viernes, 18 de septiembre de 2020

Viviendo de prisa e indecisión.

Esta mañana estaba en casa haciendo mis cosas habituales, no voy a entrar en detalles para evitar la censura, cosas que prácticas cuando estas solo, como eso de plantearme que este día trataré de vivir exclusivamente las 24 horas que lo integran, sin intentar querer resolver el problema de mi existencia; únicamente por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, sin criticar a nadie, mucho menos pretender “mejorar o corregir” -sí, entre comillas, pueque sea yo quien siempre ha vivido en el error y los demás no- a nadie sino a mí mismo; intentaré a adaptarme a las circunstancias sin pretender que las circunstancias se adapten a mis posibilidades.

La meta de este día es realizar una buena acción y evitar divulgarla, borrar de mi cerebro ese miedo a disfrutar de los hermosos y buenos momentos, confiar en las personas, además de creer en su bondad, hacer con disfrute esas cosas que no me gustan realizar, y si experimentase frustración, procuraré que nadie se entere.


Quizá no cumpla en el transcurso del día ninguna de las metas, pero las redactaré para que ustedes sepan de mis intenciones, así como de las calamidades que intervinieron para que no se realizasen: la prisa y la indecisión.

jueves, 10 de septiembre de 2020

Pisando colas.

En la Nueva Normalidad del Siglo XXI, donde nuestras manos llevan más de seis meses alcoholizadas por tanto gel antibacterial, que de continuar así las tendremos que llevar a sesiones de Alcohólicos Anónimos, se imaginan poniéndose de pie al decir “hola, soy izquierda y he ingerido etanol al 72%”, a pesar de esto, las viejas costumbres se conservan, como aquel adagio de “Todos tenemos cola que nos pisen” – ¡por cierto la mía es larguísima! -, se nos sigue olvidando, continuamos disfrutando de pisar la cola del prójimo, es más, hasta creo es todo un placer esa falsa sensación de que, al ensuciar la buena imagen del otro, limpiamos la nuestra, pues nos sentimos exentos de los defectos o conductas reprobables de los demás.
Como si uno fuera limpio y puro, como si nunca la regáramos, la neta que me doy asco cuando actuó de esa forma y lo peor es que hasta que lo hice caigo en el error, ¡móndriga conciencia retrasada! Nos lamentamos de la existencia del Covid-19, ¿qué hicimos para merecer esto? Si, así como título de película de Pedro Almodóvar de 1984. Hemos llegado a pensar que es un castigo del Creador, por lo malo que es la gente, y que nuestro cerebro fragüé esas ideas, nos llena de tranquilidad, pues en la oscuridad de la noche cuando intentamos fumar la pipa de la paz con la conciencia, nos las seguimos creyendo, hasta nos consideramos bien “buena onda”.
Lo bueno es que en la Nueva Normalidad ocurren cosas anormales positivas, como el descubrimiento que Pablo Motos hizo de la sordera de boca, la cual consiste en que cuando hablas con el cubrebocas puesto un cincuenta porciento de lo que dices es incomprensible, entonces tu interlocutor a metro y medio de distancia no te comprenderá nadita de nada, y así ni en cuenta de los pisotones de cola que vas dando a los demás, pero… ¿si nuestros cubrebocas pudieran hablar?

jueves, 3 de septiembre de 2020

Los Dos Volcanes.

