lunes, 29 de noviembre de 2010

La Torre de Babel

"Si queréis conversar conmigo,
definid primero vuestros términos". Voltaire


En la actualidad se vive un mundo vertiginoso en donde la velocidad es sinónimo de eficacia, es como si se debiera actuar primero y después se pensase; se cuentan con diversos utensilios que permiten el intercambio de satisfactores que los medios de comunicación nos han proporcionado en el constante bombardeo publicitario, y que con el paso del tiempo se implantan en nuestra vida, generando así una total dependencia entre los aparatos y nosotros.

La rapidez que exigen los medios de comunicación como lo son los mensajes de celular a celular, el entablar una charla en alguna sala de chat en la internet ha producido en las nuevas generaciones que el lenguaje escrito se vuelva sintético, por ejemplo para escribir palabras como "que" utilizan dos formas, por un lado puede ser útil la letra "Q" o también la literal "K", de igual manera para escribir la palabra "llegue" recurren a la simplificación literal de dos consonantes "YG", o la trillada síntesis romántica "TQM" que significa "te quiero mucho"; tales simplificaciones en la redacción son de gran utilidad, pues permiten estar en sintonía con el ritmo de vida de nuestros días, el problema radica en como estas reducciones boicotean la escritura en el idioma, pues al utilizarlas de forma común, poco a poco se vuelven del dominio popular y se llega a creer que escribir de esa forma es lo correcto.

Si a lo anterior se le agrega el lenguaje que hoy en día nuestra juventud emplea para comunicarse, en donde combinan frases en castellano y ciertos anglicismos varios de mis exprofesores de lengua y literatura se volverían a morir de la impresión que les causaría el escucharles; pues durante las últimas seis décadas se ha observado la eclosión de diversas formas de expresión verbal producto de las diferenciaciones de carácter clasista y regionalista derivados de perjuicios o estereotipos culturales como los son las castas sociales que deambulan en el entorno urbano: chilangos, fresas, cholos, chicanos, chuntaros, pochos, pachucos, guachos, etcétera. Estas divisiones ficticias además de generar una diversidad cultural que influencia a los púberes en la forma de vestirse, les inculca un vocabulario nuevo que difiere al practicado en el seno del hogar y que por ser diferente resulta atractivo a las grandes masas de chicos y chicas.

Resulta curioso que en su mayoría este nuevo lenguaje de la adolescencia adquiera significados distintos a su equivalente en castellano y en el inglés, y es que además del raro acento con que se pronuncian, también se debe de considerar la forma en como se gesticulan los músculos del rostro al expresarse.

Descifrar lo intrincado de estas formas de expresión tiene sus riesgos pues se podría caer en subjetivismos al explicar el significado de algunas frases que según la juventud pueden ser del "vocabulario común". A continuación pretendo hacer una especie de interpretación a algunas de esas palabras tomando como base la opinión de varios jóvenes que han sido mis alumnos por los diversos semestres que he impartido clases, espero no caer en determinismos, pues como ya lo dije anticipadamente puede que no sean las definiciones correctas:

Palabras en castellano

ANTRO: Cuando los jóvenes se refieren a este termino, hacen alusión a los diversos centro de diversión que puede variar desde una simple discoteca, un restaurante o hasta un bar de moda en donde se reúnen a disfrutar de sus círculos de amistades.

NETA: Palabra que equivale a decir la "verdad".

"OTRO NIVEL ARRIMITIVO": Frase usada por los púberos cuando algo les parece fuera de lo ordinario, nótese que la palabra "arrimitivo" la emplean de manera incorrecta para señalar que algo esta superior, como si tratase de decir "arriba".

"TE ESCAMAS": Esta expresión es utilizada para indicar que alguien siente pena, vergüenza o pudor.

RAYANDO: Equivale a señalar que alguien llego con premura o en el tiempo exacto.

EXPULSACIÓN: Es una forma incorrecta de referirse a la frase "expulsión", la cual fue acuñada por una comentarista del programa de televisión Big Brother VIP, y que gracias a la gran difusión y popularidad de este "Reality Show" se ha adoptado incluso por personas adultas que lo expresan como si fuera una alegoría del lenguaje.

"CHIDA": Esta palabra la utilizan con mayor frecuencia para referirse a algo que les fascina o agrada demasiado.

"NO MANCHES": Esta frase dentro del caló juvenil es una especie de eufemismo para la palabras "no mames", por aquello de que mamar se ha difundido con ciertas reminiscencias sexuales; se le dice "mamón" al sujeto que se mofa de otros o que goza de mucha presunción en su persona.

