miércoles, 17 de octubre de 2012

Chambas emergentes

Se nota que nuestra ciudad está incrementando a pasos agigantados su índice demográfico, pues en lo que va de este 2012, según cifras del Consejo Nacional de Población, existimos 623, 484 personas, de las cuales 313, 210 somos hombres y 310, 274 mujeres, esto significa que las salas de maternidad de hospitales se abarrotan debido a la reproducción a gran escala que los colimenses realizamos todos los días y, por las noches también, si a ello le agregamos que de acuerdo a la Secretaría de Salud en el Estado, la tasa de mortalidad neonatal ha menguado de 11 a 5 por cada mil recién nacidos vivos en los últimos cinco años.

Pese a esa explosión demográfica nuestro Estado no ha experimentado efectos negativos, pues en julio de este 2012 registra una tasa de desocupación del 4.29%, dos puntos menos que el año anterior y en el segundo trimestre 324, 689 personas cuentan con un empleo, de los cuales el 20.5% pertenecen al sector informal.

Es precisamente esta inmensa minoría quienes ejercen los llamados nuevos empleos o trabajos emergentes, sujetos que desarrollan actividades no convencionales, como los llamados “viene-viene

”, individuos que se instalan en el estacionamiento de supermercados, fungiendo como remedo de “vigilantes” de automóviles de la clientela, cuya actividad consiste en señalar al chofer los espacios disponibles para estacionarse, verbalmente le indica cómo debe de maniobrar para evitar golpear el coche contiguo, entre otras acciones, recibiendo a cambio unas monedas.

El problema de ellos, consiste en que la tienda o plaza no se hace responsable de lo que hagan, pues a pesar de que siempre están merodeando por sus estacionamientos, la empresa asegura de que son ajenos a ellos institucionalmente; lo peor es que la clientela por la prisa de llegar lo más rápido posible a surtir la despensa, dejan al cuidado de unos desconocidos su medio de transporte, corriendo el riesgo de que le roben ese equipo de sonido que incluso hasta vale más que el carro o se lo lleven completo.

Situación parecida ocurre con los lavacoches nómadas o ambulantes, cuyos lugares de operaciones comúnmente son los estacionamientos de escuelas u oficinas, con su cubeta en mano y sin preguntar a veces lavan los vehículos, para posteriormente con cara de tristeza o con una historia digna de la revista “Valle de lágrimas”, conmueven al chofer, el cual terminará pagándole la limpieza de su carro, si la primera vez caíste en su trama, pues serás su cliente al grado de que termines prestándole una suma en efectivo para comprar sus medicamentos, los útiles escolares de sus hijos o contribuir con la pensión alimenticia que le exige su ex.

Los usuarios de taxis se topan con un tipo especie de valet parking, que al llegar a la base de algún sitio o donde es común tomar taxis, este les indica el turno para abordarlo, semejante al perifoneo de la central de autobuses, nada más que él lo hace gritando, claro que ese berrido tiene la intención de que en un mismo servicio dos pasajeros con destinos semejantes utilicen una misma unidad, así el chofer se verá favorecido, agradeciéndole su colaboración con la módica cantidad de cinco pesitos, que después recuperará al cobrarles un poquitín más de la tarifa oficial. ¿Uno por qué tiene que sufrir las consecuencias de tal contubernio? ¿Acaso en Transportes no saben de ello o simplemente se hacen de la vista gorda?

Ahora sólo nos faltan los franeleros, sujetos que privatizan tramos de la acera de calles o avenidas donde se instalan tianguis, mercados u oficinas que no cuentan con estacionamiento, entonces ellos por amor a la comunidad te permiten estacionar tu coche en “su espacio” reservado con rejas de madera, envases de plástico de refresco de dos litros a cambio de cierta cantidad te lo cuidarán de robos, rayones e incluso si jalas aportando cierta cantidad extra con su franela te lo sacudirán para que la raza ya no te le escriba en el cristal trasero “io si kuido el agua”.

Lo peor de estos empleos es que tengamos o no vehículo, somos partícipes de su proliferación pues inclusive hasta hemos llegado a estimarlos por la crudeza de sus míseras vidas o los hemos odiado porque ganan más que uno y no pagan impuestos, pero como es sabido por todos del amor al odio un paso nos separa o viceversa, ¿usted dígame cuál dio?

miércoles, 10 de octubre de 2012

Onomástico


Existen dos cosas en la vida de algunos seres humanos que son pretexto para rechazar las normas sociales establecidas por sus progenitores, la primera de ellas es la familia, si ésta es algo disfuncional, inmediatamente se lo escupirán en la cara, con palabras como “yo no pedí venir al mundo”, “¿por qué nací aquí?”, entre otras quejas que justificarán algunos de sus actos reprochables. La otra es el nombre que sus padres les otorgan.