Adaptación de un relato de Anthony de Mello
Por mi barrio han existido un titipuchal de negocios, algunos se han mantenido a pesar de los golpes bajos de la economía, como es el caso de la estación de gasolina, con sus precios que como la Rueda de la Fortuna, suben y bajan, eso sí ha cambiado de nombre cual pañal de bebé, también aún continúa en servicio el Hotel Río, que a quien firma lo que escribe, al escuchar el nombre, en lugar de evocar esa corriente natural de agua que fluye con continuidad por un cauce en la superficie terrestre, imagino la portada del segundo álbum de estudio de la agrupación británica Duran Duran, editado el 10 de mayo de 1982, donde se incluyen las rolototas Hungry Like the Wolf Save a Prayer, creo que bajo esa idea, existió una tienda de abarrotes, en los ochentas, si, antes de que hubieran esas cadenas comerciales que en la actualidad se reproducen como conejos, tiene tres cajas registradoras y solo una atiende mientras se hacen las filototas.
La tiendita se llamaba Los Dos Volcanes, imagino que se basó en los colosos de fuego y nieve que antes los podía observar desde la ventana trasera de casa y que en la actualidad los tapa un enorme letrero rectangular en colores amarillo y rojo con letras blancas al centro, resulta que este negocio por más que lo surtieran no obtenía la clientela necesaria para poder continuar. Desesperados sus dueños una noche se reunieron para intercambiar ideas, al hombre se le ocurrió pintar la fachada en color azul marino y arriba del nombre dibujar los dos volcanes, entonces su esposa agregó que, en lugar de dos, únicamente se pintará el volcán de fuego.
¿El de Fuego? ¡Mujer, si la tienda se llama los dos volcanes! Debe de estar también el de Nieve, es lo más ilógico que has dicho. Hay que hacerlo, no perdemos nada, intentémoslo, si no resulta, pues se pinta el otro y asunto arreglado – agregó la mujer.
Con incredulidad el abarrotero siguió los consejos de su esposa, cuando concluyeron los trabajos de remodelación, los vecinos empezaron a acudir como abejas a la miel, claro que con el propósito de hacerles entender el error que habían cometido, creyendo los muy inocentes que el matrimonio no estaba consciente de su “brutal equivocación”, pero ya en el interior, se impresionaban de lo bien surtido y la amabilidad del servicio que se fueron convirtiendo en clientes frecuentes, ahora si sus dueños recuperarían lo que en tanto invirtieron, gracias a saber cómo incitar a satisfacer el ego de los demás al tratar de hacerlos creer que ellos tienen la razón.

jueves, 27 de agosto de 2020

Las canciones prohibidas.

En 1986, los mexicanos estábamos locos por el mundial que se celebraría en nuestro país, un chile verde, de esos que le dan sabor al caldo de pollo y de res era la mascota oficial con su enorme bigote y sombrero de charro, además de los cadenciosos movimientos de Mar Castro al son del chiquitibum en el comercial de cerveza, por las noches alimentaba mis pesadillas “It” o “Eso” -para la raza mejinaca-, de Stephen King que había comprado en la Librería Hidalgo, las chicas se deleitaban con un imberbe Tom Cruise ataviado de uniforme militar, lentes Ray-Ban y sobrevolando los cielos en la icónica película TopGun, mientras a los chamacos nos salían pelos en la mano de tanto ver a la sensual Kim Basinger en Nine ½ Weeks, en música una rubia platinada Madonna lanzaba True Blue, Mecano sacaba su exitoso álbum “Entre el cielo y el suelo”, Soda Stereo consolidaba el rock en español con “Signos” y Rocío Banquells se daba a conocer en el ámbito musical con su LP homónimo.
Precisamente de este último disco, se desprende una canción llamada “Con él”, con la cual en aquella época ponía a parir chayotes a los locutores de las diferentes estaciones de radio de la entidad, debido a que en los programas de complacencias se las pedía, y me salían con el cuento de que su letra no era propia o que los directivos de la estación se las habían prohibido, igual sucedía con la rola de Daniela Romo “La fuerza de un hombre”, irónicamente algunas de esas frecuencias de radio en su programación incluían Light My Fire de The Doors, Relax, esa oda al orgasmo de los británicos de Frankie Goes to Hollywood, además de la compilación de gemidos, pujidos y alaridos por parte de la Reina de la Música Disco Donna Summer con Love To Love You Baby. Imagino que aquí ni pelaron las letras de estas canciones porque nuestros censuristas no dominan el idioma de Shakespeare, pues de saberlo ni de chiste las ponen al aire o posiblemente llegaron a pensar que todos los mexicanos en esos años ni comprendíamos el inglés, entonces al final de cuentas ni sabían lo que en ellas se decía.
¡No manches! Si en los años cincuenta, con la entrañable “Cachito mío” de Consuelito Velázquez, cuya letra está inspirada en el hijo de la autora, a alguno de los responsables de conservar el orden y las buenas costumbres en nuestro país se le ocurrió que ese cachito hacía alusión a cierto trozo de la anatomía masculina, la neta, uno que culpa tiene que sus cerebros estén todos cochambrosos y cometan cada burrada en su pésimo afán de amolar la música. Por cierto, el Mundial se terminó en junio con la milagrosa mano de Maradona, dándole el triunfo a la Selección Argentina, mientras la nuestra también se aventó el suyo al pasar por primera vez a cuartos de final, haciendo que Hugo Sánchez saliera en un titipuchal de comerciales que nos vendía tantas cosas que no necesitábamos.

