miércoles, 5 de septiembre de 2012

El Facebroke


Nos causa admiración, incluso hasta hemos satanizado a los adictos a cualquier estupefaciente, llámese marihuana, cocaína u otra droga de diseño; por la fuerte dependencia que estos poseen nos atrevemos a juzgar que tal adicción es debido a la baja autoestima de quien la consume, que requieren ayuda o en el infame de los casos que son algo perdido. Existe otra adicción que de manera silenciosa merma igual o un poco peor que las dependencias a los tóxicos antes señalados, me refiero al Facebook, pues tal red social ha pasado de un divertimento a algo primordial en la vida de algunas personas, pues en ciertos casos se ha vuelto algo excesivo, llegando a enajenar tanto que el usuario se desconecta del entorno real.

Se encuentran documentados en revistas especializadas e incluso en el mismo internet casos de matrimonios que se han disuelto por el absurdo hecho de que alguno de los dos intercambió halagos, piropos o situaciones cibersexuales con los supuestos “amigos”, llegando a considerar tal hecho como una causante de divorcio; varios estudiantes han causado baja de sus recintos escolares debido a que reprueban todas sus materias, el motivo permanecer más tiempo consultando las actualizaciones en la citada red social que haciendo labores académicas, mientras los inocentes de sus progenitores creen que se encuentran elaborando trabajos escolares y tristemente se enteran de la verdad cuando la escuela les entona “Las golondrinas”.

¿Cómo saber si uno es adicto al Facebook o no? Para responder a esta pregunta es necesario hacer un ejercicio de como utilizamos este medio; por ejemplo, el tiempo que teníamos pensado permanecer conectados se nos olvida al grado de parecer un comatoso, es decir, de forma frecuente deja de hacer actividades laborales con tal de echarle un rápida miradita a lo que están “pensando” sus amigos en el feis; considera más excitante charlar con su pareja o prospecto por esta red social que en un lugar íntimo, un restaurante o café. La mayoría de tus amistades son virtuales, es más, a algunos nunca los has visto en persona, pero el saber que tienes más de mil te hace sentir apreciado por ellos.

Como en toda adicción, te comes las uñas o frotas las manos debido a la ansiedad por ver qué te han etiquetado, cuántas solicitudes de “amistad”, notificaciones y mensajes has recibido; para algunos es el fin del mundo cuando la conexión a Internet falla, pues creen que se perderán de muchos eventos debido a esa carencia. Como consecuencia sus pensamientos se concentran únicamente en lo que estarían haciendo si tuvieran red en ese momento.

Si no te consideras adicto, ¿por qué te molesta que alguien requiera de tu presencia cuando estás en plena sesión de chat? Igual si consideras mejor permanecer conectado que dormir, pues muchas veces cuando el Astro Rey va asomándose en el horizonte tú apenas vas guardando la laptop, por eso en la escuela o empleo tienes esa cara de amodorrado.

Si al leer lo anterior, llegas a la conclusión de que algunas actitudes se asemejan a las tuyas, puedo asegurarte que eres un adicto al Facebook, lo cual no es bueno, pues estás a punto de perder contacto con la realidad aislándote de tus seres más cercanos hasta el grado de perderlos; si eres tú o conoces a alguien que presente las características ya señaladas, no lo dudes ni un momento y acude con algún terapeuta, pues eso de experimentar depresión, frustración y control por encima de lo que se desea, definitivamente pueden acabar contigo y con quienes más te aman.

Esta red social, es un medio para intercambiar información, reducir distancias, contactar a familiares y amigos que se encuentran en otros países, pero no lo es todo en tu vida, vamos desconéctate, sal a la calle, disfruta del mundo real mientras vivas y no seas un cadáver más del Internet como muchos que conozco.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Pubertad, maligno tesoro


Antes de empezar a escribir me hice la promesa de no llorar, más… no pude… permítanme unos minutos… snif, snif, snif… ¡ah, ya! Listo, parece que lo he superado. Existe una etapa en el desarrollo humano tan efímera que dura lo que tardamos en bostezar de la infancia a la adolescencia, es una etapa corta, pero la que más pesa en los años siguientes, es más, tal vez para algunos sea como una especie de estigma o cicatriz que ni aun en la edad adulta podamos borrarla de nuestro pisqué, me refiero a la pubertad.

