. Lo patético es que si en realidad existieran, más de alguno las reprobaría por el simple hecho de formar parte de la escuela.
Igual hacen falta esas asignaturas como Introducción a la vida adulta, Finanzas personales: créditos, intereses y deudas, Guía de supervivencia en el desempleo: ser emprendedor con optimismo, Filosofía del nini, Resignación: Amando lo que odias ser y La fuente del eterno empleo o como formar parte de LinkedIn –estimado lector, si no sabes a que me refiero, pos… ¡googléalo!
Mientras las aulas conserven ese bouquet a lápiz y cuaderno, los estudiantes continúen haciendo la mimesis de que son aplicados sin desconectarse de internet, la mejor asignatura será aquella en la que el profesor imprima ánimos que motiven su atracción, no se les olvide que si los estudiantes fueran perfectos, entonces los lápices no vendrían con borrador, además, la vida se las enseñaron desde preescolar, cuando la miss les dio la indicación de colorear sin salirse de la raya.
jueves, 31 de agosto de 2017
XG
Después de cada fin de semana experimento cierto fenómeno, resulta que la ropa de vestir para presentarme a laborar encoje centímetros, ese extraño suceso se pone pior cuando hay vacaciones o puentes laborales, dice mi mujer que no es ningún fenómeno ni que ocho cuartos, que es debido a ese gusto que tengo por la comida, la verdad no es mi culpa de que los bocadillos, entremeses y glotonerías estén tan sabrosas, además, soy de la generación que creció bajo la influencia de Chabelo, Capulina y Cepillín, expertos en promover la comida chatarra a la infancia.
Otro factor de influencia es que de niño, lo que no querían comerse mis hermanos, la jefa con tal de que no se desperdiciara, pos me lo ofrecía, igual sucede con los sobrinos, ellos concluyen que por estar obeso siempre terminaré refinándome los dogos, nachos y tortas que ya no les entran. Uno nunca se considera gordo hasta que el espejo y las fotos del Facebook demuestren lo contrario. Además, quienes rebasamos ese tabulador de tallas y peso somos víctimas de las campañas de terror psicológico del sector salud, donde se nos infunde pánico de que estamos propensos a padecer diabetes e hipertensión – ¡eso aplica como bullying! –, la verdad a veces de tan normales que nos sentimos ni las tomamos en cuenta, igual, déjenos contribuir a disminuir la explosión demográfica en el país. ¡A poco no es orgullo nacional que en nuestro México lindo y querido la gente muera de gorda y no de hambre como en otros países.
Luego viene ese martirio de las pinches sugerencias de que le bajemos a las pastas y las harinas, o.k., comprendo su “preocupación” por la salud nuestra, pero… ¿no consideran que uno ya está lo bastante peludote para decidir lo que come? También esa tiznada exageración por compartirte sus dietas, no solo de lechuga y agua vive el hombre, sino de todo platillo que se prepara en la cocina. Me he dado cuenta de que a ciertos conocidos les agüita acompañarme a un buffet y que las meseras nos vean como si me fuera acabar la comida, ¡hello! Ser gordo no es sinónimo de comedor compulsivo. Ridículo es que mis conocidos festejen casi tipo desfile de luces de Disney World cuando bajo un kilo, ¡tranquis, es tan solo uno! Bueno, hay flacos abdomen plano que hacen un pancho por 200 gramos de incremento, ya ni la amuelan.
Para concluir esta apología, les aclaro que a uno no se le hacen pequeños los asientos del transporte colectivo, únicamente a los que van como Horacio al lado nuestro; si no encuentro talla XG en las tiendas de ropa es porque no soy el único con este cuerpecito, es más, significa que somos humano promedio. Claro que podemos hacer ejercicio, nada más que nos cansamos un poquito de más, pero de que muevo mis curvas con estilo, las muevo. Olvídense de que nuestra autoestima esta baja, a mí me agrada lo que veo en el espejo y si creen que me hacen sentir de menos cuando dicen que soy talla cuarentaioso, no les hago caso, pues todo se limita al cuerpo, sus medidas y a como los demás piensan que debo de lucir, además conozco mis limitaciones y aciertos, mientras otros no.