jueves, 20 de agosto de 2020

¿A qué le tiras cuando sueñas, colimense?

Gracias a Chava Flores y a Gabriel Vargas por las ideas
A que la Ruta Cinco pasa cada diez minutos y no cuarentaicinco como hasta hoy, ¡ah! Pero eso sí, ¡qué barata es! Sigues pensado que los taxis tienen tarifa fija y no la que le da su gana al chófer cobrar; piensas que madrugando no te encontrarás con las enormes filas de los ineficientes bancos, que ya no existen tumultos ni empujones, ni que tendrás que recurrir a parientes de algún influyente para evitar tantos engorrosos trámites a causa de un inepto empleado que en lugar de hacer bien su trabajo, prefiere estar consultando sus redes sociales; continúas soñando que en las calles los coches ya no verán al peatón ni al ciclista como una boya amarilla para topes, que el color amarillo en los semáforos es de precaución y no de acelérale que va a cambiar a rojo.
Que cuando haces una pachanga para cincuenta invitados y te llegan trescientos, de los cuales, tan solo el 25 % conoces, además, esa pinche fauna de coleros ni regalo llevan, ¡ah, pero eso sí, quieren que les sirvas los mejores pomos! Si no lo haces, eres reté agarrado y muerto de hambre, luego cuando se van quieren llevarse los adornos de las mesas, platos repletos de comida, dizque pa´l perro -ahora te das cuenta porque no rindieron los platillos-y hasta con el mantel quieren arrasar, ¡ah qué raza tan canija! En los velorios, dentro del sufrimiento por la pérdida del ser amado, siempre sale el bullanguero que da el giro a las letanías y a la solemnidad del rosario transformándolos en charlas llenas de picardía, sabrosita y jocosa entre los dolientes, por eso cuando muera, y así evitar tal situación, quiero que me incineren y las cenizas las echen al contaminado cielo de mi ciudad, en fin, una rayita más al tigre no le afecta.
Sigue creyendo que el limón es el remedio para todos los males y el mejor aderezo de cualquier comida, que los sábados sin pozole, no son sábados; que las visitas inesperadas son de mal augurio, pues invaden la tranquilidad de tu chante, te encuentran en fachas con los platos sucios en el fregadero, burro y plancha a media sala, los alteros de ropa arrugada y las camas sin hacer, la neta si vienen a criticar, creo que se verían mejor en sus casas, por eso continúa pensando en que las visitas no ayudan, pero bien que estorban. Ahora que, con el confinamiento he llegado a la conclusión de que, a pesar de todo… ¡éramos bien felices y no lo sabíamos!

jueves, 13 de agosto de 2020

La ternura de los dinosaurios.