Durante su manifestación físicamente experimentamos lo más extraño, las damas conocen por vez primera las punzadas de los cólicos menstruales y en los caballeros se nota el cambio de voz, la salida de pelos donde jamás imaginaste, para colmo en algunos que les alucinaba tener esa barbita de cuatro días que luce el ídolo del rock, lo más cruel es que el mentón será el último en poblarse, pero para sentirte grande te dejas el mostacho a lo Cantinflas, que más bien se asemeja a un puñado de esquilines.

A los hombres nos pesa abandonar nuestros juguetes, las mujeres en cambio prefieren enamorarse de un tarado mayor de edad con coche, que con su estridente música incomode a sus padres y que le esconda las pantis en la guantera a la hora de los arrumacos. Patéticamente los machitos de mamá, tratan de encontrarle el atractivo o lo interesante a las chicas de su edad, para lo cual adoptan la actitud de me vale Wilson la sociedad, más a esa edad encuentran sabrosamente sexuales a las mamás de sus compañeros de escuela.

Los chavos por una hermosa casualidad del destino descubren, lo que Diógenes denominó el “regalo de los dioses”, la masturbación, donde hacen cómplice a la revista del conejito o con la simple ayuda de su imaginación intimidan con la encamable muchacha del aseo, la teacher de inglés o la vecina madurona de buen ver, razón por la cual parte del tiempo se la pasan en el baño y no para darse una ducha precisamente, es cuando ocurre el fenómeno de que los cuatro azulejos que se localizan frente al retrete no tienen sarro y son los más pulidos. Años más adelante descubrirás que con la copulación todo es mera socialización y poco a poco dejarás para casos extremos el individualismo del onanismo.

Otra característica de esta etapa es la vanidad, pues hace acto de presencia con todas las de moler, es cuando te da por sentirte adonis, más resulta que a Dios se le ocurre con su buen sentido del humor jugarte una broma, premiándote con barritos y espinillas que te dejaran la nariz como fresa o parecida a la de la Bruja de Blancanieves; entonces para verte guapo, pues te los pellizcas, para en un futuro no muy lejano tener cara de raspaquesos.

En casa, mamá o papá que antes los idolatrabas por su sabiduría, se ponen estrictos, prohibiendo todo, para empezar como a la Cenicienta te quieren en casa antes de las once de la noche, en algunos momentos te aplican toque de queda, es más, tanta desconfianza hacia tu persona despierta ciertos sentimientos que dan la impresión de que nadie en el hogar, aburrido hogar te comprende; las payasadas que antes te aplaudían se vuelven nangueras, si te equivocas en realizar equis actividad ya nadie te explica pacientemente cómo intentarlo de nuevo, ahora literalmente eres todo un estúpido.

A consecuencia de ello haces de tu alcoba una especie de trinchera o refugio, recuerdo que este inseguro servidor eso hacía mientras sus congéneres se volvían hombres consumiendo cigarros y bebiendo cerveza hasta embrutecerse o experimentaban con estupefacientes otros estados de ánimo, yo en cambio me la pasaba escuchando cassettes grabados de la extinta Radio Juventud, martirizándome como vil masoquista al escuchar “Take my breath away”, pues evocaba a la esquelética vecina pecosa, que los ojetes del barrio la apodaban “la jícama con chile”, y que por falta de blanquillos nunca me atreví a exponerle mis sentimientos.