Otro factor de influencia es que de niño, lo que no querían comerse mis hermanos, la jefa con tal de que no se desperdiciara, pos me lo ofrecía, igual sucede con los sobrinos, ellos concluyen que por estar obeso siempre terminaré refinándome los dogos, nachos y tortas que ya no les entran. Uno nunca se considera gordo hasta que el espejo y las fotos del Facebook demuestren lo contrario. Además, quienes rebasamos ese tabulador de tallas y peso somos víctimas de las campañas de terror psicológico del sector salud, donde se nos infunde pánico de que estamos propensos a padecer diabetes e hipertensión – ¡eso aplica como bullying! –, la verdad a veces de tan normales que nos sentimos ni las tomamos en cuenta, igual, déjenos contribuir a disminuir la explosión demográfica en el país. ¡A poco no es orgullo nacional que en nuestro México lindo y querido la gente muera de gorda y no de hambre como en otros países.
Luego viene ese martirio de las pinches sugerencias de que le bajemos a las pastas y las harinas, o.k., comprendo su “preocupación” por la salud nuestra, pero… ¿no consideran que uno ya está lo bastante peludote para decidir lo que come? También esa tiznada exageración por compartirte sus dietas, no solo de lechuga y agua vive el hombre, sino de todo platillo que se prepara en la cocina. Me he dado cuenta de que a ciertos conocidos les agüita acompañarme a un buffet y que las meseras nos vean como si me fuera acabar la comida, ¡hello! Ser gordo no es sinónimo de comedor compulsivo. Ridículo es que mis conocidos festejen casi tipo desfile de luces de Disney World cuando bajo un kilo, ¡tranquis, es tan solo uno! Bueno, hay flacos abdomen plano que hacen un pancho por 200 gramos de incremento, ya ni la amuelan.
Para concluir esta apología, les aclaro que a uno no se le hacen pequeños los asientos del transporte colectivo, únicamente a los que van como Horacio al lado nuestro; si no encuentro talla XG en las tiendas de ropa es porque no soy el único con este cuerpecito, es más, significa que somos humano promedio. Claro que podemos hacer ejercicio, nada más que nos cansamos un poquito de más, pero de que muevo mis curvas con estilo, las muevo. Olvídense de que nuestra autoestima esta baja, a mí me agrada lo que veo en el espejo y si creen que me hacen sentir de menos cuando dicen que soy talla cuarentaioso, no les hago caso, pues todo se limita al cuerpo, sus medidas y a como los demás piensan que debo de lucir, además conozco mis limitaciones y aciertos, mientras otros no.
jueves, 24 de agosto de 2017
Eclipsados
A la luz del siglo veintiuno es increíble que un fenómeno natural como lo es el eclipse de sol, que debiera ocasionar revuelo e interés científico, haga que algunos regresen al oscurantismo medieval y empiecen a inventar cada cosa, lo peor es que les estamos legando a las generaciones actuales tales prejuicios. De entrada tenemos a la ñora esa que a través de Facebook, hacia la solicitud al Museo Perot de la Naturaleza y la Ciencia, en Dallas para que se cambiara la fecha, pues los chamacos regresan a clases el día 21, o sea, como si se pudiera programar.
¿Aún continuamos asustándonos como nuestros antepasados de que el Astro Rey desaparezca en pleno mediodía? Tal parece que sí, ahí está la absurda idea de que las embarazadas corren el riesgo de que sus vástagos nazcan con manchas en la piel o deformaciones, igual también se ha llegado a decir que los eclipses adelantan los partos y quienes nacen a consecuencia de ello no desarrollaran la misma inteligencia que los demás. Pero como semos expertos en remedios, ahí están los listones rojos, alfileres y llaves que contrarrestarán esos supuestos efectos, pero si no cuenta con tales talismanes, pos… simplemente la futura mamá durante el fenómeno se debe de ubicar en sitios del hogar donde no alcancen a llegar los rayos solares, ¡hágame usted favor!