Los juguetes forman parte de la infancia de todas las generaciones, en la gran mayoría de los hogares de nuestro país las casas en algún momento se convirtieron en depósitos de luchadores y superhéroes de plástico inflado, sí, los que estaban huecos, con ciertos portillos y rebabas del proceso de producción, pero que costaban más baratos que los originales y cuya misión eran divertirte, además, si las capas se te rompían, podías confeccionarles una mas perronas con una bolsa, los Playmobil sin codos pero con un titipuchal de accesorios, la Bill Gates de los juguetes, Barbie, muñeca exitosa y de múltiples profesiones, sin dejar de lado todas sus pertenencias desde un coche último modelo hasta un supermercado; no puedo olvidar todos esos juguetes con los que se fomentaba el espíritu de competencia entre la chaviza como la perinola, la matatena, yoyos, trompos y canicas.
Figuras cuya imagen, colores y materiales con los que estaban elaborados, eran un claro reflejo de nuestras costumbres, hábitos, ideas y formas de ver la vida. En la actualidad al observar a las nuevas generaciones, extrañaba que ahora a los pequeños les llamará la atención los dinosaurios de plástico, ¿estarían influenciados por la película Jurassic Park? La neta, a mí me gustaba Snoopy, el Beagle de Charlie Brown, un can filósofo que le revolcaba la cabeza a su amo, los dinosaurios que conocía eran las herramientas de trabajo de Los Picapiedra, pero que fueran de mi agrado, ¡para nada! Hasta que noté que a los chamacos les atraía jugar con el Tiranousaurio Rex, Velociraptor -que según Michael Crichton era emplumado como las gallinas-, Pterodáctilos, entre otros carnívoros, y nunca con brontosaurios ni un Triceratops, imagino que un herbívoro era como tener una mascota – ¡hay disculpen los veganos! – y no un guardián que intimidará a los adultos, como sucedía a mi generación con los superhéroes, que eran quienes salvaguardaban nuestros chantes de los rufianes.
Creo que no importa con que se diviertan los niños en la actualidad, si ello les reditúa risas, ilusiones y momentos felices, que entraña ese juguete que en algún momento de la vida te acompaño las aventuras infantiles, encendió el switch de la imaginación y la única capaz de ponerle pausa era mamá.

jueves, 6 de agosto de 2020

Colima dividido

Crecí bajo el arte del marketing de cambiar la basura de los empaques de la comida chatarra por basura divertida como los Hielocos, álbumes para las estampitas, carritos del Bimbo entre otras cosas, mientras las morritas portaban donas para el cabello en las muñecas del brazo, gracias a Fey, cantante que un fin de semana se presentó en Siempre Domingo con apenas quince años y el siguiente domingo ya tenía treinta, pero le echaba ganas a su canción aquella de la mitad del cítrico; en esas fechas religiosamente mi jefa me mandaba a la fondita que a las siete de la noche ya tenía su foco de la calle encendido, la mesa larguísima con sus sillas de tijera y el mantel floreado de plástico.
Al llegar te encontrabas con una diversa fauna alimentándose de los ricos antojitos nacionales, albañiles con su caguama en vaso desechable para que las autoridades pensarán que era Sidral, personal de tiendas departamentales, enfermeras y policías con sus respectivos chescos, además de una salvaje fila de Tupperware, ollas de peltre hasta baldes para agua, ustedes ya se la saben, que no importa donde te sirvan tragazón, pues en la comida callejera, sano y sabroso siempre están de la greña. Enseguida venía la división, pues había clientes que pedían su pozole con lechuga y otros con col, vegetales tan similares y diferentes a la vez, son como las parejas actuales, mientras la col es dura y seca, la lactuca sativa es jugosa y fresca; igual sucedía con los sopes gordos y los sopitos.
Las más polémicas de la fonda eran las enchiladas, pues algunos las prefieren dulces y otros saladas, como las mismísimas relaciones sociales, o sea, un país que come pizza con agua de horchata, le echa chiles toreados al sushi, le atranca a las hamburguesas de arrachera, haciendo de la gastronomía un sincretismo culinario e interesante de nuestro México lindo y que Rigo Tovar, pos… ¿quién dijo que todos deberíamos de tener los mismos gustos? Por eso y mucho más, ¡viva mi Colima!