Entre tardeadas, que ya ni se usan en la actualidad, aburridos libros de texto de la secundaria, llega la adolescencia deshaciendo esa perversión sexual conocida como virginidad, pues uno hace del coito una especie de terapia que intente borrar la anterior traumática fase del desarrollo, es cuando agradecemos a nuestros padres por la religión que nos heredaron, la cual nos enseñó que el sexo es algo sucio, y como ustedes saben cuando algo es dañino más nos agrada; en conclusión les aseguro que por estas razones jamás desearía volver a ser ese cavernícola que a cierta edad fui… snif, snif, snif…

miércoles, 22 de agosto de 2012

Los indeseables


Los seres humanos, entre todas las especies que habitamos este lugar que los homo sapiens han puesto por nombre Tierra, somos los más complejos, por un lado no nos agrada la soledad, por otro cuando estamos en compañía de alguien más, como que nos enfadamos de estar tanto tiempo con esa o esas mismas personas e intentamos socializar con otras que de seguro igual nos van a aburrir, ¡así o nos quieren envueltos para regalo!

¿Por qué nos volvemos indeseables? Esa pregunta me la he hecho infinidad de ocasiones cuando por ahí alguien lo ha manifestado en mi contra, ¡ups! Será en mi contra o a mi favor, digo, muchas veces de lo bien que estamos no nos damos cuenta lo malo que somos, es más, cuesta trabajo aceptar nuestros errores, y nos incomoda que otros nos lo digan.

En lo que llevo de vida me he dado cuenta de algunas situaciones que me incomodan de los demás y que yo también inconscientemente he incurrido en hacerlas, por ejemplo, hablar fuerte cuando se recibe una llamada por teléfono, es irritante que uno se encuentra concentrado en su actividad, de repente escuchamos el berrido o voz de pito loco del compañero de la oficina regañar a su hijo, saludar a su pareja con palabritas dulces o narrar sus aventuras para que todos nos demos cuenta, a veces cuando su ego está más quieto dizque se encierran en el baño para no incomodar, pero se pone peor, pues parece que le agrega efectos especiales, pues logra una terrible reverberación que los hace oír como alta voz, no quiero imaginar si dentro de ese baño hay otro individuo intentando hacer sus necesidades, el pobrecito perderá su falta de concentración, ustedes ya saben a qué me refiero.

Me disculparán todos esos mártires, pero lo peor que uno puede hacer para ser catalogado como non grato en las oficinas o escuelas, es ir enfermo, eso es no tener vergüenza o por no refrescarles la memoria de su santa madrecita, vas a ventilar los virus para generar una epidemia entre tus compañeros, ¿acaso no tienes conciencia? Nadie te va erigir un monumento, al contrario lo único que vas a lograr es que los demás sientan asco de ti; por favor trata de ser solidario guardando tu personita en casa mientras convaleces, estoy seguro que te lo agradecerán.

Si te causa repulsión bajar la perilla del inodoro, pues coge un pedazo de papel higiénico y cúbrela, gira la palanca y tira el papel, así de sencillo, si sigues mis instrucciones ten la seguridad que todos estaremos complacidos de ya no oler tu fantástica esencia. Igual de cochino es el que no se lava las manos después de comer o ir al baño, que dices en tu interior, “al fin de cuentas ni saben si lo hice o no”, no seas inconsciente, quien te salude más adelante percibirá que su mano derecha huele a barbacoa, chilaquiles u otros aromas desagradables, mejor lávatelas, no seas antihigiénico.

Esto me recuerda a los besucones que al saludarte con tanta efusividad olvidan que momentos antes le entraron a los tacos de canasta, eso no es un hábito sexy, es más bien algo asqueroso, que muchas veces llega a decepcionar el concepto que se tenía de esa persona. Evita hablar de religión, política o deporte, pues lo más seguro es que hieras ciertas susceptibilidades, existen más temáticas por abordar en una charla, igual no hables del prójimo en su ausencia, si vas a hablar hazlo como si estuviera presente, verás que con eso los demás se formaron un concepto positivo de ti.

El come éxitos, es otra actitud que se pone de manifiesto cuando orgulloso el jefe te felicita por un trabajo bien hecho y en lugar de ser responsable dándole crédito a los demás que participaron contigo para hacerlo correctamente, te quedas callado saboreando las mieles de la victoria, por favor aprendamos a laborar en equipo, haciendo público el esfuerzo de los grupos de trabajo.