NAVE: Se refieren al automóvil, vehículo o carro.

"CERO VARO": Equivale a no tener nada de dinero.

"OTRO PEX": Al igual que la frase "no manches", "pex" es una forma elegante de referirse al termino vulgar de una flatulencia o "pedo", nada más que aquí viene a ser referencia a "otro asunto"; por otro lado, si se le antepone el "que" adquiere el sentido de saludo, "¿Que pex, cómo te va?".

WE: Típica frase de todos los fresas abreviando la palabra "wey" para que se escuche mas "refinado", considérese que no se hace referencia al "buey", o sea, el animal cuadrúpedo vacuno que tira de una yunta, sino al amigo o compañero.
SAZ: Es como decir "estoy de acuerdo".

SALE: Esta palabra guarda una estrecha semejanza con la anterior, pues equivale a la misma definición.

AMAGAR o FAJE: Ambas frases hacen alusión al momento en que una pareja expresa sus sentimientos de forma física.

HORRY: Es el apócope de la palabra horrible y equivale a que algo esta feo, es asqueroso o desagradable.

NACO: Según Carlos Monsiváis esta palabra etimológicamente proviene del termino Totonacos, segunda etnia indígena más grande de Veracruz; el vocablo Totonaca se compone de los términos "tu'tu" o "a'ktu'tu", que se refiere al número tres y "nacu'" que significa "corazón". Resulta contradictorio que una palabra que encierra un significado tan cordial, en el lenguaje de los muchachos adquiera un cariz despectivo de decirle a una persona que su presencia es non grata, poco agradable e incluso se vuelva aun más peyorativa cuando se le dice "Nacayote".

GATETE: Término que se dio a conocer por el actor Kuno Becker en cierta telenovela para tratar de una forma despectiva a una persona; al parecer este actor quiso señalar el despreciativo de gato de una forma incorrecta, y por ignorancia de la juventud esta palabra se utiliza como sinónimo de "naco".

ABORIGEN: Es otra forma despectiva de referirse a una persona autóctona y vernácula de nuestro medio, también es un sinónimo de "indio o naco".

PROLETARIADO: Modo despectivo de señalar a la clase "baja" o bien a cierto sector común y corriente.

Palabras en inglés

PHONE: Teléfono en español; pero que los jóvenes utilizan para referirse a hacer una llamada telefónica o el número telefónico.

HIPER: Adjetivo calificativo para expresar un nivel de agrado o desagrado sobre algo o alguien.

COOL: Significa algo parecido a "padrísimo". En inglés significa frío y de acuerdo a los rasgos de la cultura anglosajona (slang) equivale a fenomenal, pero la única interpretación que encuentro entre nuestros adolescentes es "chingón"; para explicar el concepto de "Chingón" consúltese el libro de Eduardo Del Río (Rius), Mexicanismos y otras peladencias, editorial Posada, México, 1971.

CHATEAR
: Consiste en practicar el uso de alguna sala de chat en la internet, cabe aclara que esta expresión propiamente no existe en los diccionarios de habla hispana.

SUPER NICE o VERY NICE
: Muy agradable.

En un país donde la televisión se ha encargado de idiotizar a tres cuartas partes de la población y los profesores se la pasan en huelgas y paros laborales como pretexto para mejorar el raquítico salario que perciben, padres y madres de familia que quieren transformar a las escuelas en guarderías y reformatorios; resulta un pecado hablar correctamente, pues si así lo haces, ante la muchachada serás tachado de anticuado y pondrás una barrera semántica ante ellos.

Es inconcebible como ese léxico se aprende con facilidad y en menor tiempo que el invertido por los profesores de inglés al tratar vanamente en inculcar la lengua de Shakespeare a sus pupilos; de igual forma resulta ridículo como diversos escritores de la supuesta "onda", como áncora para atraer a los efebos a la lectura, recurren a este lenguaje y lo único que hacen es fomentarlo aún más; de manera semejante algunos docentes con el afán de didactar su enseñanza a los estudiante se apropian de este vulgar léxico, cayendo en la misma situación que los escritores.

Esto me remite a lo que alguna vez señalo Platón al decir que "hablar inapropiadamente no es sólo cometer una falta, sino hacer un daño irreparable a las almas"; entonces la Torre de Babel que de generación en degeneración hemos construido, nos lleva a una pregunta ¿En la actualidad se piensa como se habla?