Mediante mensajes de WhatsApp, varios contactos describían el efecto lupa, infundiendo temor bajo el argumento de que al instante en que la luna cubre al sol, los destellos se intensifican, generando radiaciones, la cual llega a afectar tanto a seres humanos como a las mascotas si se encuentran a la intemperie, razón por la cual recomendaban permanecer a la sombra durante la aparición del citado acontecimiento. Otro más patético, fue una advertencia atribuida a la NASA, donde se sugería apagar el celular y más aparatos eléctricos desde las 12:30 a.m. a 3:30 a.m., para evitar la transmisión de radiaciones que emanarían como preámbulo al eclipse, lo más ridículo de ello fue esa gente que se los creyó, quedando como unos ilustres ignorantes.
Ahhhhh, para nosotros quienes rebasamos algunos kilos de más en nuestros cuerpecitos, por ahí alguien escribió que la NASA aseguró que durante el desarrollo del fenómeno, seriamos 0.77 kilogramos más livianos, o sea, gracias a la fuerza que ejercen en esos momentos el Sol, la Luna y la Tierra sobre alguien que pesa ochenta kilitos, pesara algunos gramos menos, ¡hasta que se nos hizo justicia! Tómala pinche nutriólogo, mira y sin dejar de comer eso que deja transparentes las servilletas de papel.
Quien firma lo que escribe, ha sido testigo de los eclipses totales del 7 de marzo de 1970, 12 de octubre de 1977 y del 11 de julio de 1991, en todos ellos mitos y prejuicios han persistido, pero solamente este del 21, fue el que eclipso a nuestros infantes con el inicio de clases, cuando volvieron a madrugar después de un domingo de diversión, regresando de copilotos cual conductores de la saga fílmica The Fast and the Furious, sobre el kamikaze tráfico, hecho que sin querer, fomento esa mitología de que un eclipse es un signo de mala suerte.
¿Aún continuamos asustándonos como nuestros antepasados de que el Astro Rey desaparezca en pleno mediodía? Tal parece que sí, ahí está la absurda idea de que las embarazadas corren el riesgo de que sus vástagos nazcan con manchas en la piel o deformaciones, igual también se ha llegado a decir que los eclipses adelantan los partos y quienes nacen a consecuencia de ello no desarrollaran la misma inteligencia que los demás. Pero como semos expertos en remedios, ahí están los listones rojos, alfileres y llaves que contrarrestarán esos supuestos efectos, pero si no cuenta con tales talismanes, pos… simplemente la futura mamá durante el fenómeno se debe de ubicar en sitios del hogar donde no alcancen a llegar los rayos solares, ¡hágame usted favor!
Mediante mensajes de WhatsApp, varios contactos describían el efecto lupa, infundiendo temor bajo el argumento de que al instante en que la luna cubre al sol, los destellos se intensifican, generando radiaciones, la cual llega a afectar tanto a seres humanos como a las mascotas si se encuentran a la intemperie, razón por la cual recomendaban permanecer a la sombra durante la aparición del citado acontecimiento. Otro más patético, fue una advertencia atribuida a la NASA, donde se sugería apagar el celular y más aparatos eléctricos desde las 12:30 a.m. a 3:30 a.m., para evitar la transmisión de radiaciones que emanarían como preámbulo al eclipse, lo más ridículo de ello fue esa gente que se los creyó, quedando como unos ilustres ignorantes.
Ahhhhh, para nosotros quienes rebasamos algunos kilos de más en nuestros cuerpecitos, por ahí alguien escribió que la NASA aseguró que durante el desarrollo del fenómeno, seriamos 0.77 kilogramos más livianos, o sea, gracias a la fuerza que ejercen en esos momentos el Sol, la Luna y la Tierra sobre alguien que pesa ochenta kilitos, pesara algunos gramos menos, ¡hasta que se nos hizo justicia! Tómala pinche nutriólogo, mira y sin dejar de comer eso que deja transparentes las servilletas de papel.