Mención honorífica merecen los tonos del celular, fondos de pantalla y los salvapantallas de los compañeros de escuela o trabajo, que en lugar de evidenciar de forma positiva la personalidad de ellos, los llegan a desacreditar, pues pese a que a la gente les causan gracias, existe la probabilidad de generar un concepto erróneo de quien eres en realidad. Espero que con estas ideas el ambiente donde convivimos los seres humanos mejore, pero lo más probable es que digas, “¡ah mira! Lee esto, están describiendo a…”, si así piensas, pues ya cometí otra de mis burradas.

miércoles, 15 de agosto de 2012

¿Eres mexicano o te hacen?


Hace unos años, cuando Timbiriche se encontraba en su etapa infantil cantaban una canción llamada “México”, con un arreglo tan britpop, que lo único mexicano eran las trompetas mariacheras que en algunos puentes musicales se escuchaban; lo rescatable era que gracias al deletreo “M, E, acento, X, I, C y O”, los chamacos de perdida sabían que el nombre de nuestro país lleva acento y se escribe con equis, si se pretendía fomentar cierta identificación con el país a través de esta composición, pues nomás no, si ni el Himno Nacional nos lo sabemos, ¿cómo una absurda interpretación lo iba a lograr?

Así de ridículo como el anterior intento por mexicanizarnos, el sábado pasado cuando la Selección Nacional olímpica le ganó a su similar de Brasil, obteniendo medalla de oro, lo cual hizo que me sintiera satisfecho, pues por fin se conseguía un triunfo en final de soccer, y como todos sabemos ni siquiera en los mundiales lo han hecho, motivo por el cual uno puede decir que era lo justo; lo injusto fue esa forma de querer manipular a las masas que los canales de televisión, radio y otros medios hacen de este triunfo.

Las exageradas crónicas de los comentaristas deportivos del canal donde vi el encuentro, además de pretensiosas evidenciaban esa intención de abusar hegemónicamente sobre la cultura del espectador, intentando infundir el sentido nacionalista con palabras como “este triunfo, nos hace sentir mexicanos”, “hoy es un sábado de gloria” o la peor de todas “los nuevos niños héroes”.

De estar en lo correcto lo que dicen en su verborrea a partir de este triunfo, las escuelas de nivel básico tendrían que incluir en las efemérides correspondientes al mes de agosto la hazaña olímpica de la selección azteca; cada once de agosto en plazas cívicas de escuelas, oficinas de gobierno y canchas de fútbol se rendirían homenaje a los Nuevos Niños Héroes, durante ese día por ser declarado glorioso, las campanas de todas las iglesias repicarían para conmemorar tan sagrada fecha; en los billetes de quinientos se sustituiría la imagen del pintor Diego Rivera por la de Luis Fernando Tena; al igual que con las películas de Pedro Infante en sus homenajes, el encuentro se retransmitiría cada año con tres repeticiones como ese día se hizo, todo gracias a esa manera de fomentar el fervor patrio.

La consigna para ser considerados como mexicanos según los cronistas deportivos es que al ganar la selección, debemos demostrar nuestra nacionalidad festejando, poniéndonos hasta las chanclas de borrachos con la cerveza patrocinadora, pues no hay Ley Seca que lo prohíba, olvidándonos de los problemas, ya mañana volveremos a ingeniárnosla para proporcionarle alimento a la familia; los desempleados, por el momento disfruten del triunfo como un logro más, tal vez dentro de tres meses por fin consigan el empleo que les remunerará medio salario al día; deudores estén tranquilos pues con la euforia sus acreedores los dejarán en paz, por lo tanto puede acudir al estanquillo de la esquina a comprar fiado los refrescos de cola, las papas fritas y el pan que los seleccionados consumen, además no olvide acudir cada quincena con su tarjeta de crédito a surtir la despensa en el supermercado oficial de la selección.