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Ruido

“Ruido de abogados, ruido compartido,
ruido envenenado, demasiado ruido”. Joaquín Sabina

Dicen que cuando una gallina va a poner un huevo cacaraquea para que todo mundo se dé cuenta que va realizar esa actividad y advertir a las demás aves del gallinero que no se interpongan; en la raza humana muchos la imitamos, a poco no es patético escuchar al funcionario que por fin se le ocurrió una idea brillante, entonces es prioridad gritarla a los cuatro vientos para que todos nos demos cuenta que por fin su oxidado cerebro se puso a trabajar.

Caso semejante el tipo que le pone su nombre y apellidos a todo lo que realiza, así sean actividades inherentes a su función laboral, digo, si se trata de asuntos nuevos o que no se relacionan con su empleo, pues si es justo patentizarlos, pero si son actividades comunes, la verdad uno piensa que se trata sólo de reconocimiento social. Igual de patético es el que se va ir de viaje y tiene que decirle a todas sus amistades su itinerario, además anuncia que por motivos de su próximo paseo no podrá estar disponible, ¡qué asco!

Ya entrados en este tema, es vergonzoso observar como muchos con tal de alcanzar el codiciado reconocimiento social, hacen hasta lo imposible, por ejemplo escribir sus datos reales y completos para abrir una cuenta de correo electrónico, con el riesgo de ser suplantados por algún extorsionador; elaborar tarjetas de presentación incluyendo además del número de teléfono celular, hasta el de casa, o sea, más material para el crimen organizado que siempre está al acecho.

Es común observar entre los usuarios del Messenger a sujetos ávidos de poner en los cuernos de la luna su reputación, utilizando en los mensajes de sus nicks, frases que hacen alarde sobre las importantes actividades emprendidas o que están desempeñando: “ocupado haciendo tesis”, “dándole duro al informe”, “fue un éxito la ceremonia”, por citar algunas; en la red social de Facebook pululan individuos que en su perfil se encuentran redactados todos sus datos personales reales, además de rendir un humilde tributo a su ego escribiendo frases que motiven a sus supuestos amigos a “pensar”, siendo lo más penoso que sus contactos se sienten inteligentes al dar respuesta a tales planteamientos.

Algunas personas en lugar de preocuparse por su importancia social, deberían cuidar mejor su aspecto, lucen desaliñados, les chilla la rata por no utilizar desodorante y hasta a algunos les huele la buchaca a causa de su halitosis; muchos de ellos tienen un carácter de los mil diablos, son prepotentes, engreídos, entrelucidos; o sea, los clásicos que deberían ser tratados con pinzas.

Lo recomendable es mejorar el carácter, pues eso denota tal como es en realidad la persona, y la reputación es lo que los demás piensan de uno, es decir, es algo cien por ciento subjetivo.

Si de hacer ruido se trata, les recomiendo el que hacían mis progenitores en su adolescencia cuando iban cada fin de semana a un motel a ensayar su luna de miel, en la planta baja había un salón de baile, y todos los tertulianos incómodamente se quejaban con el dueño del inmueble del tremendo escándalo que papá y mamá producían en sus 45 minutos de lucha cuerpo a cuerpo sobre las sábanas.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿La oficina ideal?

Una mañana en las épocas cuando me desempeñaba profesionalmente en una conocida dirección general, un compañero de trabajo, con cierto desgano comentaba que se le hacía una injusticia tener que presentarse todos los días laborables a la oficina, pues sólo bastaba con contar en casa con una computadora conectada a internet y que cada quien desarrollara su empleo desde la comodidad del hogar.

Bajo esa idea el Messenger podría ser utilizado como un medio para eficientar la comunicación entre los compañeros, por lo tanto no existiría el morbo de saber qué tipo de ropas se portan ese día, es más, como uno se encuentra en su propia casa, hasta en paños menores puede estar, por lo tanto nadie se escandalizará de que te estás rascando las partes nobles; existiría menos probabilidad de un acoso sexual, pues quien así lo hiciera correría el riego de que sus intenciones queden guardadas en la bandeja de conversaciones.

Evitarías muchos de los conflictos que se suscitan en el ámbito laboral, por ejemplo los complots entre oficinistas para poner en mal a alguien, bueno no al cien por ciento, pues podemos desprestigiar con un correo electrónico a quien se nos hinche; ya no tendríamos que soportar los gustos musicales, charlas y malos chistes del colega; las suspensiones por horas de almuerzo desaparecerían, o sea, ese trillado dicho de “primero desayunar que ser cristiano” sería cosa del pasado, pues se puede degustar de los sagrados alimentos mientras se trabaja, y nadie que se queje de que la oficina huele a lonchería.