Aquí si les doy la razón a algunos, pues el nombre es seleccionado desde el momento en que se enteran del género del recién nacido, siendo los propios padres quienes eligen cómo se llamará su retoño; antes de continuar es necesario aclarar que para la intención de este texto el término “nombre” implica una palabra que sirve para identificar a un individuo y distinguirlo de otros, lo cual no significa que con el simple hecho de llamarse de cierta manera el sujeto esté poseyendo las características y cualidades de quien ya se llamó igual que él, es decir, un nombre no indica el valor y la personalidad de los sujetos.

Entre las diversas referencias que existen para nombrar al vástago se encuentran los nombres heredados, es decir, si alguno de los padres o abuelos se llamó Eustaquio o Josefina, pues la pobre criatura tendrá que llamarse igual, para corregir el error alguno de la pareja intentará mejorar la anomalía sugiriendo otro cómo Ricardo o Beatriz, luego cuando el afectado tenga uso de razón, escribirá sólo de forma completa el que le agrada y únicamente la literal inicial del que le incomoda, ¡así o más terrible!

Otro método para seleccionar el nombre apropiado del neonato es recurrir a la Biblia, razón por la cual existen como milagro de los panes y los peces nombres múltiples de José, María, Jesús y en el peor de los casos Ananías, Casimiro y hasta Tarsicio; otros recurren a la revista cultural de antaño pionera de las telenovelas llamada “Lágrimas y risas”, donde la Reina de las Historietas, la señora Yolanda Vargas Dulché de la Parra, es culpable de que muchas mujeres cuarentonas hoy sean identificadas como Rubí, María Isabel, Casandra, Yesenia, Alondra incluso hasta Oyuki.

Caso extraordinario es el fanático del deporte que opta por bautizar o registrar a sus retoños como los países sedes de los mundiales o los juegos olímpicos, motivo por el cual existen personas que responden al llamado de Francia, Grecia, Italia, Argentina, etcétera; también se da el caso del aguerrido aficionado al balompié que llamó a sus hijos América, Morelia o Santos. Igual de patético son los que deciden por ponerles nombres de luminarias de cine o el deporte, aquí la verdad uno experimenta pena ajena cuando por la calle se topa con un Gael, Marilyn, Diego Armando o Brad, y el inocente impúber es morenito de cabellos con champú de viagra.

Y qué decir de aquellos padres de familia que en su ingenuidad heredan el bullying a sus hijos cuando le ponen Zoila a la pequeña y, para colmo ésta se apellida Vaca Del Toro o los que se quieren ver importantes combinado el apellido con los nombres de famosos, razón por la cual hay Tom Cruz, Jennifer López y Arnoldo Sánchez Reyes, ¡hágame usted el favor! ¿Cómo se les ocurre semejante barbaridad? Digo, por qué no se detienen un momento y analizan con calma el ambiente que con un nombre heredarán a sus crías, las cuales sin culpa alguna tendrán que cargar con eso como una especie de maldición o lastre.

De lo anterior, recomiendo estimado lector, si usted y su respetable están en espera de un hijo, tómese todo el embarazo para elegir de forma consciente el nombre del bebé, si carece de imaginación, cómprese un libro donde se lo sugieran, pues incluso en ellos hasta el significado se incluye, pero por favor borre esa tonta idea de que al ponerle el nombre de algún célebre personaje estará dándole personalidad y carácter al futuro ciudadano.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Crustáceos Mejicanos

Han pasado varios días del aniversario de la Independencia, las plazas y comercios ya descolgaron las banderas tricolor, los periódicos murales en las escuelas están descoloridos, los héroes patrios han dejado de reunirse en los restaurantes donde se alimentan esas personas muy importantes de la ciudad; de mexicano sólo nos queda la gastronomía, pues ahora la línea comercial apunta hacia la anglo tradición del halloween.

Todo el bombardeo mediático se ha detenido, lo único nacionalista serán las ceremonias cívicas de honores a nuestro lábaro patrio de los lunes o viernes en las escuelas públicas de nivel básico o la de los ayuntamientos una vez al mes, algunos encuentros deportivos donde los atletas nacionales compitan, entre otros eventos que así lo evoquen hasta llegar a las celebraciones de la Revolución Nacional.