Es una pena que los atletas que ganaron medallas en otras disciplinas no motiven el fervor patriótico, será porque para los ojos comerciales no son deportes del dominio popular como lo es el balompié. Usted por lo pronto preocúpese de no engatusarse por los trucos publicitarios que en lugar de mexicanos quieren mejinacos, ¡no se deje, defienda su idiosincrasia!¿Eres mexicano o te hacen?

miércoles, 8 de agosto de 2012

¡Que no te apantallen!


Durante la infancia no era muy asiduo al cine, fue en la adolescencia que el séptimo arte se volvió una fábrica de ilusiones, cada película que veía se transformaba en sueños que hacían olvidarme de la realidad en la que vivía, pues al identificarme con alguno de los personajes de la trama los problemas típicos de la edad se esfumaban por las horas de duración de cada film.

Las dos semanas que tuve de asueto me di a la tarea de visitar las salas de cine que hay en la ciudad, tuve la suerte de que fuera verano, época del año en que las grandes compañías cinematográficas lanzan los llamados blockbuster o largometrajes que serán todo un éxito en taquilla. El primero que vi fue la tercera parte de Madagascar, que para mi gusto supera a la anterior, pues los diálogos de cada personaje están ingeniosamente bien estructurados, pese a que la fórmula del guion es la misma que las dos primeras partes, el regreso de los cuatro animales al zoológico de Nueva York, más el humor fino que en ella se pone de manifiesto hace que uno se la pase entretenido.

Desde niño he sido un aguerrido coleccionista de comic de superhéroes, razón por la cual no podía perderme The Amazing Spiderman, más tal refrito fue decepcionante, lo sorprendente esta vez no es el Hombre Araña, son los gabachos que en su tierra natal hicieron de esta tarugada un éxito de taquilla, ¡mira que recaudar 62 millones de dólares en su primera semana! Lo cual evidencia que tanto Internet y comida rápida provocan daños cerebrales irreversibles, pues sólo así uno se explica porqué la cinta que hizo el director Sam Raimi en el 2002 parezca toda una obra de arte ante esta chafa réplica.

Otra gringadera fue el churro de Ice Age: Continental Drift o Era del Hielo 4, cualquier individuo con un coeficiente intelectual normal, sabe que la trama está llena de incongruencias, las bromas se parecen a las mismas de sus antecesoras, es más, Scrat la ardilla prehistórica como en las otras versiones repite la idiotez del fallido intento por coger la bellota sobre una superficie que terminará agrietándose; ese día fue tanta la decepción que estuve a punto de ir a reclamarle a la gerencia del cine por cobrar la exhibición de tal porquería.

La cereza del pastel fue Batman: The Dark Knight Rises, cinta que con entusiasmo estuve esperando ver, y que gracias a esa franquicia pude darme cuenta que Christian Bale con su actuación tiene un papel asegurado en cualquier telenovela de manufactura nacional, pues el drama sentimental ahí exhibido bien podría equipararse a cualquiera de las que produce el Canal de las Estrellas; la trama carece de esa alegoría psicológica que en su primera parte nos asombró y claro, las actuaciones cargadas de suspenso con su respectiva adrenalina nunca igualará a la segunda, ¡ah Heath Ledger, cómo te echamos de menos!

El guion es una mixtura de varias sagas de comic, La caída del murciélago, Cataclismo, Hijo Pródigo, rematando con algo semejante a la serie animada Batman Beyond (Batman del futuro); supongo que tanto la nalga y la paciencia del espectador se merecen respeto, ¡durar 150 minutos es cansado! Pero tengo la certeza que aquellos que desconocen la novela gráfica del personaje creado por Bob Kane, habrán abandonado la sala diciendo, ¡órale, fue un peliculón!

Considero correcto que si se va al cine, lo más saludable es tener el derecho de opinar por lo que pagaste para evitar que otros caigan en el engaño. Acaso ustedes se dejaron engatusar por la estafa del Titanic en tercera dimensión, ¡hágame el favor, desembolsar centavos por una película que fue filmada en dos dimensiones! Que no le vean la cara, cuide su dinero y no se apantalle.

miércoles, 25 de julio de 2012

Traidores del MSN


Esa mañana calurosa de fuerte transpiración, de esas cuando el desodorante axilar tiende a fallar, y hace que te llegue a chillar la rata o deja entrever los delicados lamparones en la camisa, llegué a la oficina invadido por la nostalgia y con el pesar de lo ingrato que he sido todo este tiempo que he estado idiotizado por el pinche Facebook, sentimientos desatados producto de observar en la parte inferior derecha del monitor al clásico icono de los muñequitos verde y azul entrelazados con la cinta color oro.