El correo electrónico se transformaría en el canal de enlace para que los altos mandos proporcionen indicaciones, den instrucciones y envíen materiales de trabajo, sólo a los muy pendejos les costaría mucho comprender tales indicaciones; las tediosas reuniones de trabajo se llevarían a cabo en salas de chat, así el jefe no se incomodaría al ver que alguno de sus subalternos bosteza o está todo desparramado sobre la silla, igual sería difícil poder hacer o decir alguna payasada, pues quedaría en evidencia quien así lo hiciese, ahorrándose la inquietante frasecita del dirigente de “voy a hacer de cuenta que no oí nada”, si, esa que te pone los tanates de moño.

De llegar a cumplirse los anhelos de este excompañero, según él se tendrían las siguientes ventajas: por un lado se disminuirían los congestionamientos viales a las horas pico, por lo tanto habría menos acorazados con llantas en las calles; los bebés ya no tendrían que ir a las desoladas guarderías, evitando la proliferación de tanto sujeto bipolar que pulula por allí; ya no se desperdiciaría papel, impidiendo con ello el holocausto de árboles.

Con esas justificaciones más de alguno se podría convencer de la factibilidad de tales aspiraciones, pero considero que al estar sentado frente a un ordenador, en la soledad del hogar o con las presiones domésticas, lo más probable es que las ideas para realizar proyectos, diseños o cualquier prototipo bajo esta forma de trabajo sean el resultado del copy paste, enviando por una cloaca el trabajo intelectual.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Escasez de blanquillos

A nadie gusta ser considerado como cobarde, pues de clasificarnos de esa forma, nos sentimos débiles, impotentes o faltos de orgullo moral, como si perdiésemos el honor. En repetidas ocasiones tanto en la radio como en el comic, el personaje de Kalimán solía decir que “solo el cobarde muere dos veces”, para referirse a lo deshonroso que es huir por la puerta fácil, es decir, dejar a un lado la responsabilidad de sus acciones y hacer caso omiso de las consecuencias que trae consigo cometer ciertos actos.

Saco lo anterior a colación, pues la verdad, me caga ser testigo de hechos que como seres humanos nos denigran; resulta que el otro día que visitaba una conocida tienda departamental, al pasar por el pasillo de cristalería, un pequeño de esos que dan la impresión que en su casa lo tiene enjaulado, pues como animal raro andaba tomando todo lo que se ponía por enfrente, mientras la mamá haciéndose la disimulada comparaba precios y calidad de los productos que ahí se exhibían, por su parte el chamaco al coger un angelito en fino cristal cortado se le resbala de sus manos y va a dar al suelo haciéndose añicos, la madre como sargento que suelen ser, lo regaña y le da un sopapo; al mismo tiempo que ejecuta tales acciones sus ojos escudriñan el lugar, al percatarse que nadie vio lo acontecido, recoge los fragmentos y los coloca en el espacio que instantes atrás ocupase, y como si nada hubiera sucedido abandona el lugar.

A esta señora le faltaron huevos para ir a la caja con los trozos de cristal y decirle a la cajera lo que había hecho su pinche hijo, prefirió esconderse como las bestias acorraladas, huyó de su responsabilidad y de poder haber educado a su hijo haciéndole ver las consecuencias de su chingada actitud; en cambio dejó endeudada a la responsable de ese departamento, pues lo pobre tendrá que pagar el objeto roto, ¿acaso piensan que los dueños de la tienda perderán sus ganancias por un simple error laboral?

De igual forma acontece cuando vas al banco a cambiar un cheque, y el presionado cajero te da el doble de la denominación, y tú feliz sales con la jodida idea de que ya chingaste, es tan grande Diosito contigo que te premia de esa forma, ni madres, tenemos la responsabilidad de regresarnos e ir con el empleado y hacerle ver su error, ¿qué tal si fuera al revés? Si te hace falta dinero inmediatamente te devuelves a pendejearlo y hasta evidenciarlo con el gerente.

Es una pena que la cultura de la transa sea más fácil de aprenderse que los contenidos académicos en las escuelas, gracias a ese reconocido “valor” de chingar, o sea, el que chinga mejor es el más capaz en nuestro país, esas si son competencias, ¿a poco no? Me atrevo a afirmar lo anterior con la certeza que me da el fracaso en tales menesteres, y, porque una tarde de esas calurosas que en nuestro Estado son comunes, un compañero docente al concluir su jornada laboral, se sube a su lujoso coche rojo, baja los cristales polarizados y se pone los absurdos lentes imitación “Dolce & Gabbana”, que compró en el tianguis y según él lo hacen sentir como aquel investigador privado de los ochentas llamado Thomas Magnum, enciende el motor del vehículo y le da reversa, con tal de llamar la atención hace que los neumáticos rechinen, pero debido a la velocidad y lo suelto de la arena se barre hasta enganchar su parachoques con la defensa del carro de enfrente.