Quien firma lo que escribe, ha sido testigo de los eclipses totales del 7 de marzo de 1970, 12 de octubre de 1977 y del 11 de julio de 1991, en todos ellos mitos y prejuicios han persistido, pero solamente este del 21, fue el que eclipso a nuestros infantes con el inicio de clases, cuando volvieron a madrugar después de un domingo de diversión, regresando de copilotos cual conductores de la saga fílmica The Fast and the Furious, sobre el kamikaze tráfico, hecho que sin querer, fomento esa mitología de que un eclipse es un signo de mala suerte.
jueves, 17 de agosto de 2017
Campo Santo online
Aceptémoslo: solo Facebook es el único que se acuerda de nuestro cumpleaños y le envía mensajes a nuestros contactos para que hagan la mimesis de que ellos también tienen en cuenta la fecha, entonces a uno se le hincha el ego, pero lamentablemente es que dentro de los requisitos de ingreso a la citada red social, tuvimos que proporcionársela. El único dato que ignora quienes elaboran este sitio es cuando dejemos de existir, es decir, el momento en que colgamos los tenis.
En ese triste y lamentable hecho es común que los “amigos” del fallecido escriban en el muro frases y palabras que en vida no fueron capaces de decirle, como si éste desde el más allá las fuera a leer; la neta no sé si esperan que el muertito llegue a postear o subir fotos del purgatorio, paraíso o en el pior de los casos, el infierno – ¡uta, como si fuera obra de Dante Alighieri!–, igual esperaran ver una selfie con el coro de ángeles o con San Pedro mostrando las llaves.
Como una forma de evitar el sufrimiento, así como para no prolongar el dolor de los familiares de quienes han perdido a un ser querido, pero que su perfil continua vigente en el feis y les llegue su recordatorio de cada aniversario de vida, se ha implementado en la opción de “ayuda” la interrogante de cómo reportar que un usuario ha fallecido. Una vez respondida a la pregunta se ofrecen las alternativas de generar un perfil en memoria o eliminar la cuenta. En caso de que se elija la primera opción, quienes fueron los contactos del difunto podrán visitar el perfil para colocar textos alusivos a su recuerdo como si fuera un cementerio –imagino que como complemento deben de crear un “emoji” en forma de corona o altar de muertos.
Debido a lo anterior, ahora en el testamento además de repartir los bienes –tipo canción de Rigo Tovar–, hay que destinar a quien le cedemos la responsabilidad de darnos de baja del Facebook; espero que no salga por ahí algún graciosito que le haga al Führer causando un holocausto de usuarios que aún están vivitos y coleando solo por el simple gusto de tiznar.
En ese triste y lamentable hecho es común que los “amigos” del fallecido escriban en el muro frases y palabras que en vida no fueron capaces de decirle, como si éste desde el más allá las fuera a leer; la neta no sé si esperan que el muertito llegue a postear o subir fotos del purgatorio, paraíso o en el pior de los casos, el infierno – ¡uta, como si fuera obra de Dante Alighieri!–, igual esperaran ver una selfie con el coro de ángeles o con San Pedro mostrando las llaves.
Como una forma de evitar el sufrimiento, así como para no prolongar el dolor de los familiares de quienes han perdido a un ser querido, pero que su perfil continua vigente en el feis y les llegue su recordatorio de cada aniversario de vida, se ha implementado en la opción de “ayuda” la interrogante de cómo reportar que un usuario ha fallecido. Una vez respondida a la pregunta se ofrecen las alternativas de generar un perfil en memoria o eliminar la cuenta. En caso de que se elija la primera opción, quienes fueron los contactos del difunto podrán visitar el perfil para colocar textos alusivos a su recuerdo como si fuera un cementerio –imagino que como complemento deben de crear un “emoji” en forma de corona o altar de muertos.
Debido a lo anterior, ahora en el testamento además de repartir los bienes –tipo canción de Rigo Tovar–, hay que destinar a quien le cedemos la responsabilidad de darnos de baja del Facebook; espero que no salga por ahí algún graciosito que le haga al Führer causando un holocausto de usuarios que aún están vivitos y coleando solo por el simple gusto de tiznar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)