De pronto suspiré, ahí estaba impaciente esperando que lo utilizara como antaño, cuando lo primero que hacía después de encender la computadora era conectarme, no sin antes colocar una frasecita pseudo intelectualoide como lema y empezar a saludar a todos mis contactos; al parecer no me guardaba rencor por el olvido, era como la esposa fiel que espera el regreso de su marido, es más, me sentí como Ulises (Odiseo) al regresar a la Isla de Ítaca y ser recibido por Penélope y Telémaco, pues ahí habitaban los 382 contactos aguardando mi llegada.

Ellos al verme, como si se alegraran de que por fin al dar “enter” me integrara de nuevo a sus roles de vida en el Messenger, comenzaron a decir frases como “¡y ese milagro!”, “¿dónde te habías metido?”, “¿por qué ya no te conectabas?”, entre otras que hincharon el ego, haciéndome sentir una persona importante, casi, casi como vital. Después llegaron los “emoticones” de todo tipo, :), :(, etc., los cuales trajeron ingratos recuerdos de cuando intentaba escribir una palabra y luego era interrumpida por esas aberrantes imágenes, haciendo del lenguaje escrito un verdadero desgarriate, además sólo un afásico de lento aprendizaje estaría satisfecho de que su forma de expresarse lo representaran tan degradantes símbolos.

Posteriormente la pantalla fue invadida por diversas ventanas en tonos rojizos de los contactos bombardeando de comentarios, y yo hecho un pendejo al tratar de ser cortes con todos queriéndoles responder a cada uno, pero como nunca he sido mecanógrafo, pues tengo la habilidad de un pollo para teclear, allí me tienen apuradísimo, además de atarantado al soportar la tiznada musiquita que avisa sobre cada intervención de los contactos.

De pronto llega el insight, que trae a la memoria las múltiples razones por las cuales había tomado la sabia decisión de clausurar las ansias de ocio por estar conectado en este supuesto medio de comunicación, como lo son las actitudes de aquellos usuarios ojetes que ignoran lo que les escribes, te menosprecian con el jodido argumento de que están ocupados –claro, charlando con otros–, también aquellos que como si fueran una especie de Führer, hacen todo un holocausto de los contactos que les incomodan al eliminarlos de forma definitiva o simplemente bloquearlos para continuar con ellos espiando sus acciones como la Mata Hari.

Otro punto desagradable de este sitio es la mezquina actitud del sujeto que opta por iniciar su sesión como “ausente” para sólo charlar con quienes si le agradan –digo, si te consideran insoportable, porqué chingado te conservan como contacto–, de la misma manera está el imbécil que se autodenomina como “ocupado”, óigame, si va a entrar a un sitio de esparcimiento, entonces resulta lo más pendejo decirle a todos que se encuentra atareado; pero el peor de todos es aquel que aparece como si no estuviera conectado, pero en realidad si lo está, sólo que se oculta o mantiene al margen para estar acechando lo que hacen los demás.

Después de hacer tales reflexiones, ¡qué carajos hago invirtiendo el tiempo en esta antediluviana red social! Si cuento con otras modernas, además el pobre MSN por mantenerse vigente tuvo que sucumbir ante la fuerte influencia del Facebook, sumándose como una herramienta más de la citada red; al que si me lo tienen bien olvidado es al metroFLOG, con todo y sus tan firmadas “Pikas”, que ya por el abandono son patrimonio del ciberespacio; además recuerde apreciado lector, que la gente ni es tan fea como se ve en la credencial del IFE, ni muy guapa como aparenta lucir en la foto de identificación de su perfil en cualquiera de las redes sociales.

miércoles, 4 de julio de 2012

Ejercicio citadino


Han transcurrido tres días de haberse desarrollado los comicios electorales, como el dedo pulgar de mi mano derecha cubierto por la tinta indeleble, no se me olvida tal fecha, pues recuerdo aún que la casilla donde me correspondió ejercer el voto, fue abierta a las 9:20 de la mañana en lugar de las ocho como se hizo difusión, debido al pinche capricho del secretario que muy pendejamente se empeñó en firmar las casi tres mil boletas, mientras la fila se hacía más larga que la cuaresma.