Años atrás ciertos países conceptualizaban al mexicano con aquella imagen del indígena cubierto con un sarape a rayas de enorme sombrero y recostado a la sombra del nopal con su botella de tequila al lado, o sea, para ellos éramos unos perfectos holgazanes; los gringos en cambio, por tratar de limar asperezas con sus vecinos por prohibirles el ingreso a sus hoteles y restaurantes al igual que a los perros, intentaron ofrecer al mundo un concepto visual distinto del mexicano, pues en la película de los estudios Disney de “Los Tres Caballeros”, evocaron al ciudadano de nuestro país como un audaz y alocado gallo ataviado de charro llamado Pancho Pistolas, la Compañía Warner intentó hacer lo mismo, sólo que para ellos un mexicano equivalía a un ratón de piel color cafecita –no negra como Mickey– con ropas de manta cuyo apellido fue González y que se mofaba con improperios de un gato estadounidense, roedor que años adelante vetarían por tales ofensas, mientras el Rey del Rock and Roll

afirmaba que de besar a una mexicana preferiría mejor hacerlo con una negra o una hembra canina.

Igual de peyorativo, hace pocos años un intérprete italiano despreciaría a nuestras femeninas, al decir que para su gusto, las mexicanas eran feas y bigotonas, después comprendimos los motivos de esa expresión, cuando este cantante salió del closet. ¿Y los mexicanos, qué opinión tenemos de nosotros mismos?

Sencillo de explicar, somos a veces peores de racistas que los extranjeros, gracias a esa serie de complejos de inferioridad que nos fomentaron en casa, los cuales hacen que nos comportamos como cangrejos en cubeta, es decir, cuando observamos que alguien empieza a escalar peldaños, con nuestras tenazas envenenadas por la envidia lo jalamos con calumnias de nuevo hasta el fondo, ¿por qué no somos capaces de soportar la superación del prójimo?

Si el vecino cambia de coche o remodela su casa, una de dos, está robando donde trabaja o tiene algún contubernio con el narco; si la compañera de clase de esbelta figura viste ropas sexy, lo más seguro es que anda en malos pasos; si el dueño de la tienda de la esquina saluda muy amable a las chicas de la colonia, es un viejo rabo verde y libidinoso o puede que sea un maníaco sexual en potencia que pretende violarlas.

Cuando el docente brinda facilidades para que sus discípulos reprobados mejoren su calificación o es un profesor barquito o pide ciertos favores económicos y sexuales a cambio; el estudiante de alto rendimiento académico lo consideran un matado, barbero o gusano de biblioteca que no tiene vida propia; si alguien asciende de puesto dentro de la escala laboral, si es mujer lo más probable es que se haya acostado con sus superiores, si se trata de un hombre, puede que sea un mezquino lamebotas o que llego ahí por nepotismo.

Híjole, la verdad es que resulta vergonzoso que entre nosotros mismos por el pánico de no aceptar nuestras capacidades, nos cubramos con una venda los ojos y no veamos con aceptación lo que otros a duras penas logran alcanzar y nos empeñemos en justificar negativamente que ellos son mejores que uno, esto no significa que aceptemos resignadamente nuestras incapacidades, ni que seamos agachones mediocres sin ganas de superarse, al contrario hay que poner en práctica todas nuestras potencialidades para superarlos o alcanzarlos hasta salir de nuestra impotente cubeta.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Pandemia o Pandemónium?


Existen en la especie humana ciertas enfermedades degenerativas que muchos individuos poseemos, algunos estamos inconscientes de padecerlas, otros que desde mi humilde punto de vista son los peores, saben que las padecen y disfrutan su proliferación, ¿a qué enfermedades hago alusión? Pues a esas que salen de nuestros sentimientos, como lo dijo aquel hombre sabio cierta vez, “lo malo no es lo que entra por la boca del hombre, es lo que de ella sale.”

Entre esas pestes que desde antaño han existido se cuentan el autoritarismo, la envidia, el rencor, el odio, la maledicencia, entre otras que se me escapan; lo único malo es que saben camuflarse, pues las personas que las padecen con tal de no ser tan evidentes utilizan el disfraz de la hipocresía y se ocultan en la trinchera de la doble moral.

Recuerdo cuando estaba en pleno apogeo el asunto armado de la invasión gringa a Irak, los norteamericanos, que por excelencia son doble moralistas, observaban a través de sus televisores con orgullo patriótico como su ejército asesinaba iraquíes, más se escandalizaron al grado de censurar a la hermana menor de Michael Jackson por haber enseñado un anillo en forma de sol colocado en su pezón durante el intermedio del Súper Bowl.