Al darle marcha, la fuerza de arranque hace que se jale hasta romper la defensa del coche enganchado, inmediatamente para el suyo, desciende, y se cerciora de que a su automóvil no le haya pasado nada, al percatarse que no fue así, mira por encima de las gafas oscuras para cerciorarse de que nadie lo vio, al darse cuenta de que pasó desapercibido, se trepa de nuevo para abandonar el estacionamiento de la escuela, dándose a la fuga como méndigo delincuente.

De nueva cuenta, este compañero no tuvo el suficiente valor civil de ir a buscar al dueño del auto dañado y hacerse responsable de su babosada o de perdida colocar en el limpiaparabrisas del afectado un papel con su número de celular asumiendo la estupidez de su acto; digo nadie lo va a matar por dañar lo ajeno si te comprometes a cubrir los gastos, en cambio siempre que lo vea pensaré, ahí va ese pocos huevos.

Además todos esos faltos de valor civil, se llenarán de cólera al leer en prensa o ver por televisión las injusticias que otros seres humanos cometen, al fin de cuentas los medios los evidenciaron y a ellos no, por lo tanto seguirán conviviendo con usted y conmigo como si nada hubiera pasado.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Cuál es la diferencia?

A lo largo de la profesión de docente, uno conoce infinidad de personas, es más, muchas veces me topo en la calle con alguno que fue estudiante de mi clase, al saludarme me deja perplejo, pues comienzo a escarbar en las entrañas de la memoria y no logro recordar de quién se trata, pues para ser honesto, únicamente recuerdo a dos clases de alumnos, los sobresaliente y a los revoltosos.

De entre esos estudiantes, hay uno que llamó mucho mi atención, por ciertas particularidades de su personalidad, para no ponerlo en evidencia lo llamaré Tommy. Este muchacho no entra ni en la categoría de nerd, mucho menos es un geek, más bien es una especie de sujeto silencioso, de esos que no van a las fiestas de la escuela, promociones y otros eventos. Taciturno en el trato con los demás, con un coeficiente intelectual por encima de la media, pero con pocos dones cuando se trata de platicar por el simple hecho de charlar y de los rituales sociales ordinarios. Eso sí, él sabe lo que realmente es importante en una charla, pues no le apetece perder el tiempo con palabrerías triviales o jueguecitos de status para tontos.

Para este chamaco todas las asignaturas tienen temas importantes, el problema son los profesores que no saben despertar el interés por ellos; por ejemplo, en la doctrina católica aprendió que el primer ecologista fue Noé, Jesús de Nazaret además de ser comunista, puede considerarse el precursor del feminismo. En su transitar por el bachillerato fue presidente de la sociedad de alumnos, nombramiento que se vio obligado a declinar debido a que su honestidad no le permitió continuar, pues, bajó el promedio de calificaciones y no era justo que su escuela tuviera un indigno representante, además nunca abusó de su fuero presidencial, pues a pesar de que las chicas lo asediaban, jamás sucumbió ante tal tentación.

Para colmo de sus progenitores eligió la ocupación de músico de rock, como es sabido, ésta no puede considerarse una profesión en nuestro país, a diferencia de otros donde hasta el gobierno beca a los que deciden hacer de este género un empleo.

Existe una anécdota interesante que viví al lado de este joven, resulta que una tarde antes de ingresar al aula, el personal de servicios, llegó con escoba y recogedor dispuesto a limpiar el lugar, para lo cual invitó a los estudiantes de forma educada a desocupar el inmueble mientras realizaba su labor, los alumnos molestos por el desalojo salieron murmurando improperios en contra del empleado; Tommy se sienta sobre la jardinera, de su morral saca un cuaderno y empieza a escribir.

Pasados cinco minutos, el intendente termina de asear el salón y sale silbando, inmediatamente ingresa el tropel de alumnos, Tommy se pone de pie al mismo tiempo que arranca la hoja del cuaderno haciéndola puño, para después tirarla en la jardinera; con la precaución de que nadie me observara, la junté y desarrugué para enterarme de su contenido, el cual expongo a continuación:

“Muchas veces me he preguntado qué hace un recolector de basura, algunos los clasificamos como un trabajo denigrante, denigrante porque se desarrolla en un medio lleno de desechos, desperdicios, cosas que las demás personas ya no necesitamos; pero, honestamente considero que no hay mucha diferencia entre su ocupación y la nuestra, sí, ¡la de nosotros los jóvenes!