La angustia y la desesperación invadió a los ahí presentes cuando se dieron cuenta que la casilla contigua tenía quince minutos de haber entrado en función, algunos reaccionaron de forma violenta, refrescando la memoria de la santa madre de los responsables de la casilla básica a través del clásico silbidito; es una pena que las personas te hagan sentir como si te están haciendo un favor cuando en realidad vas a ejercer una práctica de civilidad como lo es el acudir a votar.

Además de ser una falta de respeto, pues de nada sirvió que hayas madrugado para cumplir con tu deber ciudadano, peor aun, que te hagan permanecer de pie por más de una hora sin haber desayunado, soportando el hedor a transpiración de algunos ahí presentes, así como la halitosis a menudo de res de aquellos que antes de presentarse a las urnas prefirieron echarse un exquisito plato de triglicéridos aderezado con colesterol; otros fueron temprano debido a que en unas cuantas horas más se transmitiría la final de la Eurocopa 2012, entonces con el furor del encuentro entre las selecciones de Italia y España se iban a beber las cervezas que alcanzaron a almacenar en sus respectivos refrigeradores antes de la fatídica Ley Seca, y como es sabido por todos es un pecado acudir a las urnas con aliento etílico.

Un grupo de señoras argumentaban que sólo habían ido a votar con tal de que les marcaran su dedito, y con éste pintadito podrían obtener sus descuentos extras en algunas tiendas que dieron publicidad a la promoción “Dedo manchado, descuento asegurado”, pues ahora con la llegada del verano, las vacaciones y los días de asueto la chaviza reclama estrenar garritas; imagino que tal campaña a los mecánicos les va a caer de maravilla, pues ellos no solamente tienen su dedo pulgar manchado.

Cuando por fin el presidente de casilla decidió ponerla en funcionamiento, todos los que íbamos formados aplaudimos, para posteriormente insultarlo cuando este indicó que se daría prioridad a minusválidos, embarazadas y personas de la tercera edad, los cuales raudos corrieron a ocupar los primeros lugares retirando a los que ocupaban esos privilegiados sitios, ahora sí que les valió una cuchufleta a los adultos hacer evidente su longevidad, es más, creo que hasta cachirules hubo con tal de evitar la fila, es cuando uno exclama, ¡mira la gente bonita, haciendo cosas feas!

Un joven temeroso preguntó al funcionario, si podía votar con su playera de las chivas, pues él sabía que estaba estrictamente prohibido hacer propaganda ese día a cualquier partido, todos sin respetar la inocencia del muchacho nos burlamos del cuestionamiento, como si nunca hubiéramos sido neófitos electorales, es más, hubo alguno que se atrevió a decir, “¡Ah qué chamaco tan buey!

Para colmo la endeble cabina fue a dar al suelo tres veces, infinidad de personas se equivocaron de fila, pues las letras que indicaban el orden, las pusieron para ser vistas con microscopio; algunos individuos de edad avanzada y algunos no tanto depositaron su voto en urnas equivocadas, ya que no había nadie que los orientara para ello.

Cuando por fin correspondió mi turno, una vez que amablemente me solicitaron la credencial que tanto me avergüenza, pues según yo salgo muy feo –mi mujer opina lo contrario, pues dice que he vivido engañado todo este tiempo, y ese es el único documento que indica la cruel realidad –, me introduzco en las cortinitas de plástico de la artesanal cabina, observo la boleta para Presidente de la República, cojo el grueso lápiz fucsia y cruzo el logotipo del… ¡momento mi gente, el voto es secreto!