Nuestro país no se queda atrás, para empezar se cree que la homosexualidad es una enfermedad que se puede curar mediante ayuda psicológica, con la fuerza de voluntad asistiendo a albergues o afiliándose a cierta religión donde las oraciones y rezos le llegan al creador más rápido que un correo electrónico; las minifaldas y escotes pronunciados son una falta de respeto a la moral, utilizar improperios como los del Negrito Sandía, entre otras situaciones que mejor las omito por sentir pena ajena de los apenados.

¿Cómo saber quiénes están enfermitos de tal lacra mortal? Fácil, cuando escuches a ciertos tipos hablar con inspiración de Dios, religión, virtudes y valores, pues es común que se escuden en la moral para poder manipular a los cerebros débiles, también para ellos la injusticia, pobreza y el hambre de los más necesitados les parecen normal, es más, creen que a esa gente así le gusta vivir, son como dijera el catalán Serrat, lobos con piel de cordero; más tienen un ligero desliz, son los clásicos “farol de la calle, oscuridad de su casa”, pues muchas veces todo eso que señalan como erróneo de nuestra sociedad, lo más probable es que a ellos les encanta hacerlo o entre sus familiares existen algunos que de esa práctica viven.

Además es gente acomplejada que se siente superior, se creen muy decentes, madres y padres perfectos, pero la verdad, hasta el mismo Hitler o Mussolini se apenarían de conocerlos, los únicos que si les aplaudirían sus hazañas serían la Santa Inquisición y el Ku Klux Klan; apreciado lector si usted al observar a la Diana Cazadora de Villa de Álvarez, experimenta rubor y a la vez recorre con la mirada toda su espalda hasta llegar donde ésta termina, vacúnese, no corriendo a una iglesia o con algún psiquiatra, mejor haga un ejercicio de conciencia y vea qué clase de individuo es usted con los que le rodean.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

TLC


Es una maravilla esto del libre comercio, uno se queda sorprendido con eso de las competencias en los negocios de todo tipo, de un changarro a otro los precios de cualquier producto pueden variar de manera favorable para los consumidores, igual cada tendejón se esmera por ofrecer a sus clientes una alta calidad en lo que venden, es un deleite cuando recorro las speedicas calles de la Ciudad de los Taxis amarillos, verdes e incluyentes, el observar como proliferan tales gangas.

Como en la viña del Señor, abundan de todo tipo, es más, hasta las casas funerarias le han entrado a esta sana competencia, pues es posible encontrar paquetes como el de pague ahora y muérase después, hasta ese de convertir en maceta al difunto, haciendo efectivo el dicho tan popular “el que nace pa´maceta no pasa del corredor”, y efectivamente ahora con tal promoción uno no sabe si después de haber dedicado su vida al estudio para ser un prominente profesional, concluya su vida formando parte del ornato en casa, donde cierto familiar exclame ¡María, no le has puesto agua al abuelo, mira que marchito se está poniendo!

Imagino que otra compañía funeral con tal de competir y ganar nuevos clientes va a contratar a un hechicero macumba para que convierta por unos pesitos extra al muertito en zombi, haciendo realidad el sueño de las abnegadas esposas mexicanas, tener un cónyuge que las obedezca al pie de la letra y cumpla sus caprichos.

Un fenómeno que trajo consigo la libertad de mercados es la proliferación de los mini súper; en nuestro estado existen dos compañías que se disputan las ventas, los cuales en su ridícula competencia por ser los predilectos de la clientela se han multiplicado como conejos en celo a tal grado de que en una misma colonia puedes encontrar hasta dos de cada empresa; por mi calle, antes de que existieran disfrutaba el salir por la mañana y contemplar desde el quicio de la puerta los majestuosos volcanes, ahora un enorme y colorado anuncio del negocio que utiliza dos equis para escribir su nombre castra ese paisaje.

En el interior de esas tiendas de autoservicio, es común encontrar a dos empleados, uno de ellos desempeña la labor de forma fácil, pues su actividad consiste en saludarte al llegar y una vez que reúnes tus artículos te indica que su compañero te va a cobrar, mientras el supuesto cajero registra lo adquirido por ti, después de darte a conocer el monto total, si existen centavos que se necesitan para cerrar la unidad, lo más probable es que te exhorte a sumarte a la causa altruista de la empresa, redondeando la cantidad y donando esos centavos que te iban a dar de cambio para auxiliar programas y servicios de instituciones de beneficencia.