¿Por qué digo esto? A poco no es cierto que algunos de nuestros cuartos de tan desordenados que los tenemos se asemejen al basurero municipal, con la diferencia de que la habitación de unos huele a combinación de perfumes con humedad y probablemente el de otros huela a suero de panela.

La escuela gracias al señor que hace el aseo está en condiciones agradables, si no estuviera esa persona, la verdad sería un sitio impenetrable, pues con esa idea que las generaciones actuales tenemos de que hay que darle trabajo al que lo necesite, entonces se nos hace fácil tirar al suelo del salón, pasillos y plaza cívica, la envoltura de las papas fritas, la viruta del lápiz, borrador de goma y las hojas que gracias a nuestras torpezas tenemos que arrancar de la libreta por la infinidad de veces que nos equivocamos.

A esto hay que sumarle que nuestra modernidad nos ha legado la cultura de lo desechable, y como su nombre lo indica, ahora todo es “úsese y tírese después”, entonces si la etiqueta del producto nos invita a hacerlo, pues obvio que no desaprovechamos la ocasión, y así contribuimos a ensuciar, nada más que con la diferencia de que ahora tenemos el permiso del consumismo y la comercialización.

Entonces para qué fingir que somos ecológicos, si en realidad el medio nos influye a hacer lo contrario, el mundo no se va a limpiar con spots de televisión y radio entre telenovelas o cada canción de la programación; es un hecho que sólo duran unos instantes y se nos olvidan con facilidad gracias a la barra de comerciales de productos chatarra, que de seguro son más.

¿Qué nos hace diferentes del empleado recolector de basura? Que a él le pagan por limpiar y nosotros pagamos por ensuciar, mientras sigamos adquiriendo tantas cosas que nos venden las tiendas que en realidad no necesitamos, nuestros planeta seguirá convirtiéndose en una enorme masa de desperdicio.”

Después de leer esto, me surge la inquietud, ¿acaso es este es el mismo alumno que aprobó con seis la clase de “Habilidades para el Aprendizaje”? ¿Se fue hasta examen de regularización en “Taller de Lectura y Redacción I y II”? o simplemente porque muchas veces los docentes calificamos la apariencia y actitudes de nuestros estudiantes mas, que sus capacidades intelectuales.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Mis amigos muertos

“Que los muertos aquí es donde tienen que estar
y el cielo por mi se puede esperar”. José María Cano

Estamos en vísperas de celebrarse dos acontecimientos parecidos, pero que de acuerdo a la idiosincrasia de cada país tienen un significado distinto, me refiero al Halloween norteamericano y al nacional Día de Muertos; en el primero nuestros vecinos del norte organizan tremendas borracheras, sus niños se disfrazan de los distintos personajes de la literatura macabra como el Conde Drácula, el humanoide creado por el Dr. Víctor Frankestein, brujas, momias entre otros personajes ficticios que la meca del cine gringo ha proporcionado a la reducida imaginación de las actuales generaciones; mientras que en nuestro México, lindo y querido, rememoramos a los familiares que se nos adelantaron en su viaje al infinito, obvio que también acá, como siempre tomamos ese hecho como justificación para embriagarnos y despelotarnos.

Cuenta la abuela materna, que es precisamente el Día de Muertos, cuando el Creador permite a los difuntos regresar del limbo para acompañar a sus conocidos que todavía continúan sufriendo en este mundo cruel y despiadado, razón por la cual es prioridad de nosotros los vivos elaborar un altar en honor a ellos, colocando en esos monumentos todo lo que en vida de forma material disfrutaban.

Ese día, hipotecamos el miedo y los escrúpulos, para ir como una especie de picnic al campo santo de nuestra entidad, evocamos momentos de alegría que luego se tornan en lágrimas por los que ya no están con nosotros; esto me recuerda el único caso de un amor que trascendió más allá de la vida, la triste historia de una pareja, y no me refiero a Romeo y Julieta de Shakespeare, no, me refiero a dos seres que se amaron tanto que forman parte de mis recuerdos.

Resulta que esta pareja, después de diez años de noviazgo, que para mí ya era un amasiato, deciden contraer nupcias, total que un día se casan, todas las noches viven su luna de miel, pero al cabo de cuatro años de casados no logran tener ningún hijo. Los médicos diagnostican que ella es la razón, pues si se embaraza, al dar a luz, tendrá que sacrificar su vida, pues su consistencia física no es lo suficientemente fuerte para resistir las inclemencias de un parto.

La mujer con tal de darle gusto a su amado esposo, se documenta y descubre que existe un 10% de probabilidad de salvarse, entonces se anima y convence a su marido; llegado el momento del parto, por infortunios del destino ella pierde su existencia por la de su retoño, yéndose al otro mundo con la dicha de haberle dado a su pareja el hijo que siempre anheló.

Mi amigo muy decepcionado por la pérdida de su amada esposa, entra en crisis sentimental y comienza a aislarse de la sociedad, pero con una firme razón, todas las noches al cerrar el cementerio brinca sus muros y durante tres meses y medio duerme sobre la tumba de su mujer haciéndole compañía, las primeras semanas el velador al descubrirlo lo sacaba, este con lágrimas y sollozos le cuenta su desventura conmoviendo tanto al empleado que hasta lo deja entrar por la puerta con todo y cobijas para que descanse en paz.

Actualmente es una persona normal, se volvió a casar, tiene mucho éxito en su trabajo y comparte conmigo el gusto musical por el cantautor español Joaquín Sabina, a veces cuando se pone nostálgico, piensa que su difunta esposa es parte del aire y algún día cuando le llegue la hora se juntarán a viajar de aventón por el viento.

Ya entrados en este asunto de los panteones y los que descansan en ellos, con el debido respeto, les contaré otra anécdota en la que un compañero profesor, víctima de una enfermedad terminal es separado de nuestro mundo; después de haber concluido su novenario luctuoso, encontrárseme en la entrañable oficina donde antes laboraba, eran las siete con cuarentaicinco minutos de la mañana, cuando al estar conectado al Messenger, aparece el interfaz con la leyenda “♠El que nada sabe, nada teme♣, acaba de iniciar sesión”, híjole, ese era el nick que el desaparecido docente utilizaba, con el botón derecho del mouse me coloco sobre la figurita verde, al darle clic, sopas me aparece la dirección electrónica de este, de pronto empiezo a sudar, titubeante le escribo, “amigo, ¿cómo sigues?”

En la parte inferior del Messenger, aparecen las palabras “♠El que nada sabe, nada teme♣, este escribiendo un mensaje”. Uta, por fin le encuentro algo útil al desgraciado programa este, poder comunicarte con el más allá. La respuesta que recibo es “Quién es usted?” Órale, es verdad lo que el Hinduismo dice, al morir, olvidamos quienes éramos para después reencarnar en otra especie como si nada nos hubiera sucedido.

Cogiendo valor, le explico quien soy y como lo conocí en este mundo materialista, entonces responde, “haaaa, el profesor ya murió, yo soy su cuñado y como en su computadora portátil dejó activado el automático de inicio de sesión, el cual no sé como desactivarlo cada vez que la enciendo, muchos me hacen la misma pregunta que usted, así que mil disculpas si lo asusté.”

Por respeto a la memoria de mi difunto amigo, guardé mis improperios de disgusto y le digo, no te preocupes, hasta pronto. Me desconecté inmediatamente y esa misma tarde no me presenté a laborar por la tremenda diarrea que tuve, así como el calenturón que por la noche padecí.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Historias del rascatripas

Cuando uno se pone a revisar su árbol genealógico se topa con personas tan disímiles, tan raras, que muchas veces ni nos imaginamos que forman parte de nuestra familia, por ejemplo, los primos de papá y mamá, hay que considerarlos como tíos al igual que los hermanos carnales de nuestros progenitores. Una de esas rarezas familiares, es el primo de mi padre, al que todos llamaban como ese árbol perteneciente a la división de las Gimnospermas, del orden de las coníferas; imagino porque se llamaba Agripino, y como es común en nuestro país, muchas veces no nos agradan los nombres legados por nuestros antecesores, razón por la cual éste prefería ser llamado Pino.

Este tío era trovador y bohemio por oficio, o sea, se ganaba el pan nuestro de cada día tocando y cantando canciones con una guitarra tísica y viuda en las diferentes cantinas, congales y prostíbulos del Colima de los años cuarentas. Debido al ambiente donde desarrollaba su profesión muchas de las veces los clientes en lugar de pagarle con monedas las desentonadas melodías que interpretaba, le invitaban distintos tipos de bebidas, ya entrado en copas le llegaba un estado de ánimo tan insoportable que los administradores del lugar se veían en la necesidad de llamar a la policía para que lo sacaran, con la terquedad que factura al alcohólico, insistentemente regresaba para ser corrido de nuevo, hasta que otro ebrio se solidarizaba con su causa armando tremendo lío.