Si accedes, serás despedido con una enorme sonrisa, caso contrario si decides que no, pues ni bolsa te ofrecerán para que deposites tu compra, ¿acaso es justo que al cliente se le obligue a contribuir con los dueños de estos establecimientos para que se paren el cuello a cuestas de los “donativos” de uno? A poco no es cierto que tal dinámica les permita evadir impuestos ante el fisco.

Antes en los estanquillos, el abarrotero para quedarse con el cambio de perdida te hacia un trueque con sus respectivos tintes de transa, al darte como cambio gomas de mascar, caramelos o colaciones, que también eran formas engañosas de quedarse con ciertas ganancias, pero de perdida te salías del negocio con un dulce sabor de boca.

Si esos mini súper quieren en realidad recaudar para fines particulares algunos dividendos a favor, no nos quieran ver la cara con el embuste de ser una organización filantrópica, pues no todos estamos tan tontitos, de continuar con tales argucias uno puede llegar a pensar que las siglas de aquel Acuerdo Comercial que se firmó con nuestro país un 17 de diciembre de 1992 y entró en vigencia a partir del 1º de enero de 1994, ahora con tanto engatusamiento significan Transas Libres Comerciales.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Debilidades de la carne


México lindo y querido, es una dicha vivir en tus tierras, además me siento orgulloso de formar parte de esa estadística que a nivel mundial le ha colocado en el nada deleznable segundo lugar en obesidad, pues un treinta por ciento de la población adulta contamos con sobrepeso.

La Ciudad de las Palmeras no se queda atrás, y se suma a esos porcentajes, pues como es sabido por los aborígenes, nuestra dieta está constituida por enormes proporciones de carbohidratos, grasas y azúcares; somos un Estado donde el pan nuestro de cada día no debe faltar en las mesas del desayuno y la cena. Crecimos con la añeja y absurda idea de que los refrescos poseen propiedades curativas, de ahí el mito de que un “Tehuacán” con ácido acetilsalicílico efervescente reduce los efectos de la cruda o que cierta marca de gaseosa de cola vigoriza el cuerpo, y que la bebida del número siete hacia arriba con almidón quita la diarrea.

En las cenas cuando debiéramos de ser más mesurados con la alimentación, la convertimos en verdaderos banquetes, donde el menú lo integran desde tacos de todo tipo, pozole, enchiladas, sopitos, sopes gordos, tostadas de cuerito, pata, oreja y trompa; lo peor es que en muchas ocasiones acostumbramos a degustar de esos platillos horas antes de acostarnos a sucumbir ante los encantos de Morfeo, lo que sin lugar a dudas fomentará el grosor de nuestro tejido adiposo.

La inflación causante del encarecimiento de la vida es otro factor que influye en el sobrepeso de algunas familias, pues ello ha obligado a que ambos integrantes de la pareja se incorporen al mercado laboral, entonces muchas veces no es posible preparar los alimentos en casa, por lo que tienen que recurrir al consumo de la deliciosa pero grasosa comida rápida, donde cierto Coronel con su pollo frito lleva las de ganar.

A pesar de que desde a mediados de los noventas en las escuelas de nivel básico se intenta ofrecer para su consumo productos que nutran a los infantes, ha resultado imposible erradicar esos hábitos alimenticios en la niñez automatizada gracias a la barra de comerciales sobre comida chatarra que se transmite entre los cortes de la programación infantil de la televisión, donde éstos pasan dos tercios de las horas del día.

A lo anterior agreguémosle todos esos cumpleaños nice que las orgullosas madres les organizan en los restaurantes del payasito feliz o el rey de las hamburguesas, donde se pone de ejemplo que no hay mejor comida para un festejado como los manjares que ahí se preparan; igual no olvidemos el típico lunch que las preocupadas amas de casa les preparan a sus retoños para irse a la escuela, donde les incluyen una barrita de cereal, su respectivo paquete de pastelitos de las aves acuáticas que habitan el Hemisferio Sur y la bebida de néctar del árbol mexicano que da jugos enlatados, ¡vaya eso si es nutritivo!

Un factor extra para estar bien rebosantes de gordura, es que ahora en los empleos se consumen alimentos a diferentes horas de la jornada laboral, anteriormente algunos trabajadores llevaban su desayuno en recipientes de plástico, ahora eso es algo pasado de moda, pues primero al llegar hay que desayunar un pequeño refrigerio antes de empezar, después viene el tan exigido break para el almuerzo donde llamas a alguna cafetería o lonchería para solicitarle la suculenta torta de lo mismo, posteriormente entre cada hora no puede faltar la colación o el antojo, el cual puede ser desde una bolsa de papas fritas, panquecitos y galletas de avena para no engordar, ¡hágame usted el favor!

Ante estos ejemplos de alimentación hasta el más fuerte se rinde, entrándole a lo que le pongan enfrente, como ustedes saben la carne es débil, y a menos de que alguien invente un menudo light, carnitas o chicharrón sin calorías, nuestro país moderno seguirá teniendo más muertes por sobrepeso que por falta de alimentos, por otro lado, mejor haga ejercicio, la liposucción, el engrapado abdominal o el tru-trú de tripas es altamente de riesgo, ni siquiera lo dude.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El Facebroke


Nos causa admiración, incluso hasta hemos satanizado a los adictos a cualquier estupefaciente, llámese marihuana, cocaína u otra droga de diseño; por la fuerte dependencia que estos poseen nos atrevemos a juzgar que tal adicción es debido a la baja autoestima de quien la consume, que requieren ayuda o en el infame de los casos que son algo perdido. Existe otra adicción que de manera silenciosa merma igual o un poco peor que las dependencias a los tóxicos antes señalados, me refiero al Facebook, pues tal red social ha pasado de un divertimento a algo primordial en la vida de algunas personas, pues en ciertos casos se ha vuelto algo excesivo, llegando a enajenar tanto que el usuario se desconecta del entorno real.

Se encuentran documentados en revistas especializadas e incluso en el mismo internet casos de matrimonios que se han disuelto por el absurdo hecho de que alguno de los dos intercambió halagos, piropos o situaciones cibersexuales con los supuestos “amigos”, llegando a considerar tal hecho como una causante de divorcio; varios estudiantes han causado baja de sus recintos escolares debido a que reprueban todas sus materias, el motivo permanecer más tiempo consultando las actualizaciones en la citada red social que haciendo labores académicas, mientras los inocentes de sus progenitores creen que se encuentran elaborando trabajos escolares y tristemente se enteran de la verdad cuando la escuela les entona “Las golondrinas”.

¿Cómo saber si uno es adicto al Facebook o no? Para responder a esta pregunta es necesario hacer un ejercicio de como utilizamos este medio; por ejemplo, el tiempo que teníamos pensado permanecer conectados se nos olvida al grado de parecer un comatoso, es decir, de forma frecuente deja de hacer actividades laborales con tal de echarle un rápida miradita a lo que están “pensando” sus amigos en el feis; considera más excitante charlar con su pareja o prospecto por esta red social que en un lugar íntimo, un restaurante o café. La mayoría de tus amistades son virtuales, es más, a algunos nunca los has visto en persona, pero el saber que tienes más de mil te hace sentir apreciado por ellos.

Como en toda adicción, te comes las uñas o frotas las manos debido a la ansiedad por ver qué te han etiquetado, cuántas solicitudes de “amistad”, notificaciones y mensajes has recibido; para algunos es el fin del mundo cuando la conexión a Internet falla, pues creen que se perderán de muchos eventos debido a esa carencia. Como consecuencia sus pensamientos se concentran únicamente en lo que estarían haciendo si tuvieran red en ese momento.

Si no te consideras adicto, ¿por qué te molesta que alguien requiera de tu presencia cuando estás en plena sesión de chat? Igual si consideras mejor permanecer conectado que dormir, pues muchas veces cuando el Astro Rey va asomándose en el horizonte tú apenas vas guardando la laptop, por eso en la escuela o empleo tienes esa cara de amodorrado.

Si al leer lo anterior, llegas a la conclusión de que algunas actitudes se asemejan a las tuyas, puedo asegurarte que eres un adicto al Facebook, lo cual no es bueno, pues estás a punto de perder contacto con la realidad aislándote de tus seres más cercanos hasta el grado de perderlos; si eres tú o conoces a alguien que presente las características ya señaladas, no lo dudes ni un momento y acude con algún terapeuta, pues eso de experimentar depresión, frustración y control por encima de lo que se desea, definitivamente pueden acabar contigo y con quienes más te aman.

Esta red social, es un medio para intercambiar información, reducir distancias, contactar a familiares y amigos que se encuentran en otros países, pero no lo es todo en tu vida, vamos desconéctate, sal a la calle, disfruta del mundo real mientras vivas y no seas un cadáver más del Internet como muchos que conozco.