En una de esas trifulcas su sacrosanta lira de Paracho fue sacrificada, pues la utilizó como escudo protector ante las trompadas que un gañán, le empezó a propinar por haberle coqueteado a la fichera que le acompañaba; a falta de centavos recurrió al auxilio de un amigo carpintero, el cual sustituyó la base trasera por barato triplay, lo mismo sucedía cuando no tenía recursos económicos para comprar cuerdas, le ponía hilo de cáñamo, argumentando que bien afinada ni quien lo notara, además a los violines les ponen tripas de gato como cuerdas y eso es más asqueroso.

Era de muy gran corazón, pues seguido cambiaba de pareja, gustaba de ir a los pueblitos que hoy difícilmente se pueden localizar con un GPS, a robarse a las aborígenes, engañadas con no sé que cuento se las traía a la ciudad, todo era felicidad hasta que las preñaba, ya embarazadas las inocentes mujeres se cercioraban de que a cuenta de canciones y sueños guajiros no iban a comer sus hijos, entonces terminaban por abandonarlo, regresándose a sus respectivas tierras, mientras el tío Pino, se sentía orgulloso de ser el máximo precursor de la tradición del Patriarca Abraham, multiplicando su descendencia como las estrellas del firmamento.

Cada vez que papá, nos llevaba a visitarlo además de admirar los cuatro perros de siempre que curiosamente se llamaban todos iguales sin distinción de raza y sexo, así como conocer a su nueva mujer, me gustaba escuchar las anécdotas que relataba, entre las que figuraban aquellas cuando Dios hizo al mundo y castigó a las abejas por matar a otras especies con su letal veneno obligándolas a producir miel y sacrificar su propia vida al picar, argumentando que hoy sí se muere la gente a causa de la miel de abeja, pero sólo los diabéticos; con señas ejemplificaba como el creador tomó las orejas del burro y en cada jalón repitió su nombre para que no se le volviera a olvidar, así también nos decía como castigó al alacrán quitándole las alas, para evitar que matara volando, con cierto agasajo en su paladar opinaba que si los alacranes dieran miel, su refugio sería el agave y la miel que estos producirían sería el exquisito mezcal.

Una de sus anécdotas que me resulta indeleble, es cuando en una de sus rondas laborales y con más de quince copas en la panza, en el conocido barrio de San Francisco de Almoloyan, entró a tocar a un pequeño bar, estando ahí dando sus mejores notas, de la bodeguita salieron dos hombres abrazados del cogote, uno era Chuy el elegante y fino dueño de la cervecería con su imagen a lo Clark Gable, el otro una figura que en su estado de embriaguez al tío se le asemejaba a su artista favorito, el conocido carpintero del Guamúchil, Sinaloa, con su mascada de seda amarrada al cuello, una fina camisa en satín verde pálido con botonadura de plata, pantalón de dril con plises café y su clásico bigote delgadito.

Aproximándosele lo cogió del brazo y le dijo, “quíhubo barrigón, arráncate con la Tertulia, tú me haces segunda, ¿sale?”. El tío todo nervioso empezó a hacer llorar su instrumento de cuerdas; el entusiasta tipo mientras cantaba, bailaba con el dueño de la cantinita y gritaba, “¡este Chuchis, es más hombre que todos los aquí presentes! ¡Aaajua!

En su mente la duda e incertidumbre envolvían a Pino, pensando que si se parecía al gran ídolo nacional, que en 1942 admiró cantando en la cancha del Deportivo Militar General Andrés Figueroa, sólo que este individuo tenía más de cinco dedos de frente, se veía menos corpulento que en las películas que repetidas veces disfrutó en el Cine Juárez; entonces convencido de que por lo borracho que estaba lo había confundido, terminada la canción, le dio las gracias y optó por abandonar el lugar, recibiendo un billete de diez pesos como respuesta, sus pupilas se ensancharon al ver la denominación del billete y casi arrodillado agradeció el apoyo, diciendo entre dientes “a sus pies, si no le rugen”.

Veinte años más adelante, unos amigos le confirmarían que el personaje que acompañó musicalmente era el mismísimo artista que tanto dudó, le entró una rabia consigo mismo por no haberse quedado a seguir la parranda con tan ínclita celebridad de la farándula nacional.

La última vez que vi al tío Pino, fue una madrugada cuando tenía dieciocho años dirigiéndome rumbo al ejército a cumplir con el Servicio Militar Nacional, este iba interpretando canciones en la ruta de transporte y cuando me vio, esbozó una chueca sonrisa, empezando a entonar “con todo respeto al seme ene, esta es para ustedes por madrugadores”, se escuchó de forma aguardentosa la canción de “Dios nunca muere”.